Potrero es un diputado de Izquierda al que en apariencia subyuga el buen trato del Ejecutivo. Al no ser oposición, falla, se ha convertido en parte del engaño.

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No hay potrero capaz de contener patadas y relinchos del rancho de enfrente. Para el sobresalto del estado entero, la comisión de representantes populares encargada de cuidar el patrimonio, determinó hacer ojos ciegos a los ciento noventa y tantos millones no comprobados de la cuenta pública de la Secretaría de Salud.

Lo mismo ocurrió con los números del Cobat y del Conalep.

Ayer martes en la radio de Apizaco, el coordinador de los esfuerzos nos pintaba otro panorama, en el cual fue posible recuperar al tejido social.

El doble lenguaje es sobrecogedor.

Ah pero los críticos que molestan las veinticuatro horas del día son impotentes de contemplar los años luz de avance. Desventurados ellos. Amargados. Y sin la voluntad de de sumar, sumarse y sumirse.

No hay más que apelar a la prometida caja de cristal. ¿Qué le ha ocurrido?, ¿se hizo añicos?

¿No se percibe el avance?

¿Será que no hay tal?, ¿que del sexenio del exceso pasamos al del retroceso?

Los inversionistas ahora voltean a vernos. Cierto, con mucho recelo.

Y tenemos que aplicarnos a fondo porque, al oriente, donde fundan el emporio poblano Audi, se gesta un crecimiento… ¿por casualidad?

Huamantla, toda la zona va que vuela a sumar urbanismo e industrialización para proveer al fabricante adquirido por Volkswagen. De pueblo mágico, a pueblo mágico en febril crecimiento.

A dónde llegará la indolencia local que es el vecino Puebla, el más interesado en proveernos de seguridad y otros servicios. Van a hacer falta. Hace falta pensar en grande.

Aquí, ahora, la máxima es no erigir obras faraónicas.

La molestia tiene destinatario: la faraónica Plaza Bicentenario. El teatro auditorio de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT).

Y aunque la autoridad de esa casa de estudios recién mostró su desinterés por ejecutar el comodato en la primera de las obras -pese al respaldo legal que le asiste- de todas formas los niveles de desconfianza inhiben la esperada cumbre mediante la cual podamos los tlaxcaltecas ver de veras un poco de rumbo.

Engaños tan burdos no solo invitan a aquellos críticos aludidos por el hacendado a aplicarse a fondo. Han tenido al menos un par de pruebas de nivel y no las han podido superar.

Se ha confundido la capacidad de mando con la altanería.

Se advertía otro objetivo. Infundir miedo para operar con ventaja.

Mas el tejido social resultó un hueso duro de roer. Piensa y decide. Si no le convencen las razones marianas las bota. Si quiere sentir desprecio por los orticismo, tambien los sepulta.

Ese es el tejido al que Mariano dice haber reconquistado.

Sería aventurado creer en ello.

Así que se multiplican las ideas contrarias a la verdad.

Y sólo hay un engañado.