La gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, siempre ha sido una mujer de metas y de compromisos.
Quienes la conocen, dicen que anda nerviosa, tensa y hasta un tanto preocupada por los resultados que Morena, sus candidatos y sus aliados obtendrán en la próxima jornada electoral del 2 de junio.
No existe ninguna duda en que el partido guinda ganará en la entidad las elecciones presidenciales, de senadores y diputados federales, sin embargo el titubeo radica en si se cumplirá la meta fijada a Tlaxcala de aportar 550 mil sufragios al triunfo de Claudia Sheinbaum Pardo.
Otra incertidumbre tiene que ver con los comicios locales, porque la confianza inicial de que Morena volvería a ganar la mayoría de los quince distritos locales y por ende garantizar el control del Congreso del Estado se ha venido desvaneciendo, al igual que la posibilidad de que ese partido se hiciera de por lo menos cuarenta de los sesenta municipios del estado.
Y lo anterior quedó de manifiesto en la reunión de gabinete legal y ampliado que se llevó a cabo la tarde noche del martes pasado en las instalaciones del Centro Expositor, donde la gobernadora dejó ver su preocupación.
Sé muy bien quiénes son los funcionarios que sí apoyaron y trabajaron para apoyar las campañas de los aspirantes guindas, pero también conozco quiénes simularon y los que no hicieron nada. Incluso, se quiénes operaron a favor de otros proyectos políticos, de ahí que pasadas las elecciones del domingo habrá ajustes y cambios, expresó la mandataria a los más de 60 servidores públicos reunidos.
Y agregó, si no se logra una votación importante en las elecciones federales seguramente los apoyos para la entidad serán limitados por parte del próximo gobierno federal y eso se verá reflejado en el presupuesto de Tlaxcala.
Localmente, continuó, se requiere la mayoría en el Congreso del Estado para garantizar que los presupuestos se ajusten a nuestro proyecto y administración, porque si no se logra ese objetivo tendremos dificultades porque seguramente habrá recortes y afectaciones.
Las palabras de la gobernadora se escucharon muy bien, porque los funcionarios guardaron un silencio sepulcral. A los pocos minutos, Lorena Cuéllar dio por terminada su intervención y abandonó rápidamente el lugar sin despedirse en persona o voltear a ver a alguien.
Les pido que se sienten, dijo en el micrófono el secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez Hernández, quien de inmediato se molestó porque nadie le hacía caso y porque los funcionarios prácticamente lo ignoraban.
El titular de la Segob alzó más la voz y poco a poco los servidores públicos se empezaron a sentar. Debemos entender y ser solidarios con la gobernadora que está realmente preocupada por el escenario electoral de Tlaxcala, por lo que les pido que cada uno se convierta en un movilizador y ayude a que la gente salga a votar para cumplir con la meta de sufragios y asegurar el control del Poder Legislativo y de la mayoría de los municipios.
Si no lo hacen y nos ayudan, es obvio que habrá consecuencias para los funcionarios que sencillamente no han hecho nada para apuntalar a los candidatos de Morena, remató Luis Antonio Ramírez.
Las últimas palabras calaron y provocaron una enorme molestia entre los funcionarios lorenistas, porque primero fueron amenazados por Ramírez Hernández para no involucrarse en el proceso electoral y ahora les exige a pocos días de los comicios convertirse en movilizadores, cuando es obvio que poco o nada podrán hacer por la cercanía del 2 de junio y por la marcada escasez de recursos para operar.
Dicen que un funcionario que salió sonriente fue el secretario de Educación Pública de Tlaxcala, Homero Meneses Hernández, quien al parecer fue el único que públicamente anduvo de matraquero a favor del candidato al Senado por el Partido Verde Ecologista de México, Sergio González Hernández, quien podría convertirse en el peor fracaso electoral si se confirma que pese al apoyo recibido queda en el último lugar en las votaciones del domingo.
Ahora, sólo falta ver qué pasa.
Será que la estructura lorenista del gobierno ayudará o simplemente se mantendrá en su zona de confort como siempre ha pasado.
Sí habrá cambios y ajustes en el gabinete de Lorena Cuéllar o las cosas seguirán igual después del próximo domingo.
Lo que me llama la atención es que desde ahora se están buscando probables culpables de la derrota electoral en los comicios locales, cuando los responsables de ese asunto deberían ser los encargados de la imposición de los candidatos y las candidatas a diputados y a las presidencias municipales que no son más que el titular de la Segob, Luis Antonio Ramírez y la diputada que va tras su reelección, Marcela González Castillo.
O usted qué piensa.
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