Incapaz el gobierno estatal para frenar la ola de secuestros, de robo de combustible, de extorsiones, asesinatos y atracos
A Mariano se le complica el panorama en esta etapa complementaria de su gobierno. Campean la más grave inseguridad que hoy golpea a las familias con una ola de secuestros, manifestaciones en el sector Salud y cierres de carreteras protestando por la falta de suministro de agua en varias comunidades.
Ayer mismo el mandatario no tuvo más que reaccionar ante protestas en Apizaco, que le exigían frenar la ola de secuestros. Su respuesta fue enviar el helicóptero del gobierno a hacer incomprensibles vuelos, como no los pudo realizar el jueves anterior, para rastrear a los plagiarios, a cuya huída nadie pudo hacer frente.
En la Secretaría de Salud hay una cascada de despidos que tienen indignados a decenas de activistas en favor del PRI, en la famosa Red BAL (Blanca Águila Lima). El habitual pésimo servicio se agrava porque la escasez de personal se agudiza y el restante ocupa su tiempo en lanzar consignas contra este sistema, cruel y malagradecido.
Y todas las maldiciones tienen un blanco: Mariano.
Son demasiados los días que faltan para el fin de la administración. Ya quisiera el señor manchis el fin de su calvario, pero cuando se ha acumulado semejante cantidad de odios, cuando se han cometido tantos agravios, no es fácil enterrar años de impunidad con la creencia que sacando los dientes el Pueblo se impresiona y opta por bajar la cabeza.
Miren ustedes a otras familias, cerrando carreteras porque hace rato quedaron sin agua potable.
¿En este caso cómo va a reaccionar el violento Mariano, amenazando a los manifestantes con meterlos a la cárcel, como lo hizo con inconformes de la región de Huamantla cuando le reclamaron porque una carretera tiene destruída más de un año?… “usted me cierra la carretera, yo lo meto a la cárcel”. Esa violencia verbal de Mariano evidencia sus problemas freudianos.
Pero esto es el inicio de un penoso cierre.
Ayer en el Senado, la procuradora Areli Gómez tomaba nota de las quejas expuestas por la senadora Martha Palafox, quien en minutos le dibujó el paraíso de zetas arraigado en Tlaxcala, de cuatro años a la fecha, con la llegada del ex militar Orlando May Zaragoza Ayala, a quien Mariano hizo Comisionado Estatal de Seguridad.
Extrañamente, de ese tiempo a la fecha a Tlaxcala la agobian secuestro, extorsión, homicidio, robo, atracos en carretera.
No tiene mucho que ese veracruzano se fue, luego que le comprobaron nexos con secuestradores exprés, encabezados ni más ni menos que por el director de la Policía Estatal Acreditable. Bueno, esa era la tesis de la procuradora Alicia Fragoso, cuyas razones legales para tener al menos a ocho a la sombra acusados por esos delitos, cada día se debilitan. Puede que salgan y el gobierno de Mariano les va a tener que ofrecer la consabida… disculpen ustedes.
Pero a Arely Gómez no solo hay que dotarla del expediente violento de Tlaxcala. Le hace falta conocer el lado negro de la administración del priísta salinista, hacendado y malhumorado.
En eso ya hace tiempo que contribuye la Auditoría Superior de la Federación, con un seguimiento estrecho a los estados financieros del Seguro Popular que, de 2014 a la fecha nomás no cuadran, vamos ni siquiera hay informes presentados.
A manchis, lo malo le ha venido en cascada.
Su obra pública se le desmorona… o se le filtra como ocurre con Ciudad Judicial, donde las goteras son más grandes que el cinismo de los constructores. O se le esponja, como sucede con el concreto hidráulico, aplicado en capas impresionantes en calles y avenidas de Apizaco, donde el mandatario seguramente quiso dejar su huella indeleble y obtener ganancias históricas.
Porque, díganme qué va a decir la titular de la PGR y el mismo secretario de Gobernación, el chino Osorio, cuando se enteren que los helicópteros de Tlaxcala se usan mejor para disuadir manifestaciones que para rastrear secuestradores.
Esa ha sido la estrategia más equivocada de manchis. Porque todo Tlaxcala sabe el uso familiar de esas naves, y también todo Tlaxcala conoce las razones por las cuales el gobierno federal las mandó… son para seguridad, eventualmente como ambulancias, pero oigan, para pasear a los chamacos de la familia de manchis, eso es una atrocidad…
Tlaxcala… pagar piso
Quién lo diría, verdad. Con un mandatario tan voluntarioso, ¿Cuándo iban a penetrar los extorsionadores para cobrar derecho de piso?
¿Ah, no lo creen? Den una vuelta por Apizaco y vean la cantidad de negocios que han de pagar a criminales para que los dejen trabajar.
Es ahí donde se necesita el recio carácter del que se siente amo.
Estamos dispuestos a echarle todas las porras si lo vemos que ajusta el cinto, toma el fuete y la emprende contra los veracruzanos esos a los que aludió la senadora Palafox ante Areli Gómez.
Ahí está el desafío… ¡cobarde si no lo asume!
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