No hay ninguna duda, la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros está empeñada en heredar el poder y dejar sucesor, tal como en su momento lo hizo el mandatario priista Mariano González Zarur.
Pero no crea que su herencia política y de poder será para su hija consentida María Fernanda Espinosa de los Monteros Cuéllar, presidenta honorífica del Comité Consultivo de Bienestar, que al parecer ya le encontró gusto a la vida pública y al mando, sino para el hijo de ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, el actual alcalde capitalino, Alfonso Sánchez García.
Ponchito, el mandilón, es el delfín del lorenismo, es el gallito que disputará la candidatura de Morena al gobierno de Tlaxcala.
María Fernanda Espinosa de los Monteros no es la prioridad y si bien la estructura gubernamental se está moviendo para apuntalar sus aspiraciones a una diputación, la realidad es que ella no es la preponderancia.
Y aunque no tenga liderazgo, ni capacidad, ni trayectoria, ni inteligencia, el delfín que más bien parece un charalito, se deja manejar y manipular no sólo por la mandataria Cuéllar, sino por su esposa Marcela González Castillo, así como por el morelense Luis Antonio Ramírez Hernández que despacha como secretario de Gobernación en Tlaxcala.
Gracias a ese triunvirato, el charalito Sánchez logró asumir por la vía de la imposición la representación de la Asociación de Autoridades Municipales de Tlaxcala (AAMT) que no servirá para nada porque, al final, no traerá ningún beneficio para los ayuntamientos.
Si se constituyó fue porque la mandataria morenista se lo ordenó a los ediles tlaxcaltecas que no les quedó más que apoyarla y acatar la designación de Ponchito como presidente.
Hay que reconocer que el mandilón que dizque gobierna la capital intentó armar por sí sólo la mentada agrupación, sin embargo no logró convencer a nadie y fue necesaria la presión y la persuasión de sus titiriteros para formarla con 45 presidentas y presidentes municipales de la entidad.
En corto, los ediles reconocen que fueron obligados y que no tuvieron otra más que simular el respaldo a ese bisoño político que por más apoyo que recibe no crece, ni despega, ni destaca y ni brilla.
Resulta absurdo que Sánchez García haya creado una asociación para promoverse y en teoría para ayudar en su desarrollo a los otros municipios, cuando la capital está abandonada y sin recursos, cuando la ciudad se está cayendo por los múltiples baches, la inseguridad y la deficiente prestación de servicios públicos.
El charalito ya declaró que recibió un ayuntamiento en quiebra financiera y que lo único que dejaron son recursos para pagar la nómina, si es así no sería mejor que antes de asistir a otros municipios a tlaxcaltecas para poner en marcha ciertas obras se concentrara en atender las necesidades y problemas de los capitalinos o que hiciera las gestiones ante su madrina la gobernadora Cuéllar para rescatar a la ciudad y ya después pensar en el desarrollo de otras poblaciones.
Lleva tres años en campaña permanente y no logra convencer políticamente hablando y prueba de ello es su abierto fracaso para conseguir en los pasados comicios la candidatura de Morena al Senado.
La gobernadora nunca ha ocultado su simpatía y respaldo por Sánchez García. Hace unos días ese cariño la llevó a operar para sumar a su “delfín” con rostro de charalito a la ex mandataria priista y ex senadora Beatriz Paredes Rangel, quien después de aceptar incorporarse al proyecto del manejable político, ésta llevó a cabo una primera encomienda que consistió en invitar a ese plan a los ex gobernadores Héctor Ortiz Ortiz y a Marco Antonio Mena Rodríguez.
El que quedó pendiente fue el hacendado ex gobernador Mariano González Zarur, quien espera llegar a un acuerdo con su primo Alfonso Sánchez Anaya para amarrar su alianza.
El tiempo nos dirá que tan fuerte y viable será esa alianza, la cual está dispuesta a impedir que morenistas sin sangre priista busquen la candidatura a la gubernatura de Tlaxcala cómo sería el caso de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, quien es apoyada por su homólogo y ex gobernador José Antonio Álvarez Lima.
El delfín con cuerpo y capacidad de charalito seguirá moviéndose y jugando a la sucesión, pues por lo que se aprecia la gobernadora Lorena Cuéllar hará hasta lo imposible por heredar el poder.
La suerte del lorenismo está echada.
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