El cierre de año podría traer consigo varios problemas para la actual administración estatal, debido a que pacientes y ciudadanos están desesperados de la escasez y falta de medicamentos y de la inseguridad que sigue azotando a los tlaxcaltecas.

 

 

Resulta que en las clínicas y hospitales de la entidad no hay medicamentos para los enfermos, lo que ha generado roces entre el personal médico y los enfermos que se quejan del mal servicio que reciben, pues éstos son informados que no hay medicinas y que por lo tanto las deberán comprar para continuar con su tratamiento.

 

Cada año las autoridades del sector salud programan durante el año la solicitud de medicamentos y materiales que se usan en las clínicas y hospitales, sin embargo el secretario de Salud de Tlaxcala, Rigoberto Zamudio Meneses, no hizo las últimas requisiciones porque según él era responsabilidad del coordinador estatal del IMSS-Bienestar, Gabriel Gutiérrez Morales, lo que hoy ha dejado sin fármacos a los tlaxcaltecas.

 

El pleito y las diferencias de Rigoberto Zamudio con los representantes del IMSS-Bienestar son absurdos porque el funcionario está jugando con la salud de los pacientes, quienes deben desembolsar recursos económicos para comprar el medicamento que las autoridades no solicitaron.

 

Recorra cualquier clínica y hospital de Tlaxcala y pregunte si hay medicamento para los enfermos de diabetes o de otras enfermedades degenerativas y comprobará que no existen los fármacos, por lo que es mentira que el abasto de medicinas sea superior al 96 por ciento como recientemente se informó.

 

Imparable la inseguridad

 

Otro asunto que está provocando la molestia de los ciudadanos de diferentes municipios de la entidad por la ola de crímenes que a todas horas se están llevando a cabo ante la indiferencia de los policías que siempre llegan tarde porque nunca detienen a nadie.

 

Ahí están los casos de las personas asesinadas a balazos en Chiautempan, Calpulalpan, Apizaco y los atracos violentos registrados en viviendas o en las carreteras para despojar camiones de carga o vehículos particulares.

 

El secretario de Seguridad Ciudadana, Alberto Perea Marrufo, encabezó la pachanga del día del policía que también sirvió como convivio navideño el pasado martes. Los policías y su jefe llegaron puntuales a la cita y se veían felices, mientras que los criminales andaban haciendo de las suyas con total impunidad.

 

En Apizaco, los ciudadanos y comerciantes ya se están organizando para iniciar a través de las redes sociales una campaña para exigir al inútil alcalde morenista, Javier Rivera Bonilla, resultados en seguridad, porque desde que asumió el control del ayuntamiento los crímenes violentos y asaltos se han desbordado.

 

El iluso presidente municipal de la ciudad rielera piensa que organizando Jornadas por la Paz y llevando a cabo acciones de proximidad y participación social contendrá y combatirá a los delincuentes, lo cual resulta ridículo porque es un hecho que entre los habitantes existe miedo y temor y una prueba de ello es que a las diez de la noche muchos negocios y gasolineras dejan de funcionar ante la alta posibilidad que enfrentan de ser atracados.

 

Algunos diputados y diputadas esperarán la reanudación de actividades el próximo año para exigir las comparecencias de los funcionarios estatales, proceso que será inevitable porque se realizará la glosa del Tercer Informe de Gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros.

 

Habrá muchas preguntas y muchos señalamientos. Un funcionario lorenista que tiene mucho que explicar porque siempre se oculta y evita dar la cara es Alberto Perea que tendrá que defender con argumentos creíbles que Tlaxcala es uno de los estados más seguros del país.

 

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