El presidente municipal electo de Apizaco, Javier Rivera Bonilla, aún no comienza a gobernar y ya empezó a decepcionar a los habitantes de la ciudad riela, quienes ven como el ex priista y hoy morenista se está rodeando de panistas, los mismos que han manejado el ayuntamiento por casi 17 años y que hoy se están camuflando para seguir viviendo cómodamente de los recursos públicos que ven como botín.
Después del 2 de junio en que los apizaquenses decidieron darle la espalda al PAN para apoyar el proyecto de Javier Rivera han brotado muchas dudas respecto a si el morenista representará un cambio para el beneficio de los ciudadanos o si fue un error que pagarán muy caro, sobre todo porque dicen que el audaz empresario abarrotero ha desconocido acuerdos, ha dejado de contestar el celular a sus aliados y se ha pelado con sus impulsores.
De acuerdo con la versión de muchos de sus aliados, el ex priista dejó atrás su fingida humildad, su aparente disposición al diálogo, su simulación de ser hijo del pueblo y su disfrazado enojo y repudio hacia el PAN, para asumir una actitud soberbia, déspota, amenazante, beligerante, altanera y bravucona, como si él sólo hubiera ganado las elecciones para una de las presidencias municipales más importantes de la entidad.
Obtuso y soberbio, el abarrotero sencillamente se niega a reconocer que su triunfo en gran medida se debe al arrastre de AMLO y Morena, además de la voluntad de cientos de habitantes de Apizaco que vieron en Rivera Bonilla la menos peor de las propuestas para quitarle el poder a los panistas.
Su transformación fue tan radical en 45 días que ciudadanos y ciudadanas de Apizaco decidieron elaborar y publicar una carta abierta al presidente municipal electo donde le hacen fuertes señalamientos. Le advierten que de seguir en su actitud de arropar a los personajes de pésima reputación y el camino que está recorriendo, perderá el respaldo del pueblo, porque sencillamente no podrá negar que se está rodeando de panistas y de oportunistas que lo están chantajeando, engañando y lo que es peor, presionando, para que el ayuntamiento quede en manos de funcionarios incapaces y corruptos.
La carta la recibió un servidor y le puedo asegurar que se constataron la firmas de cientos de personas que la respaldan.
A continuación la carta:
Se consuman los primeros cambios en el gobierno
Los primeros cambios de funcionarios estatales han empezado a concretarse. Ayer se confirmó la salida de César García Pérez de la de la Dirección de Notarías y del Registro Público de la Propiedad, donde llegó Dora Delia Hernández Roldán, quien se desempeñaba como titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y Ofendidos (CEAVO).
Dicen que César García no pudo lidiar con los ortinotarios que se organizaron para grillar al funcionario lorenista que finalmente fue despedido.
Otra mujer que se incorporó a la administración de Lorena Cuéllar Cisneros, es la hija de José Humberto Vega Vázquez, director de Agricultura de la Secretaría de Impulso Agropecuario, Belén Vega Ahuactzin, quien comenzará a cobrar como directora del Consejo Estatal de Población (COESPO) y del Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes.
Por cierto, ayer empezó a correr el rumor de que no será sólo Antonio Martínez Velázquez el tlaxcalteca que pronto dejará la Secretaría de Cultura para incrustarse en el equipo de la futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, pues se habla que la voraz secretaría de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora, también podría incorporarse a la futura administración federal.
Si en la actualidad se siente diva y con una vasta experiencia en el sector turístico, imagínese como funcionaria federal. Prácticamente será inalcanzable.
Los que saben dicen que es cuestión de días para que se confirme su salida del gobierno lorenista, pues al parecer su actual jefa ya está enterada.
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