Los siguientes días serán fundamentales para que Morena y sus aliados intenten legitimar sus procesos internos con los cuales elegirán a sus candidatos a diputados locales, alcaldes y presidentes de comunidad, porque el cuento de que el primer partido recurrirá a las encuestas para designar a sus abanderados nadie se los cree y menos que las otras fuerzas políticas vayan a nominar a los mejores cuadros para seguir impulsando la Cuarta Transformación.

Si de algo ha adolecido Morena es sus procesos internos es de credibilidad y seriedad, pues la imposición de sus 15 candidatos a gobernador a través de estudios de opinión para evitar divisiones no les funcionó, al grado que recientemente la dirigencia nacional tuvo que salir con el falaz argumento de que es un tema interno y por lo tanto la información de las encuestas será reservada por tiempo indefinido.

 

Esa política del avestruz en Morena le ha salido contraproducente para la virtual candidata de Morena y sus aliados PT, PVEM, Nueva Alianza y el PEST a la gubernatura, Lorena Cuéllar Cisneros, debido a que dos aspirantes morenistas, la senadora Ana Lilia Rivera Rivera y la empresaria Dulce Silva Hernández, nunca han reconocido ni aceptado a la ex delegada de la Secretaría de Bienestar como la abanderada oficial, pese a que esa política siempre se ha situado a la cabeza en las preferencias electorales en Tlaxcala.

 

Hoy por más que la delegada del CEN de Morena en el estado, Martha Guerrero Sánchez, lo niegue, hay un alto nivel de malestar y de riesgo de divisiones internas por lo poco claro y confuso que ha resultado el proceso para elegir candidatos a diputados locales, alcaldes y presidentes de comunidad.

 

Si la dirigencia nacional de Morena fue incapaz de legitimar la designación de Lorena Cuéllar pese a que no estaba en duda su posicionamiento y arrastre electoral, imagínese si ahora tendrá la capacidad para controlar y apaciguar los ánimos de la militancia tlaxcalteca que se siente engañada por uno que otro vival que le prometió a más de tres la candidatura a legislador o alcalde.

 

Las designaciones de candidatos en Morena se convertirán en una cena de negros, porque seguramente habrá candidatos incómodos, imposiciones, pago de favores y se confirmarán algunos arreglos previos que dejarán muy mal parado a ese partido que estará lejos de representar un ejemplo de democracia.

 

Pero no crea que las incongruencias serán exclusivas de Morena, pues la semana pasada Nueva Alianza y sus dirigentes se evidenciaron como unos vividores y convenencieros. En un evento partidista donde Lorena Cuéllar rindió protesta como abanderada de esa fuerza política a la gubernatura estuvieron en primera fila la lambiscona Sandra Corona Padilla y el voraz y flojo Lenin Calva Pérez, aliados del PRI y del actual mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez.

 

Ambos políticos hablaban pestes de Cuéllar Cisneros y ahora no dejan de pronunciar elogios a su candidata, porque saben que la necesitan para obtener posiciones en el Congreso del Estado y para mantener el registro de su partido a fin de seguir viviendo del erario. El ex líder del SNTE y ex secretario de Políticas Públicas y Participación Ciudadana, Lenin Calva, será candidato a diputado local por el distrito seis con cabecera en Ixtacuixtla, lo cual es un absurdo porque después de ir en contra de la Cuarta Transformación ahora se convertirá en su promotor.

 

Algo similar ocurrió este fin de semana en el PRI cuando la “estructura” de los amigos de Fabricio Mena Rodríguez, hermano del gobernador Maro Mena, operó hace cinco años en contra de Anabell Ávalos Zempoalteca para impedir que fuera la candidata del entonces partidazo a la gubernatura, porque esa posición la estaba disputando su carnal.

 

Para justificar la aparición de su nombre en los primeros lugares de la lista de candidatos a diputados plurinominales, Fabricio Mena recurrió a la estructura del gobierno del estado para mostrar músculo y dejar en claro que su candidata a la gubernatura de Tlaxcala es la ex alcaldesa capitalina Anabell Ávalos y no su cuñada la morenista Lorena Cuéllar.

 

Fabricio Mena tuvo sus cinco minutos de fama y de ser el manda más en el PRI. Su gran aporte político es haber llevado al torpe ex líder del PRI y hoy hambriento secretario de Educación Roberto Lima Morales y al delicado titular de la Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda, Alejandro Serrano García.

 

Aunque la estructura del gobierno fue obligada a asistir a las instalaciones del recinto ferial, ésta se mostró molesta porque ha apoyado las campañas de los últimos dos gobernadores priístas, quienes al llegar al poder lo primero que hicieron fue olvidar sus compromisos y promesas.

 

Donde también existen cosas raras es en el partido Fuerza por México en donde la torpe candidata a la gubernatura, Viviana Barbosa Bonola, insiste en pactar con políticos poco serios y con un gran estigma de corruptos a fin de darles posiciones.

 

Sin dejar de ocultar que en su corazón aún late el priismo, Viviana Barbosa intenta entregarle al indefinido diputado local, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, no sólo la nominación en el distrito local 14, sino las candidaturas a las seis alcaldías que conforman esa demarcación, siendo que hasta hace unas semanas ese legislador se había comprometido a impulsar con todo a los aspirantes del PT.

 

Pareciera que el líder estatal de Fuerza por México, Luis Vargas González, no está poniendo atención a esas estúpidas negociaciones que de concretarse terminarán perjudicando ese proyecto que encabeza, porque dudo que la actitud mercenaria de Viviana Barbosa y Miguel Ángel Covarrubias aporte los votos mínimos que se requieren en ese distrito para que el partido mantenga su registro y aspire a una diputación plurinominal.

 

Viviana Barbosa resultó toda una seductora que sólo busca satisfacer su ego y sus intereses. Su ambición de poder y protagonismo seguramente no la llevarán a un buen puerto.

 

Lástima.

 

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