Casi todos los funcionarios lorenistas han aprovechado el actual proceso electoral para relajarse y nadar de muertito, como si los problemas que existen como la inseguridad, la sequía, la falta de medicamentos y otros se solucionarán solos y éstos no merecían atención por parte de ellos.

 

 

La oposición y sus candidatos en su mayoría han sido benévolos hacia el gobierno que encabeza Lorena Cuéllar Cisneros, pues no han aprovechado el quehacer gubernamental para desacreditar y criticar a las autoridades por sus escasos resultados, sin embargo hay sectores que están esperando el momento indicado para mostrar su inconformidad.

 

Por ejemplo, el conflicto al interior del sindicato de burócratas “7 de Mayo” persiste y las diferencias y la rivalidad entre los grupos siguen aumentando, sobre todo cuando los agremiados ya comprobaron que los módulos integrales de salud operados por una empresa privada y que ofrece el servicio a los agremiados no funcionan, toda vez que no hay medicinas, ni doctores capacitados.

 

El nuevo esquema de salud que se puso en marcha en agosto del año pasado quizá empezó bien, pero conforme avanzaron los meses los sindicalizados verificaron que al acudir y necesitar un medicamento, la respuesta es que ese fármaco no lo tienen y que buscarán otro para dárselo al paciente o que para conseguir una consulta con un especialista es casi imposible porque los médicos que los atienden consideran, sin hacer análisis o pruebas, que no es necesario.

 

Créame que el malestar es real y el conflicto del “7 de Mayo” pronto podría resurgir y volverse un serio problema para la administración lorenista, sobre todo porque una parte importante de los agremiados no reconoce la dirigencia encabezada por Karina Erazo Rodríguez, hija de los ex dirigentes Guadalupe Rodríguez y Pedro Erazo, compadres de la actual mandataria.

 

Otro asunto que sigue pendiente, es el compromiso de aplicar la ley a los responsables del linchamiento de dos policías estatales que fueron masacrados el pasado 8 de abril por vecinos de Zacatelco. Ya pasó un mes de esa tragedia y no hay detenidos ni mandos policiacos sancionados por su clara omisión de no actuar y dejar morir a sus compañeros.

 

El tema de la inseguridad es muy recurrente en las campañas políticas que se llevan a cabo en este momento. Todos los candidatos se quejan del fracaso que existe en el combate a los delincuentes, pero muy pocos han optado por señalar al responsable que no es otro más que el inútil capitán de la Marina, Alberto Martín Perea Marrufo, que cobra como titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

 

En materia de salud, los tlaxcaltecas siguen padeciendo la falta de medicinas en las clínicas y hospitales. El servicio sigue teniendo las mismas deficiencias de hace meses y los pacientes sencillamente no perciben ningún cambio, pues las recetas de los fármacos no se surten completas y el proceso para lograr una cita con un especialista lleva semanas o meses.

 

Además, los malos manejos de recursos públicos son la constante y los casos de corrupción no tardarán en convertirse en un escándalo mediático. Si no me cree sólo indague la aplicación de los fondos en los pacientes de hemodiálisis y verá que no miento.

 

Lo curioso es que el secretario de Salud, Rigoberto Zamudio Meneses, no hace nada y cómo ahora el gobierno federal ya es el responsable de la mayoría de las clínicas y hospitales de Tlaxcala, se limita a echar la culpa de todas las deficiencias y anomalías al IMSS-Bienestar.

 

En materia de obra pública, se ha detectado que ciertos productores y campesinos que podrían ser afectados en sus tierras por ciertos proyectos como la construcción de un libramiento en Calpulalpan ya se organizaron y no están dispuestos a ceder sus propiedades salvo que las autoridades paguen por adelantado y precios justos.

 

A ese asunto habría que añadir el caso de los productores del campo de la zona oriente de la entidad que siguen esperando acciones concretas de las autoridades no sólo para frenar a los delincuentes que los afectan, sino para atender el problema de la sequía que nuevamente está perjudicando la producción de alimentos.

 

A los funcionarios lorenistas les queda casi un mes de calma, pero una vez concluido el actual proceso electoral enfrentará una realidad que a lo mejor no es de su agrado, sobre todo porque los tlaxcaltecas empezarán a exigir atención, soluciones y hechos, pues la temporada de repartir culpas y evadir responsabilidades se terminó.

 

Un fraude el simulacro de votación

 

No lo cuente en voz alta, pero los resultados que se obtuvieron en algunas instituciones de educación superior sobre el “simulacro de votación” realizado el pasado 7 de mayo no fue tan serio y real como se piensa.

 

Los organizadores, funcionarios lorenistas metidos a mapaches electorales, empezando por el secretario de Educación Pública, Homero Meneses Hernández, quien recurrió a su hija para vigilar y garantizar el triunfo de Claudia Sheimbaun Pardo, candidata presidencial de Morena, en ese amañado ejercicio.

 

Alumnos y colaboradores cercanos a la rectora priísta de la Universidad Politécnica de Tlaxcala (UPTx), Rosalía Nalleli Pérez Estrada, fueron testigos de los verdaderos resultados que indicarían que el ganador entre los estudiantes de ese simulacro fue Jorge Álvarez Máynez, aspirante presidencial de Movimiento Ciudadano.

 

El hecho puso de malas y muy molesta a Rosalía Nalleli Pérez, quien habría ordenado ocultar esa información y alterar los datos, pues porque Homero Meneses había dado la instrucción de hacer ganar a Sheimbaun Pardo, lo cual vuelve a demostrar que los morenistas son el nuevo PRI.

 

O no.

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