Pese al desprecio que los tlaxcaltecas han sufrido por parte de la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo, quien a 27 días de que concluyan las campañas no ha visitado la entidad, las preferencias hacia el partido que fundó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se mantienen y al parecer serán suficientes para obtener el triunfo el próximo 2 de junio.
De acuerdo con los resultados de las últimas encuestas, Morena y sus aliados se perfilan para ganar la elección presidencial, la de senadores y la de diputados federales, pero existen serias dudas de que se pueda alcanzar la meta de 550 mil votos establecida por Claudia Sheinbaum, quien a lo mejor no supera los sufragios que en el 2018 logró López Obrador en Tlaxcala y que fueron más de 430 mil.
El plan “C”, es decir, lograr con un partido aliado como el PT o el PVEM, obtuviera la primera minoría para impedir que el PRI, el PAN y el PRD se hicieran de un escaño en la Cámara de Senadores fracaso, pues la candidata opositora Anabell Ávalos Zempoalteca sigue creciendo en las simpatías y la diferencia que le lleva a sus más cercanos competidores ya no es remontable.
El petista Rodrigo Cuahutle Salazar nunca despuntó, al igual que el candidato verde ecologista, Sergio González Hernández, quien es la decepción electoral más grande porque ni con la estructura del lorenismo ni con la ayuda del gobierno estatal pudo dejar el sótano donde se encuentra y permanecerá.
La campaña intermitente de los candidatos reeleccionistas de Morena, la engreída Ana Lilia Rivera Rivera y el cansado José Antonio Álvarez Lima, no ha sido del agrado de los tlaxcaltecas, porque si bien encabezan las preferencias, éstas ya andan debajo del 50 por ciento, cuando hace unas semanas casi se situaban en el 60 por ciento.
La única candidata al Senado que ha tenido un crecimiento constante es la priista Anabell Ávalos que sigue recorriendo el estado a ras de suelo, ubicándose en estos momentos con el 25 por ciento de las simpatías de los electores tlaxcaltecas.
El partido en el poder y en el gobierno de Tlaxcala se encuentra aletargado, lo cual está afectando a las desinfladas campañas de los candidatos y las candidatas de Morena y sus aliados a las diputaciones locales, ya que éstas arrancaron flojas, sin líneas discursivas, sin estrategia y sin rumbo, porque lo que están vendiendo los aspirantes y las aspirantes es sus “grandes dotes políticos, el segundo piso de la Cuarta Transformación y la continuidad de los programas sociales”.
Nadie habla de propuestas legislativas serías ni destaca o menciona alguna obra o acción del gobierno lorenista, cómo si les diera pena que los vincularán con la actual mandataria Lorena Cuéllar Cisneros, quien sigue bajando en sus niveles de aprobación ciudadana, lo cual estaría relacionado a la creciente percepción de que en su administración hay corrupción y que no se conocen obras emblemáticas o de relevancia.
El tema de la seguridad está siendo demoledor para Morena y sus candidatos, pues en la actualidad casi siete de cada diez tlaxcaltecas no sólo si siente inseguro y con miedo en la calle, en su trabajo y en lugares de esparcimiento, sino en su casa, situación que la oposición está capitalizando para desacreditar a las autoridades morenistas.
Por lo que respecta a los candidatos y candidatas de Morena a las presidencias municipales de Tlaxcala, éstos ya fueron abandonados a su suerte. Se enfrentan no sólo a la escasez de recursos para financiar sus campañas y su propaganda electoral, sino que tampoco recibirán el respaldo de funcionarios y empleados del gobierno para llevar a cabo acciones de proselitismo.
En pocas palabras en las elecciones para diputados locales y presidentes municipales existe incertidumbre. No hay la certeza de que la mayoría saldrá con la victoria, como sí sucede con las elecciones para senador y diputados federales donde existe plena confianza en que Morena se quedará con esas posiciones.
El escenario local no se ve nada bien para el partido en el poder.
La venganza llega al TJA
La solicitud de juicio político en contra de magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa (TJA) del Estado de Tlaxcala parece una historia de venganza y ambición del ex servidor público Daniel Morales.
El recurso que promovió el pseudo periodista y abogado -acusado por sus propios compañeros de problemático y arrogante- se da justo en el momento que el Congreso del Estado creó la Comisión Especial de diputados que analizará la situación jurídica de la magistrada María Isabel Pérez González y el magistrado Marcos Tecuapacho Domínguez, para determinar si son o no ratificados.
¿Qué ganará quien fuera auxiliar de la Segunda Ponencia del TJA al llevar a la silla de los acusados a sus ex jefes?, pues como se sabe en 2021 dejó el cargo y durante su permanencia se distinguió por su bajo rendimiento, falta de disciplina y ofrecer un mal servicio a los tlaxcaltecas.
Los pasillos del edificio que alberga el TJA fueron testigos de su altanería, su poco conocimiento en materia administrativa y su conducta vergonzosa que lo llevó a renunciar en 2021.
Aquel escritorio que utilizaba como spa para reducir la fatiga de sus pies, también es testigo de su afición por el uso excesivo del celular en horario de trabajo y por disfrutar de los brazos de Morfeo.
Esos grandes dotes lo llevaron a soñar con ser magistrado del TJA y para lograr su objetivo, primero envió a la silla de los acusados a sus ex jefes con argumentos legaloides para hacer el negocio de su vida.
Este personaje que aparenta ser servidor público, busca ser magistrado… imagínense si llega, seguro va a querer contratar esclavos para que le soplen aire mientras descansa a pierna suelta.
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