El bloque opositor integrado por el PRI, el PAN y el PRD debería estar muy agradecido con el que diseñó y aprobó la actual estrategia electoral de Morena y sus aliados el PT y el PVEM de ir solos en la elección de Senador y juntos en la de diputados federales donde el partido de López Obrador se quedó sin ninguna candidatura, porque al arranque de las campañas no sólo se observa división, encono y rivalidad, sino una evidente desorden que hace pensar que la cifra de 550 mil votos fijada por la abanderada presidencial Claudia Sheinbaum Pardo será imposible de lograr.
Los arranques de campaña de Morena, el PT y el Verde Ecologista se limitaron a simples concentraciones que no emocionaron a nadie y prácticamente pasaron desapercibidos.
El sábado vimos el inicio de las actividades proselitistas del ex panista, ex morenista y hoy verde ecologista Sergio González Hernández, el ex secretario de Gobierno y disque “jefe” de la estructura lorenista que, según él, lo llevará al triunfo el próximo 2 de junio como en su momento lo hizo en el 2021 con Lorena Cuéllar Cisneros cuando ganó la gubernatura.
Aunque se vio a uno que otro funcionario lorenista, la realidad es que Sergio González está muy lejos de ser un político carismático y de tener arrastre entre los tlaxcaltecas. No emocionó a nadie y sus seguidores se retiraron decepcionados porque su objetivo de ganar resulta una misión imposible.
Ayer domingo se observó la soberbia, la arrogancia y el exceso de confianza en el arranque de la campaña de los senadores de Morena José Antonio Álvarez Lima y Ana Lilia Rivera Rivera, quienes buscan la reelección. Sin discurso y sin seguidores propios, ambos políticos se limitaron a decir que sólo harán proselitismo el sábado y domingo, porque de lunes a viernes se dedican a su labor de legisladores y a cuidar su abultado salario, de ahí que esa será su fórmula para mantenerse en la nómina dorada de la Cámara Alta del Congreso de la Unión.
El PT que lleva como candidato en la primera fórmula al Senado a PT, Rodrigo Cuahutle Salazar, apareció en la escena sin pena ni gloria, lo mismo que los aspirantes al mismo cargo pero del partido Movimiento Ciudadano Elsa Cordero y Alfonso González.
En el bloque opositor conformado por el PRI, el PAN y el PRD donde encabeza las candidaturas la priista Anabell Ávalos Zempoalteca que está acompañada por el perredista Domingo Meneses Rodríguez, se observa más orden y estrategia, aunque cada uno de los aspirantes jala por su lado.
La priista que es respaldada por los panistas opera a ras de tierra y está optando por el contacto directo con los tlaxcaltecas. Su presencia no pasa inadvertida y se nota que tiene aceptación y simpatía por parte de los electores tlaxcaltecas.
El distanciamiento que Anabell Ávalos tiene con el PRD y ciertos grupos del PRI es evidente. Ojalá ese factor no se convierta en una desventaja para su objetivo de llegar al Senado como la primera minoría.
Está claro que en Tlaxcala la Cuarta Transformación está dividida y confrontada. Los partidos que llevaron al triunfo al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en los comicios del 2018 hoy van separados y enfrentados, lo cual no es una buena señal porque los tlaxcaltecas ya percibieron que hay una burda y tonta lucha por el poder.
Lo anterior seguramente dará fuerza e impulso a los candidatos opositores que pueden crecer y meterse en zona de competencia.
Tan sólo hay que ver los ridículos arranques de campaña y su marcado interés por no hacer proselitismo.
Hasta ahora el único candidato comprometido y con ganas de entregar buenos resultados es Raymundo Vázquez Conchas, quien a través del Partido Verde Ecologista de México que está integrado a la coalición con Morena y el PT busca ganar el segundo distrito electoral federal. A él sí se le ve haciendo campaña y que busca tener contacto con los electores, lo cual no se percibe con los petistas que quieren alcanzar la reelección en el primer y tercer distrito, Alejandro Aguilar López e Irma Garay Loredo, respectivamente.
Si en estos momentos no lucen las cosas nada bien para Morena y sus aliados, imagínese cómo se pondrá el ambiente cuando se confirmen y se conozcan los candidatos a las diputaciones locales y a las presidencias municipales.
Seguramente las fracturas y divisiones serán más hondas y evidentes.
Enorme ridículo
Los encargados de organizar y llevar a cabo el proceso para elegir al próximo de titular de la Secretaría Ejecutiva del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Anticorrupción del Estado de Tlaxcala (SAET), hicieron un tremendo ridículo al declarar, sin ningún argumento legal o de peso, nula la convocatoria cuando ya se tenía integrada la terna en la que destacaba un académico de la UATx.
Se dice que José Alfonso Lima Gutiérrez, investigador de la Universidad Autónoma de Tlaxcala tenía asegurada su designación no sólo por ser el mejor evaluado, sino por el tener el mejor perfil, sin embargo a un poderoso funcionario del gobierno lorenista no le gustó lo anterior porque no podría cumplir la instrucción de imponer a que su recomendado no tuviera al desprestigiado Hilario Nicéforo Pérez García, secretario administrativo de la Universidad Politécnica de Tlaxcala.
Tal indiscreción la habría dejado entrever el torpe director de Gobernación de la Secretaría de Gobierno, Norberto Sánchez Briones, quien tuvo que convencer a dos integrantes del consejo que aprobó la convocatoria para que la desconocieran y exigieran reponer el proceso, porque según él, no había forma de nombrar a Hilario Nicéforo Pérez.
Sin más, dos miembros del consejo (cuyos nombres pronto se conocerán) desconocieron la convocatoria y dieron el pretexto para tirar el proceso de elección del titular de la Secretaría Ejecutiva del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Anticorrupción del Estado de Tlaxcala, posición que quedará acéfala el próximo 7 de marzo cuando Julio Caporal Flores deje esa posición al cumplirse su periodo.
Lo que hacen las autoridades es una burla y una vergüenza.
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