Si en el 2012 que el PAN tenía el gobierno federal y controlaba las delegaciones en Tlaxcala no pudo ganar los comicios presidenciales, para las elecciones del 2018 la tendrá muy difícil y más cuando las divisiones internas se mantienen vivas, porque esos pleitos trascienden y sólo generan desánimo entre los tlaxcaltecas.

Rafael-Moreno-Valle

Dudo que alguien ajeno al PAN muestre preocupación por el acarreo que llevaron a cabo dos grupos panistas que buscaron quedar bien sus respectivos aspirantes a la candidatura a la presidencia de México, pues la división interna y los eternos pleitos le impiden a ese partido mostrar fortaleza ante un electorado que cada vez se decepciona más de esa opción política.

El pasado viernes 17 de marzo asistió Margarita Zavala Gómez del Campo al Centro de Convenciones de Tlaxcala, lugar donde reunió a más de dos mil militantes, a la dirigencia estatal y al poder fáctico del PAN en el estado.

En respuesta, los organizadores de la visita del ex gobernador Rafael Moreno Valle decidieron abarrotar el pasado sábado el auditorio municipal de Contla con panistas y perredistas para sumar más de tres mil personas, pues era necesario alimentar el enorme ego del poblano que por más que hace no puede alcanzar el nivel de preferencias que tiene la esposa de Felipe Calderón.

Ambos eventos son un vil espejismo que los ilusos pueden interpretar como una señal de fortaleza. Les da el pretexto para negar una realidad que hoy en día pesa en el ambiente que se vive rumbo al 2018. En las actuales condiciones el PAN está lejos de poder disputar en Tlaxcala la elección de presidente de México, la del Senado y la de diputados federales y locales.

Rafael Moeno Valle especialista en la provocación, arremetió contra los que no han ganado una elección en las urnas y han logrado sus cargos por la vía plurinominal, refiriéndose a Margarita Zavala y la senadora tlaxcalteca Adriana Dávila Fernández, pero se le olvida que su operadora principal y porrista oficial Aurora Aguilar Rodríguez está en las mismas condiciones.

Luego, el ex gobernador poblano sacó lo bravucón al exigir la publicación de la convocatoria para renovar la dirigencia estatal del PAN, situación que lo hizo mostrarse como ignorante de los documentos internos de su partido que establecen que en procesos electorales no se puede llevar a cabo un cambio de líderes y en Tlaxcala el viernes pasado inició legalmente la organización de las elecciones extraordinarias para elegir a siete presidentes de comunidad.

Aunque los panistas son muy dados a darse baños de pureza, resulta ofensiva la foto donde Rafael Moreno Valle aparece junto con los expresidentes municipales de Contla Filemón Alcotzi Nava, de Tlaxco Jorge Rivera Sosa, de Tlaltelulco Miguel Ángel Polvo Rea, de Nanacamilpa Lilia Caritina Olvera Coronel y de Huamantla Alejandro Aguilar López, ya que esos honestos militantes del PAN dejaron múltiples anomalías financieras en sus administraciones que podrían traducirse en problemas ante la ley.

Una de las damnificadas de la visita del ex gobernador poblano es la diputada federal Minerva Henández Ramos, quien se sumó al proyecto de Rafael Moreno Valle al sentirse sola luego de que Gustavo Madero Muñoz, líder nacional del PAN, la abandonara.

Resulta que la ex perredista tenía bajo su responsabilidad el evento que tuvo en Tlaxcala Moreno Valle, sin embargo sus dudas e indefiniciones provocaron su relevo por Aurora Aguilar, quien hay que decirlo recibe desde hace unos meses un jugoso financiamiento del gobierno de Puebla donde despacha Tony Gali.

Los pleitos internos en el PAN seguirán y en los próximos meses subirán de todo cuando inicie la disputa de las candidaturas a los diferentes cargos de elección popular que estarán en juego en el 2018.

El más feliz de la división panistas en el estado es Andrés Manuel López Obrador, pues sabe que el PAN en Tlaxcala no representa ningún peligro para su proyecto.