No hay duda, Claudia Sheimbaum Pardo, será la próxima presidenta de México.
A 23 días de las elecciones, se da como un hecho el triunfo de la candidata presidencial de Morena, quien le deberá su absoluta victoria al actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien supo construir una base electoral a lo largo y ancho del país que haría ganar a cualquiera.
Morena es López Obrador. El verdadero candidato en estos comicios es AMLO, porque el pueblo tiene la ilusión de que seguirá gobernando a través de la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
En mi vida como reportero, sólo he visto dos aspirantes presidenciales con capacidad de llenar plazas sin recurrir al burdo y lastimoso acarreo. Se trata de dos líderes genuinos que lograron conectarse con el pueblo.
El primero fue Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano que no logró convertirse en mandatario del país y el segundo fue Andrés Manuel López Obrador que en las elecciones del 2018 y después de tres intentos pudo alcanzar la presidencia de México.
A mí me queda claro que Claudia Sheimbaum no es López Obrador.
La abanderada presidencial de Morena no tiene el carisma, el liderazgo ni la conexión que AMLO tiene con el pueblo. Ganará las elecciones porque el tabasqueño así lo quiere y porque él se lo ha pedido al pueblo a lo largo de los últimos años.
Quizá Sheimbaum Pardo no quiere aceptar que su triunfo electoral se deberá a López Obrador y que le guste o no, heredará un partido político envenenado por la corrupción, la traición, los intereses y las viejas prácticas que tanto criticaron pero que hoy utiliza para “mostrar” músculo y fortaleza.
La candidata presidencial estará mañana sábado en Tlaxcala. Encabezará un masivo acto en el zócalo capitalino donde el compromiso de los organizadores y de la jefa política de la entidad, Lorena Cuéllar Cisneros, es reunir 30 mil tlaxcaltecas que estarán dispuestos a gritar te queremos Claudia, te queremos.
Al viejo estilo priista, los operadores lorenistas ya impusieron las cifras de acarreados que deberán llevar los candidatos a las presidencia municipales, los abanderados a las diputaciones locales, así como los aspirantes a las diputaciones federales y al Senado.
A los primeros y dependiendo del tamaño de su municipio les encargaron mover entre 100 y 200 personas, mientras que a los segundos se les solicitó un mínimo de 300 simpatizantes.
A los tres candidatos a las diputaciones federales también se les exigió que participaran en el acarreo, ya que a los aspirantes al Senado por Morena, los reeleccionistas Ana Lilia Rivera y José Antonio Álvarez Lima, se les pidió una cuota de mil quinientas personas a cada uno.
Y a pesar de que esta semana se dio a conocer el protocolo para evitar que los funcionarios de la administración estatal intervengan en los comicios, a éstos también se les impuso un mínimo de acarreados, con lo cual queda claro que ese documento y sus buenas intenciones no sirve para nada.
Los titulares de dependencias con poco personal deberán llevar a 100 personas y los encargados de áreas del gobierno lorenista con más personal tendrán que movilizar a 200 “simpatizantes”.
Las oficinas importantes como la Secretaría de Educación Pública, donde despacha el “estratega” en jefe de las campañas del Partido Verde Ecologista de México en Tlaxcala, Homero Meneses Hernández, deberá no sólo acarrear morenistas, sino simpatizantes del partido del tucán para presumir que es un “eficiente” operador político que desde ahora está alzando la mano para convertirse, según él, en el sucesor de la gobernadora.
De ese tamaño será el acarreo al estilo priista. El objetivo es aparentar que los tlaxcaltecas quieren a Claudia Sheimbaum, pese al desprecio que la abanderada presidencial de Morena ha mostrado hacia Tlaxcala y a hacia la mandataria Cuéllar.
Cómo en Morena todo es una simulación, es probable que la candidata se crea que es popular y querida en Tlaxcala, con lo cual cambie su actitud hacia el estado y a su gobernadora que al parecer no le perdona el hecho que en el proceso interno para elegir candidato presidencial de ese partido haya apostado por el ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
El zócalo capitalino de Tlaxcala no tiene capacidad para recibir 30 mil personas, de ahí que los organizadores esperan abarrotar la avenida Independencia, la Plaza Xicohténcatl y los alrededores de la Plaza de la Constitución para demostrar que Claudia Sheimbaum arrasará en la entidad en los comicios del 2 de junio.
No se usted, pero Morena es igual al PRI, al Pan y al PRD.
O no.
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