Para muchos, o quizá para unos cuentos, según lo quieran ver, no pasó desapercibida la exposición que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hizo de Oscar Flores Jiménez, titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la SEP, ante la futura mandataria del país Claudia Sheinbaum Pardo y la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros.
El domingo pasado durante la presentación de la evaluación de programas y proyectos de educación que se llevó a cabo en la plaza del huehue del municipio de Yauhquemehcan, fue evidente el afecto de López Obrador a su colaborador, pues fue una de las pocas figuras tlaxcaltecas que estuvo en el presídium, como si la intención fuera placear a un “obradorista puro” que al no lograr ni un cargo de elección popular en los pasados comicios, sí está disponible para participar en la sucesión por el gobierno de Tlaxcala que prácticamente ya arrancó y que culminará en el 2027.
Llamó la atención que al evento no haya sido convocada la senadora reeleccionista Ana Lilia Rivera Rivera, una de las más adelantadas en esa carrera. También fue notorio que el penúltimo evento oficial de López Obrador como presidente se haya realizado en Yauhquemehcan y no en la capital de Tlaxcala como inicialmente se tenía programado.
Dicen que Claudia Sheinbaum entendió el mensaje del presidente de México, de ahí que Oscar Flores podría ser impulsado y promovido desde el gobierno federal para tener más presencia y juego político en la entidad.
Los asistentes al acto, pudieron percibir que el tabasqueño trato de no mencionar el nombre del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, pero al final lo hizo como parte de sus amigos tlaxcaltecas, lo cual se interpretó como una señal de distancia con ese grupo que hoy impulsa las aspiraciones de Alfonso Sánchez García, actual alcalde electo de la capital de Tlaxcala, quien pretende suceder en el cargo a Lorena Cuéllar.
AMLO sabe del juego político y de sucesiones gubernamentales. Si hay alguien que construyó varias candidaturas a gobernadores durante su sexenio es él, de ahí que antes de dejar el poder a finales de septiembre de este año quiso mostrar una de sus cartas para el futuro relevo en Tlaxcala, con la salvedad que a él ya no le corresponderá influir en nada en eso proceso que estará en manos de Sheinbaum Pardo.
Al parecer, el ex mandatario tlaxcalteca y también senador reeleccionista, José Antonio Álvarez Lima, es el más metido en la sucesión, pues por Morena estaría impulsando a Ana Lilia Rivera y a su amigo Oscar Flores, pero en el PRI estaría haciendo lo propio con la también senadora electa, Anabell Ávalos Zempoalteca.
La gobernadora Lorena Cuéllar sigue apostándole a Alfonso Sánchez para heredar su silla y darle el impulso y reflector que pueda. De entrada ya giró órdenes precisas para que un C2 asignado a los municipios de Santa Cruz Tlaxcala y Atlangatepec sea cancelado para que ese equipo tecnológico y de seguridad sea entregado al futuro alcalde capitalino y éste empiece haciendo algo.
Seguramente, el hijo de Sánchez Anaya no será la única carta de la mandataria, ya que es probable que tenga uno o dos más guardadas bajo la manga, mismas que se conocerán cuando la gobernadora crea prudente a fin de no desgastarse ante de tiempo.
Otro nombre que los tlaxcaltecas y la clase política ha empezado a mencionar para jugar la sucesión, es el de Raymundo Vázquez Conchas, diputado federal electo de Morena que puede presumir estar entre los cinco candidatos a ese cargo en el país que más votación lograron en las elecciones del pasado 2 de junio.
Veremos si los ciudadanos y las ciudadanas lo respaldan, porque de ser así no dude en que Ray Vázquez trabajará en ese nuevo reto.
Al tiempo.
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