Mena Rodríguez, otra vez dejado de la mano del CEN en su registro; Adriana Dávila nos sorprende llevando a Cristobal Luna como su chambelán, también a Rogelio Camarillo
Días de registros ante la autoridad electoral. Y de apariciones entre cínicas y decepcionantes. Tal vez recuerden ustedes la cinta de Disney La princesa y el vagabundo, conmovedora historia que traída a la cruda actualidad en la política tlaxcalteca retrata la maniobra de la panista Adriana Dávila, acompañada por el ex presidente del PRD, Cristóbal Luna Luna.
Cierto, es un gesto democrático; ahora, si uno recuerda las dos denuncias enfrentadas por el de Acuamanala por trata de personas, cae en la cuenta que por lo menos es extraordinario que Luna brille con esa luz que tiene en el montón que acompañó a la princesa Adri a su registro ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE). Si aquellas denuncias prosperaron o no, eso no es materia en este momento, como sí en cambio la falta de filtros inteligentes en el pull adrianista.
Porque lo mismo le ha dado meter en ese carrito de compras a Rogelio Camarillo. Ustedes cómo la ven, es mejor la imagen de Camarillo, de Luna… o de Guadalupe Sánchez Santiago. Aquí el chiste era hacer bulto y portar credenciales de perredista o priísta.
Del resto se encargó Margarita Zavala y su rollo muy de partido unido, sobre robustos rieles democráticos rumbo a la elección de 2018, pero transcurriendo la actual, 2016, entre memorables frases extraídas de los cursos de superación personal y programación neurolingüística (como meseras de Vips) entre manos entrelazadas y ojos cerrados imaginando los lindos escenarios que a través de esta gran energía no tienen de otra más que llegar.
Del otro lado del estudio
Fin de semana, en el reservado (de cristal) de un elegante restaurante de Acuitlapilco. El archi crítico de Mariano, su ex secretario de gobierno que un día se puso la sotana mandada a comprar por su paisano Ricardo García Portilla, y luego azotó de fea forma en una elección donde el entonces secretario de finanzas bailó de tan feliz como ratón vaquero, se arreglaba con Marianito.
De entonces al día del registro, mírenlo, alzando la mano a Marco Antonio Mena Rodríguez. Dicen que le prometieron meterlo a la próxima Legislatura a como dé lugar. ¿La pluri?, ¿Por su distrito?, la cosa es que Noé Rodríguez Roldán, nos demostró del material que está hecho.
Ayer expresaba palabras impublicables de Mariano y Marianito. Hoy, volvió a ponerse la casaquita de mayordomo, el sirviente grandulón que anduvo deambulando un par de meses, haciendo creer a numerosas personas que lo movía una idea revolucionaria para librar del tirano a Tlaxcala.
Hasta pintó su raya, y se regodeó viendo como muchos compartían la idea rebelde de uno que a final de cuentas resultó balín.
Otra vez dispuesto a poner las mejillas para que manchis las use para lo que son (sí para cachetearlas), otra vez buscando las cortinas del salón rojo para usarlas como escondite cuando a su majestad el tlatoani de la mano temblorosa le dé por repartir candela ante sus funcionarios ineficientes y eunucos, pero con chicas uñotas…
Pues entre personajes bien aldeanos, ahí estuvo Noé, participando del ambiente festivo a la hora de registrar a Marco Antonio Mena ante el ITE.
¿Aldeanos? Sí, porque Tlaxcala es el único estado “priísta” donde ni al registro de su abanderado, ni a su ratificación en convención de delegados, ni a su destape, ha llegado un personaje de peso a nivel nacional.
Aquí la militancia se halla a merced del tirano que ser vale del terrorismo laboral para crecer sus amenazas a aquellos burócratas que quieran seguir conservando la chamba, porque después de la elección va a haber tiempo para tronar a todos aquellos que se hayan atrevido a votar por un partido distinto, o que no hayan puesto de su bolsa para llevar a los veinte familiares, amigos, socios, o lo que ustedes quieran y manden.
Ganará el menos malo
Si fuese una competencia para ver quién realiza los movimientos menos lógicos, la verdad ni a quién irle. Ahí los tienen ustedes, reciclando material de desecho. Creyendo las mentiras de quienes aseguran tener cientos de seguidores en sus formidables grupos.
Pero si ni si mamacita cree en ellos. Ahí los tiene, cotizándose altos en esta subasta de la vergüenza.
Según Ciro Gómez Leyva, en su espacio La historia en breve, publicada hoy por El Universal: La batalla de las tres mujeres y el hombre en Tlaxcala se ve de pronóstico reservado. Cualquiera podría imponerse: la panista Adriana Dávila, la perredista Lorena Cuéllar, la morenista Martha Palafox y el priísta Marco Antonio Mena.
Yo añadiría que en este escenario de subastas y reciclamiento puede ganar el que cometa menos errores.
Ni siquiera digamos que ganará el menos malo. Esta es una especie de partida entre pepenadores (dicho sea con todo respeto para ese gremio) que, entre basura y podredumbre buscan y buscan algo que les permita llenar el saco de sobrantes para llevarlo a cambiar por unas monedas.
Es tiempo, señor y señoras candidatas de anteponer el discurso hacia la gente. Quien no convenza y dependa de la operación de sus mecenas está frito.
No podemos ir a la elección en medio de estos barbarismos de la política, pensando que a la gente se le puede jugar el dedo en las encías.