Luis Enrique Miranda es el operador más cruel de Peña Nieto, nada que ver con el bonachón Meade y sus largas jornadas de elogios con Mariano
A la delegada de la Sedesol, Mariana González Foullón, nada más le dio tiempo de organizar una sola jornada, acompañada de veintidós instituciones, federales y estatales, en un contexto de incipiente campaña al Senado, disfrazada de cinta en blanco y negro, muy al estilo de los hacendados, tan fotografiados en la época de oro del cine nacional.
Sí, la intención era mantener en el imaginario colectivo la formidable figura… del diablo del patrón, quien ha colocado a la niña Mariana en una chamba donde todos pueden ser felices (mientras no hagan muecas por la manipulación de los programas sociales).
Poco le duró el gusto, porque al dejar Sedesol el complaciente y bonachón José Antonio Meade, a Luis Videgaray lo mandaron lejos –dicen que es un distractor más para que no sintamos tan feos los incrementos de la gasolina y la caída en picada de la economía- ahora la niña Mariana quedó al desamparo en la que ya sentía parte de su feudo (como de tantas cosas se han apoderado).
Ahora tiene que rendir cuentas a Luis Enrique Miranda Nava, gente de Miguel Ángel Osorio Chong, pero sobre todo utilizado por el presidente Enrique Peña Nieto, para efectuar las negociaciones difíciles, para cuya resolución no importa el precio, no los sacrificios… ni eventuales escenarios nada agradables.
Miranda Nava es un factor de inteligencia del gobierno priísta, pero no comulga con la corfradía de Meade(precisamente a la que Mariano pertenece).
Ya lo veo permisivo en un principio en estados, digamos con doble palomita –para tenerlos muy monitoreados- porque, sabrán ustedes que desde este momento el peñismo conforma lo que será el próximo Congreso, al cual le aseguro, poco lo atrae la inclusión de la hija de un gobernador que ha comenzado su etapa de putrefacción.
Y ahora los besapatas ven el vaso medio lleno por las magníficas relaciones de manchis con Meade, flamante secretario de Hacienda.
Yo diría que es Meade Kuribeña el elemento sobre cuya humanidad se concentran todos los ojos de México tras el desastre de país dejado por Luis Videgaray, el brillante inventor de la visita de Donald Trump, e inmejorable pretexto para tapar el más reciente gasolinazo.
La salida de Videgaray debe ser vista con agrado por una parte muy grande del Pueblo de México. Pero la llegada de Meade Kuribeña no es, ni con mucho la solución a ese problema.
Su paso por Relaciones Exteriores fue gris, como así ocurrió en los meses al frente de una Sedesol que, en casos como el nuestro no ha tenido la delicadeza de marcar la ruta que seguirá su inexperta delegada para combatir a la pobreza.
Según el Coneval, ocupamos la nada honrosa sexta posición nacional de los estados más pobres del país. Casi sesenta tlaxcaltecas de cada cien (58.9) viven en pobreza.
Diez son las entidades con más de la mitad de su población viviendo en esas condiciones: Chiapas, en el primer lugar con 76.2 por ciento; Oaxaca 66.8 por ciento; Guerrero 65.2; Puebla 64.5; Michoacán 59.2; Tlaxcala 58.9; Veracruz 58; Hidalgo 54.3; Morelos 52.3 y Zacatecas 52.3.
Pues es la fecha en que la señora delegada de Sedesol en Tlaxcala, ni presenta su declaración 3 de 3, como tampoco revela cómo la piensa para combatir ese 58.9 de pobres, bien pobres.
Porque miren ustedes, en esta primera jornada de la secretaría, puso a las familias a bailar. O sea, es una delegada con gusto. Pero la pobreza no se enfrenta con gustos de niña rica, sino con estrategias bien definidas.Sobre todo con un jefe como Miranda Nava.
Hay que tomar en cuenta que si Peña Nieto fue capaz de deshacerse de Videgaray, quizás el más sonado de los puntales de su administración, qué es lo que necesitará para poner en orden al más arrogante y no pocas veces mamón de los gobernadores del país; el que pregona haber dado cátedra al gobierno federal y al PRI en el tema de cómo no perder elecciones; el que tiene una cola de este tamañote, en la entrega de cuentas del Seguro Popular desde 2014, adquirente de nuevos desarrollos en tierras de carácter social, constructor de coladeras a las que ha llamado Ciudad Judicial.
Visto está que la llegada de Miranda Nava a la Sedesol, no es miel sobre hojuelas para la tierna Mariana, quien tendrá que alinearse a la política emergente del gobierno de Peña Nieto, consciente que la desgracia lo ha arrastrado un tremendo trecho.
Creo que Videgaray no le perdonaron su flirteo con los panistas, para echar al PRI de Los Pinos, usando los recursos sustraídos del mismo sistema.
¿Pues qué le espera a manchis cuando le descubran el cínico reparto del gobierno a a conspícuos personajes del PANy a una sedicente lideresa moral (aludiendo al árbol que da moras)?
¿Qué destino le depara el peñismo cuando quede el Plan B al descubierto, que era ni más ni menos el entronamiento de los azules, porque el candidato (incluso palomeado por EPN) ni levantaba encuestas, ni dejaba de ser considerado un desconocido?
Ahora sí van a trabajar. Y qué bueno. Ya estuvo suave que, como pasaba en Tabasco con la familia de Andrés Granier, los pobres nada más vieran pasivos cómo aquellos tocados por la mano de dios, gastaban fortunas a diario, nada más en la preparación de las viandas más exóticas. Ya saben que eso le costó la libertad al hijo deGranier y al propio ex gobernador lo mantiene viviendo en arresto domiciliario.
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