Mantener el discurso de que Tlaxcala sigue siendo un estado seguro no ayuda en nada, pues la realidad nos demuestra cada día que la inseguridad llegó para quedarse y que hoy se requiere una cirugía mayor para estirpar y contener ese cáncer que afecta a todos los sectores de la sociedad.

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El marianismo que corre por su sangre le hace ver una realidad que no existe en Tlaxcala.

Negar que en el estado hay un problema de inseguridad con presencia del crimen organizado y sostener que en materia de seguridad se han tenido avances importantes, confirma que la nueva secretario de Gobierno Anabel Alvarado Varela está desinformada.

Será la clásica funcionaria que ante la falta de recursos y talento político para desempeñarse como la número dos en el gobierno del estado, recurrirá a la negación de la realidad para luego vendernos la idea de que estamos bien y que en Tlaxcala no pasa nada.

Según la ex diputada federal, los tlaxcaltecas no debemos preocuparnos por el incremento en la incidencia de robo a comercios, transporte público y de otros delitos de bajo impacto, porque el oriundo de Campeche Hervé Hurtado Ruíz es el super policía que está dando buenos resultados.

El responsable de la Comisión Estatal de Seguridad puede seguir presumiendo su largo currículum vitae porque está comprobado que desde su llegada a Tlaxcala las cosas sigue igual o peor, lo que demuestra que a los delincuentes no les impresionó la preparación y los trabajos que ha desempeñado ese policía.

Hay ejecutados, el robo armado en carreteras de camiones de carga es la constante, al igual que el hurto de automóviles y de autopartes. El crimen organizado es el responsable del robo de combustible y la desaparición de mujeres y niñas en los límites de Tlaxcala y Puebla es un problema visible.

Esa realidad es la que Anabel Alvarado se niega a ver y confrontar, porque es evidente que aprovecha los medios de comunicación para lanzar flores a Hervé Hurtado como si tuviera una enorme necesidad de ser aceptada y aprobada por ese funcionario.

Ojalá la nueva responsable de la política interna de Tlaxcala asumiera posturas más realistas como la que mostró ayer el procurador de Justicia, Tito Cervantes Zepeda, quien no sólo aceptó que hay ocho carpetas de investigación por la desaparicón de igual número de personas -niñas y mujeres- sino que dejó entrever que en esos casos pudo existir alguna omisión por parte de la autoridades encargadas de las pesquisas, misma que de ser comprobada será sancionada.

Dicen que en Tlaxcala prevalece el desorden en materia de seguridad porque al interior de esas dependencias no hay control, porque todos se juegan a espiar y a obtener infomación que es filtrada sin que los jefes se den por enterado.

Un ejemplo de lo anterior se da al interio de la Comisión Ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública que tiene bajo su mando el C4. Según fuentes bien informadas, ahí labora Nohemi Galicia Paredes, quien se desempeña como jefa del Departamento de Videovigilancia.

Esa servidora pública que al parecer no aprobó los exámenes de Control y Confianza, sería una de las encargadas de filtar información privilegiada a la Comisión Estatal de Seguridad y a uno que otro marianista que requiere de ciertos datos.

Si las áreas estratégicas de seguridad tienen su quintacolumna, imagínese como estarán la Secretaría de Gobierno y la Comisión Estatal de Seguridad.