No es la primera vez que Claudia Sheinbaum Pardo cancela una visita de su campaña presidencial en Tlaxcala.

 

 

El 30 de marzo, si el sábado de Gloria, se habían programado algunos actos proselitistas de la abanderada presidencial de Morena en la entidad gobernada por Lorena Cuéllar Cisneros, sin embargo, como sucedió ayer, se optó por anular su visita sin dar alguna explicación creíble.

 

Si había alguien que dudara de la relación distante y fría que Claudia Sheinbaum mantiene con la mandataria Cuéllar, con este nuevo desplante de la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México se confirma que entre ambas existe muy poca concomitancia.

 

De nada sirvió la reunión forzada y obligada entre la gobernadora de Tlaxcala Lorena Cuéllar con sus adversarios políticos, los senadores morenistas reeleccionistas Ana Lilia Rivera Rivera y José Antonio Álvarez Lima, con la intención de vender la idea de la unidad, pues no pasaron ni 24 horas de que se anunció con bombo y platillo la visita de Sheinbaum Pardo para que ésta fuera cancelada.

 

Lorena Cuéllar se quedará con las ganas de demostrar y presumir su músculo político y poder de convocatoria. El próximo 30 de abril por la mañana esperaba reunir en el primer evento de Claudia Sheinbaum a 17 mil tlaxcaltecas en San Pablo de Monte y por la tarde tenía el objetivo de llenar el zócalo capitalino con 15 mil simpatizantes a fin de demostrar a la candidata presidencial que la maquinaria de Morena está lista y preparada para los comicios del 2 de junio.

 

Hace unos días le comenté que el equipo cercano de Claudia Sheinbaum estaba considerando cancelar su visita del 30 de abril y reprogramarla el 11 de mayo. Lo primero ya se confirmó y ahora sólo falta verificar si la otra fecha es ratificada.

 

Lo que es un hecho, es que Tlaxcala no es una prioridad para la candidata presidencial de Morena como en el 2018 sí lo fue para el actual mandatario del país, Andrés Manuel López Obrador, quien logró que esta entidad fuera la segunda que más votos aportó a su triunfo electoral después de Tabasco.

 

Resulta increíble que en casi dos meses de campaña Sheinbaum Pardo no haya dedicado ni unas horas para visitar la entidad, lo cual es un error porque puede ser que esté molesta y hasta distante con la gobernadora, pero porque llevar esa actitud y rencor hasta los tlaxcaltecas que en su mayoría han sido fieles y leales a López Obrador, a Morena y al proyecto de la Cuarta Transformación.

 

Si el delegado político de Morena, Armando Contreras Castillo, piensa que nos vamos a creer el cuento de que la candidata presidencial no viene a Tlaxcala porque Morena va a toda madre y casi casi arrasará en los comicios de 2 de junio, se equivoca porque es obvio que hay otras razones de peso que influyeron en la cancelación de su visita del 30 de abril.

 

Por cierto, le cuento que algo pasó, porque ayer en la reunión del gabinete legal y ampliado la gobernadora Lorena Cuéllar ordenó a sus funcionarios abstenerse de participar y apoyar cualquier campaña porque podrían ser despedidos o enfrentar un proceso penal si es que son acusados, advertencia que llegó algo tarde porque el secretario de Educación Pública, Homero Meneses Hernández y personal de honorarios de su dependencia se la han pasado casi dos meses apoyando las actividades proselitistas del candidato al Senado del PVEM, Sergio González Hernández.

 

No se usted, pero me da la impresión que esa instrucción implica un duro golpe para el ex secretario de Gobierno que de ahora en adelante tendrá que hacer campaña sin el respaldo de los lorenistas y de la estructura del gobierno estatal, pues es obvio que a Morena y a sus dirigentes nacionales no les gustó que en Tlaxcala la mandataria estatal estuviera trabajando para otra fuerza política.

 

Y será que los funcionarios acaten la orden, porque personal de la Secretaría de Gobierno a cargo de Luis Antonio Ramírez Hernández se le ha visto cerca de las instalaciones del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones operando a favor de los candidatos de Morena.

 

Veremos si los funcionarios estatales obedecen o sencillamente se van por la libre.

 

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