A un mes y días de celebradas las elecciones del pasado 2 de junio, muy pocos candidatos y candidatas tienen la suerte de presumir que ya tienen trabajo tras no lograr su triunfo en las urnas.
Forman parte de un selecto grupo que puede alardear de su cercanía con la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros o de estar protegidas por el manto del influyente ex secretario de Gobierno y ex candidato al Senado por el PVEM, Sergio González Hernández.
Su compañera de fórmula, Isela Rojas Amador, subdelegada de Bienestar en la Delegación del Bienestar, ya logró un puesto en la Secretaría de Educación Pública de Tlaxcala. No crea que despidieron a alguien, sino que simplemente se le creó una oficina y un espacio a la recomendada de la ex senadora Martha Palafox Gutiérrez, porque ahora resulta que es lorenista de hueso colorado y merece ser tratada con pincitas porque es muy delicada y exigente.
Otra recomendada del coqueto Sergio González, es la maestra Abigail Pluma Zamora, quien al no lograr la candidatura a la diputación local por Morena, fue también incorporada a la nómina de la SEP disque para atender un programa de mejoramiento visual entre los estudiantes.
Una docente más que tuvo la suerte de regresar a la Secretaría de Educación Pública gracias a que dicer ser la comadre favorita de la mandataria estatal, es Oneida Dora Pérez Matlalcuatzi, quien dejó la Dirección de Educación Primaria de SEPE-USET para ir en busca de la presidencia municipal de Tlaltelulco, proceso en que fracasó rotundamente porque al final quedó en los últimos lugares de esa elección.
Por supuesto que ellas son afortunadas, porque hay otras como la priista de corazón, pero morenista de ocasión, como la ex secretaría de la Función Pública, Eréndira Cova Brindis, que no ha sido llamada para incorporarse nuevamente a la administración estatal.
Eréndira Cova es senadora suplente electa de la senadora reeleccionista Ana Lilia Rivera Rivera, quien sólo dejará su cargo si es que logra la anhelada candidatura de Morena al gobierno de Tlaxcala para competir en las elecciones previstas en el 2027.
A diferencia de Cova Brindis, el senador suplente del también senador reeleccionista José Antonio Álvarez Lima, el empresario Luis Vargas González, ya regresó a su cargo como representante del Gobierno de Tlaxcala en la Ciudad de México, posición que ha detentado desde el inicio de la actual administración lorenista y en la que ha logrado beneficios para la entidad.
Un lorenista que pese a los señalamientos de corrupto y de haber incurrido en anomalías cuando se desempeñó como titular de la Subdelegación para la Planeación y Evaluación Operativa de la Delegación de la Secretaría de Bienestar, Ventura Sánchez Gonzaga, desde hace algunas semanas despacha como Subdirector Académico del plantel 01 del Colegio de Bachilleres de Tlaxcala.
Al parecer, el ex funcionario federal que era investigado por el presunto uso indebido de recursos públicos y de vehículos oficiales, así como por presuntas conductas de acoso sexual, sería rescatado por su amigo el influyente Sergio González que le encontró un espacio en la nómina del gobierno estatal.
La influencia y poder que aún muestra el ex secretario de Gobierno tiene molestos a varios integrantes del lorenismo que sólo observan cómo promueve y protege a personajes de dudosa reputación o con escaso o nulo trabajo hacia el proyecto que en su momento encabezó y conformó la actual mandataria.
Ahí están los casos que el lunes pasado le mencionaba y que hoy se los recuerdo. El primero es el titular del Instituto Tlaxcalteca para Devolver al Pueblo lo Robado, Miguel Sánchez Ramírez, el segundo es la íntima amiga de Sergio González, María Guadalupe Esquino Flores, quien fungió como directora administrativa en la Segob y finalmente Rafael Hernández Hernández, el compañero de parrandas del ex secretario de Gobierno y ex director de Evaluación y Seguimiento del Sistema de Justicia Penal de la Segob.
Y lo malo, es que esa manía de designar a funcionarios foráneos y ajenos al lorenismo continúa en la Secretaría de Gobierno a cargo del morelense Luis Antonio Ramírez Hernández.
Una vez que se ha empezado a conocerlos salarios de los colaboradores del poderoso funcionario, los lorenistas se han encabronado más, pues resulta que a esa dependencia llegó el abogado veracruzano José Carlos León Contreri, quien despacha como director de Estudios Políticos y Sociales, pero con la salvedad que casi cobra lo de un secretario del gabinete, es decir, más de 62 mil pesos mensuales.
No cabe duda que en la actual administración hay influyentes y recomendados a los que les va muy bien.
O no.
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