Lamentablemente conforme pasan los días se comprueba que el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones está a la deriva.
Es un organismo electoral sin credibilidad y sin capacidad para dar certeza a los comicios para diputados locales, alcaldes y presidentes de comunidad.
Por ejemplo, aprobó las candidaturas a diputados de la coalición “Fuerza y Corazón por Tlaxcala» conformada por el PRI y el PAN sin entrar a fondo en caso, es decir, no tuvo el valor para negar los registros por el simple hecho de que éstas fueron registradas de manera extemporánea.
Ahora sólo falta ver si alguien impugna en los próximos tres días ese acuerdo ante las instancias jurisdiccionales, ya que éstas podrían ordenar la cancelación de algunas nominaciones de la mencionada coalición, de ahí que el PRI y el PAN aún no pueden cantar victoria.
Tal y como se lo habíamos comentado, el registro y aprobación de los candidatos a los ayuntamientos y a las presidencias de comunidad se volvió un relajo, al grado que todos los aspirantes a esos cargos perderán una semana de campaña porque los consejeros del ITE bajo el mando de Emmanuel Ávila González decidieron, absurda y arbitrariamente, no avalar ninguna nominación para no violentar el principio de equidad.
Hay planillas a ayuntamientos que están en orden y que cumplieron con todos los requisitos, incluidas las acciones afirmativas, sin embargo los mediocres consejeros electorales se niegan a autorizar su registro para que puedan iniciar campaña, lo cual resulta una injusticia porque a los que hicieron bien la tarea sencillamente se les está perjudicando.
Algunos podrán justificar la decisión del árbitro electoral, pero otros tiene razón en cuestionar sus decisiones, porque pareciera que el ITE está viendo sólo por las planillas que entregaron incompletos sus documentos, las que no cumplieron con las acciones afirmativas y por las que no respetaron el criterio de equidad de género.
Por esa razón, todos los partidos políticos se han quedado callados y ninguno ha protestado, porque saben que no cumplieron y que requieren del tiempo que les otorga el ITE para subsanar las inconsistencias y estar en posibilidades de participar en las actuales elecciones que se llevarán a cabo el próximo 2 de junio.
El trabajo en el ITE es excesivo porque se habla de revisar más de 14 expedientes de aspirantes a alcaldes y a presidentes de comunidad, pero los consejeros sabían lo que enfrentarían y nunca se prepararon para sacar en tiempo y forma esa labor.
Y mientras las autoridades electorales trabajan a marchas forzadas para resolver el grave problema que tienen en sus manos, varios aspirantes a presidentes municipales andan en una abierta promoción sin que nadie les ponga un freno, lo que obviamente está dañando la elección porque se está violando la ley.
El ITE sólo ve lo que le conviene, porque no observa los actos anticipados de campaña, los excesivos gastos que algunos aspirantes han realizado y la reunión celebrada el pasado domingo en Casa de Gobierno entre los abanderados a alcaldes de Morena con la mandataria tlaxcalteca Lorena Cuéllar Cisneros, lo que para muchos se interpretó como un acto de abierta injerencia de la actual administración en las elecciones.
Tampoco ve la participación de funcionarios estatales en actividades proselitistas, cuando éstos incluso utilizan los vehículos oficiales (Secretaría de Educación Pública) para andar de promotores del voto de la Cuarta Transformación como se pudo observar el pasado fin de semana y específicamente en un evento que tuvo el aspirante al Senado del PVEM, Sergio González Hernández.
El desorden que priva en Tlaxcala en materia electoral es evidente. La difusión de supuestas encuestas que marcan tendencias falsas y que sólo buscan confundir a los ciudadanos es la constante.
Por ejemplo, en los últimos días en Chiautempan se ha manejado que Morena encabeza las preferencias en ese municipio que actualmente gobierna, sin embargo estudios demoscópicos de empresas serias revelan que la coalición del PRI y el PAN con Nicolás Gutiérrez de Casa se perfila como la ganadora de los comicios al sacar una diferencia de seis puntos porcentuales a la aspirante morenista Blanca Angulo Meneses.
La actuación del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones deja mucho que desear. Es el peor organismo que ha tenido la entidad en los últimos años.
Su pésimo desempeño seguramente provocará conflictos postelectorales que se terminarán convirtiendo en un fuerte dolor de cabeza para el gobierno lorenista.
Al tiempo.
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