Entre el nombramiento chueco de Cuauhtemoc Lima, a la licenciatura del mandamás, los abogados siguen poniendo palomitas a las debilidades del gobierno.

Creo que nombrar a Cuauhtémoc Lima López como director de Notarías de Tlaxcala es un lamentable error cometido por el gobernador Mariano González Zarur.

Jamás pondría en duda la capacidad de Cuau como abogado, pero legalmente viene siendo un desafío que uno de los denunciantes en contra del Poder Ejecutivo de Tlaxcala por el proceso de selección de candidatos a notarios ocupe hoy el lugar que bien o mal venía desempeñando María Estela Sánchez García.

Es decir, el señor Lima López es juez y parte. Tan obvio es el error que ni si quiera lo considera la ley de responsabilidades y sanciones a los servidores públicos… da por hecho que no existe autoridad alguna con semejante proclividad al yerro.

Siendo Lima López protagonista en la batalla contra los 16 notarios orticistas, nos podremos explicar por adelantado el porqué no avanzan las actuaciones.

Es lógico que al llegar a una instancia superior a salvo de, los tradicionales manotazos sobre la mesa el análisis conduce a los juzgadores a conclusiones derivadas de un vicio de origen.

Un engaño más a Mariano.

Muy honesto de parte de Cuauhtemoc habría sido excusarse ante su superioridad, “ante la inconveniencia legal porque los pleitos se nos van a seguir cayendo prefiero, Alteza, que ese nombramiento lo dejemos pa después” .

Pero, atemorizante como es una orden de Mariano –y mañoso el susodicho- se ha dejado correr desde el 29 de mayo de este año un nombramiento más chueco que los billetes de ciento cincuenta pesos.

Esto es en perjuicio del gobierno del estado de Tlaxcala.

Un elemento más que se suma al engaño cortesano para no contradecir al tlatoani.

Y así, aprovechando su ignorancia en los temas delicados, lo hacen creer que sus desplantes no se llevan mal con la argumentación jurídica.

Eso es una vileza. La comente un puñado de funcionarios dentro del círculo vicioso que hunde a la administración debido a sus propias deficiencias.

Otra.

Puede ser utilizada en contra del gobierno por un error básico.

El ciudadano gobernador firma cuanto documento le presentan con el título de licenciado.

Habrá en el camino más de uno que exija al mandatario la presentación de la cédula profesional que lo respalde como Licenciado.

Hay la evidencia que su carrera es técnica. Contador privado para ser precisos, tal vez egresado de un instituto como tantos que abundan en la capital del país, me parece que de nombre Patrulla.

Carecer de título profesional no quita un pelo al líder,quien lo es por virtudes tan altas que habrá superado incluso las limitaciones académicas.

Ah, pero ostentar un título que se carece, eso sí es delicado.

Aún peor es firmar documentos de carácter legal sin que los asesores, secretarios y en general, subordinados tengan los arrestos suficientes para decirle: “patrón, no sea usted atrevido, si no es licenciado por qué quiere aparentarlo”.

Advierto el destino de quien se anime a soltar esa verdad.

Pero es otro de los inconvenientes legales que sin duda propiciarán que no avancen las actuaciones del gobierno del licenciado Mariano González Zarur.

Varias ausencias

Hoy Tlaxcala amaneció distinto. Algo le falta a su decorado. Ah sí, los notarios orticistas se esfumarían de la entidad.

Corren el riesgo de ser pepenados por  Lichita Fragoso y sus guajiros, cuya orden sería dar seguimiento personal a cada uno de esos osados personajes, que no han reparado en reflexionar sobre lo inconveniente que resulta andar ahí ganando amparos al team marianista, sueño de cualquier adversario legal (será porque todo lo pierden).

No todos tienen orden de aprehensión.

Al parecer, Rubencito Flores Leal, el notario que dejaría deserlo para convertirse en secretario de Gobierno, no tiene de qué preocuparse pues, los sabuesos de Licha no andan tras él.

Qué cosas, verdad… no le cumplieron nombrándolo responsable de la política interna del estado, a cambio de lo cual ofreció la patente otorgada en el gobierno de Héctor Ortiz.

Hoy, tan de pecho se halla para el marianismo que a cambio del cargo en manos de Noé Rodríguez, le dan su tranquilidad. No lo persiguen, pero tampoco le hacen realidad su sueño. Y ahí acabó la pretensión de ser el número dos del estado.

Y todo por pedir lana para la Cruz Roja

¿No cree usted, a estas alturas resulta un error de este tamaño haber mandado al carajo a Estelita Sánchez García?

Si no era mala… actuaba como si lo fuera, pero como llegó a decir a sus íntimos: ya estoy hasta la m… de hacerla de consejera jurídica y que nomás me paguen mi miserable cheque de directora de notarías.

Claro, esto tuvo que llegar a oídos del gober-pólvora, se hizo la chispa y Estelita tronó como paloma de diez varos.

Y nada más mira quién llegó a sentarse en su sillón…