Sometido el sujeto a quien piensan poner como gerente de sus negocios, los factores de poder lo apuestan todo a ganar una elección que les aguarda su lugar en la historia
Quien se haya encargado de palomear las listas de diputados en el PRI y sus aliados, quien lo haya hecho con la lista de candidatos a alcaldes, atiende a tiempos que dejan ver la soberbia de un alto mando y su operador más cercano para, dibujar el mapa de estado que les conviene.
Conviene a ellos. A sus intereses, a sus constructoras, a sus comercializadoras, hasta a la muy grotesca sospecha de una inexplicable y creciente inseguridad que, según la Cámara Nacional del Transporte de Carga (Canacar) nos asigna puntos negativos, como si fuésemos el indeseable filtro carretero por el cual nadie quisiera pasar.
Entonces me pregunto si dichos palomeos tienen el propósito de sacar a Tlaxcala de esquema retrógrado y de país bananero, o nada más atienden a la mirada de corto plazo de dicho factor de poder para seguir sometiendo a un estado a esa forma suya de desafiar, de actuar con sangre fría, de lidiar batallas con quien se ofrezca, y comprar voluntades y silenciar críticos.
No debería ser este gris panorama lo que una familia empoderada ofrezca como alternativa de sus profundos deseos de conservar el nivel de mando.
Con quien piensan contender por la grande está hecho un fardo. Lo tienen soterrado en la cocina y sujeto a decisiones que han de humillarlo, como un plus a ese control por adelantado al que difícilmente van a renunciar.
Hasta en su agenda meten la mano. Hoy, una reunión puede ser repentinamente suspendida porque fue llamado por su superioridad, o porque una voz imperativa le ordenó trasladarse a la Ciudad de México a atender algún pendiente.
Si al rato se les antoja, lo regañan, lo humillan ante la gente. Así se las gastan.
Tiene sus consecuencias
Actuar con semejante desparpajo va a tener sus puntos nocivos. Si la cuenta pública de 2014 arroja daño patrimonial de casi 48 millones de pesos, y la de 2015 anda por las mismas, desplegar el capote sin miedo a la cárcel es una práctica con fecha de caducidad.
El monitoreo es constante y profundo. No deberían confiarse tanto; al contrario, podría ser tiempo de recular con lo que Andrés Manuel suele llamar la mafia del poder. Y aunque hablamos de una cuestión local, las rejas de todos modos son insalvables.
Se trata, señores del siguiente paso del bucanero.
Tiene cautivo al que piensa ponerlo al timón. Ni siquiera le permite respirar.
Pues cómo, si ya está viendo los negocios por venir, y lo que menos necesita es un estorbo para ejecutarlos.
Planteemos lo siguiente: ¿esas sorprendentes decisiones tomadas por un factor genético de poder serán apoyadas por las militancias de los municipios donde cayeron como cubetadas de agua fría?
Estamos ante los números alegres hechos por la inmadurez de quien toma el poder combinando herencia y violencia, y ante la complacencia de quien en uno de sus informes lo describió como el factor de cogobierno.
Eso es anticonstitucional. No puede tener más resultados que una tragedia para quienes están hechos unos tahúres y apuestan su propio destino. Van por todo. Todo si triunfan y no hay quien los pare en seco. Nada si fracasan y acaban donde suelen hacerlo los delincuentes.
Una comparecencia fuera de contexto
Con un poco de solidaridad de una procuradora como lo es Alicia Fragoso Sánchez, hacia la familia rota por la desaparición de su ser querido, una menor de edad, tendría lógica el desempeño de este gobierno.
Asistir al Congreso –con el concurso de los pasivos legisladores– y responder a sus cuestionarios amigos, a puerta cerrada, no es ni un pequeño porcentaje de lo esperado de aquella otrora brillante activista, a quien el poder y la presión de su jefe la opacaron, la hicieron un personaje siniestro y cenizo.
¿Le costaba mucho decir a esa familia: estamos con ustedes, y empeñamos la palabra en hacer nuestro mejor esfuerzo para hacer una investigación que, venturosamente tenga buenos resultados?
No, lejos de una actitud solidaria, la respuesta fue entre tardía e indiferente. ¿A sí, perdiste a un ser querido, pues yo comparezco en el Congreso pero a puerta cerrada?
Lo hace en plena temporada electoral. No le importa que esto se traduzca en votos de castigo. Seguramente esto ha sido calculado por los especialistas del régimen, buenos para el futurismo y mejores para sembrar el terror entre los burócratas, pero malos, malísimos para tender una mano amiga a la familia de Karla, en desgracia, como muchos lo hemos estado alguna vez.
¿Contamos con la autoridad?
No, la autoridad tiene otras ocupaciones más importantes. Como alegar en todo foro que somos el estado más seguro, y sacar punta a sus lápices para elaborar las estadísticas más lindas.
Ojalá algún día echen una mirada por el submundo que ellos mismos han creado. No soportarían ser pasados por alguno de los filtros con los que tratan a la gente de carne y hueso, al ciudadano común y corriente, por cierto, al que hoy le insisten en que vote por su causa.
En consecuencia
Ha de ser por eso que los analistas ven en Tlaxcala a cuatro aspirantes al gobierno, tres mujeres y un hombre, todos con posibilidad de ganar. Aquél con la oportunidad de despegar, sencillamente vive en el encierro, impotente, sometido, humillado.