El combate a la corrupción es una pantomima en Tlaxcala.
La fabricación de delitos y la impartición de justicia a modo para satisfacer venganzas es lo de hoy.
La acusación y proceso penal contra el ex presidente municipal de Zacatelco, Hildeberto N., fue una burda mascarada, una vil simulación, una comedia barata y una monumental farsa que deja un pésimo sabor de boca.
El ex munícipe que tuvo la osadía de retar al sensible secretario de Gobierno de Tlaxcala, el morelense Luis Antonio Ramírez Hernández, enfrentó una persecución en la que se usó descaradamente al Órgano de Fiscalización Superior, la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción (FECC) adscrita a la Fiscalía General de Justicia del Estado y el Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Todos armaron un expediente que por arte de magia se integró al encontrar un probable desfalco de casi 10 millones de pesos que derivó en una liberación casi inmediata de una orden de aprehensión que se autorizó en horas y que en menos de un día se ejecutó, para después cerrar la investigación el pasado 26 de septiembre y casi un mes después lograr una sentencia al famoso “Cachorro” que recibió una condena de seis meses de prisión y una reparación del daño consistente en pagar la cantidad de dos millones 233 mil 877 pesos a favor del ayuntamiento de Zacatelco.
No cabe duda que cuando se quiere y se ordena la justicia en pronta y expedita, lo malo que eso sólo ocurre para los enemigos de los influyentes, porque los ciudadanos y las ciudadanas deben padecer y agotar los tiempos legales y las instancias para lograr que sus denuncias por algún delito avancen y llegue a una sentencia condenatoria.
Al final Hildeberto N. fue encontrado culpable de malversar más de 2.3 millones de pesos y no de los casi 10 millones de pesos que generó su aprehensión. El daño patrimonial corresponde al ejercicio fiscal del 2022 y dudo que con ese escarmiento el Órgano de Fiscalización Superior, la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción y el Tribunal Superior de Justicia del Estado decidan orquestar otro proceso para fincarle responsabilidades penales por los transas que habría cometió el ex alcalde de Zacatelco durante el 2023 y las correspondientes a los meses de enero a mayo del 2024.
Difícilmente habrá alguien en Tlaxcala que se sienta satisfecho con ese pactado combate a la corrupción.
Si el gobierno lorenista y su chafa andamiaje de instituciones públicas para castigar los excesos y las transas de los presidentes municipales y los funcionarios piensan que lograron credibilidad y que merecen aplausos por la ridícula sentencia y por el proceso penal amañado que aplicaron, se equivoca porque sólo evidenciaron para qué sirve el poder, es decir, para vengarse a intimidar a los nuevos ediles tlaxcaltecas que ya vieron que si no obedecen las órdenes del alto mando pueden terminar seis meses en la cárcel.
Se habla que el ex edil de Zacatelco podría dejar la cárcel el próximo 19 de noviembre a fin de que pueda pasar las fiestas navideñas en su casa, pues para ese día ya habrá cumplido sus seis meses de reclusión por transa.
Y después de esa tonta y burda tragicomedia, seguramente las denuncias penales que existen y que se interpondrán en los siguientes días contra los ex presidentes municipales volverán a acumularse y archivase, porque seguramente la voluntad de castigar la corrupción ya desapareció y habrá que esperar otros meses o quizás años para que se vuelva a reactivar el deseo de integrar esos expedientes y aplicar la ley a las ex autoridades que se enriquecieron con el dinero del pueblo, eso que dice Morena cuidar al máximo.
Morena y sus autoridades son grandes simuladores. Se la pasan hablando de combatir y castigar la corrupción, pero en los hechos es una farsa porque los excesos y las transas siguen y lo que es peor es que los ciudadanos las perciben y pronto se empezarán a quejar de esa mascarada.
En Tlaxcala las denuncias de corrupción se van acumulando y seguramente se mantendrá esa situación, pues por lo que se está observando no hay la menor intención de proceder contra ex presidentes municipales que triplicaron o cuadruplicaron las transas del ex alcalde de Zacatelco, Hildeberto N.
Qué decepción provoca ver lo que pasa en Tlaxcala.
O no.
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