Un asunto del que se dejó de hablar porque muchos ya lo daban por muerto, es el proyecto del Autotren que revivirá una vez que los diputados y las diputadas locales aprueben este día otra reforma a la medida para que la empresa de Alfredo Chedraui Obeso obtenga no sólo los permisos, sino la protección del gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros.

 

 

Ante las obstáculos seguramente que encontró el proyecto del Autotren en las dependencias federales y que hasta ahora no ha superado, porque la obra para su ejecución que se anunció en marzo de este año no se ha iniciado, la administración lorenista que es especialistas en hacer trajes a la medida para satisfacer sus intereses obtendrá del sumiso Poder Legislativo las reformas a la Ley de Comunicaciones y Transportes en el Estado de Tlaxcala que se requieren para hacer realidad la operación de lo que también se conoce como el “medio metro”.

 

Anoche, las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales, Gobernación y Justicia y Asuntos Políticos y la de Movilidad, Comunicaciones y Transportes llevaron a cabo el análisis, discusión y aprobación del dictamen con proyecto de Decreto por el que se adicionan diversas disposiciones de la mencionada ley.

 

Aunque los legisladores y legisladoras tlaxcaltecas fueron cuidadosos en las palabras y en el uso de sus términos para ocultar al beneficiario de esa reforma, la realidad es que añadirán un capítulo a la ley denominado “Del Sistema de Transporte Público de Pasajeros Mediante Alternativas Tecnologías de Movilidad Sustentable”, con el cual se darán las facultades al gobierno lorenista para garantizar que el Estado cuente con condiciones normativas para crear un Sistema de Transporte Público de Pasajeros, mediante alternativas tecnológicas de movilidad sustentable, y otorgar concesiones en esa materia y para construir, operar, explotar, conservar y mantener los caminos y carreteras estatales, garantizando la movilidad sustentable e infraestructura carretera que satisfaga las necesidades y demandas de los ciudadanos.

 

Son tan dóciles los diputados y las diputadas que según ellos reconocieron la importancia que tiene legislar para que las tecnologías sustentables se utilicen en la implementación de un sistema de transporte público de pasajeros moderno que no es otro más que el Autotren.

 

Nunca había visto una legislatura tan subordinada y tan obediente que es incapaz de rebelarse a la gobernadora que con apapachos, comidas, desayunos y la entrega de bolsas para sus perfumes logró seducirlos.

 

Sí la mandataria les ordena un cambio a la Constitución para imponer a un morelense como titular de la Secretaría de Gobierno lo hacen, si les pide hacer más laxos los requisitos para designar al Auditor del Órgano de Fiscalización Superior lo cumplen, si le indican que debe imponer a un lorenista como nuevo comisionado de la IAIP lo aceptan y si les instruye aprobar el presupuesto de Egresos sin mover ni una coma se acata el mandato.

 

Los diputados y las diputadas le han cumplido cien por ciento a la gobernadora Lorena Cuéllar. Ahora falta ver que ella les cumpla, porque muchos pretenden reelegirse o lograr otro cargo de elección popular como una diputación federal o alguna presidencia municipal o que sean incorporados a posiciones de primer nivel en el devaluado gabinete.

 

Los legisladores y las legisladoras ya hicieron su chamba y este día darán el sustento legal para que el otro año se empiece a construir la obra del Autotren, proyecto que estará lejos de convertirse en una solución a la movilidad de los tlaxcaltecas porque su primera etapa en la que se invertirán más de 300 millones de pesos apenas si tendrá un recorrido de 2.5 kilómetros en la capital.

 

Más bien su ejecución por parte de la actual administración parece una necedad y un capricho, pues seguramente lo presumirá como un gran logro que escribirá una nueva historia para Tlaxcala, visión que no muchos compartirán porque ese sistema de transporte sustentable que funcionará a través de nuevas tecnologías estará lejos de representar la solución al problema de la movilidad que se registra en la ciudad.

 

El Autotren que se presentó en el mes de marzo pasado con bombo y platillo fue omitido del segundo informe de gobierno. La gobernadora Cuéllar no le dedicó ni una línea, pero ahora que el proyecto vuelva a revivir será destacado y formará parte de la línea discursiva que se usará en los siguientes meses para decir que Lorena Cuéllar está transformando a la entidad, aunque se trate de inversión privada.

 

La oposición tendrá un nuevo elemento para desacreditar y criticar al gobierno lorenista, sobre todo ahora cuando arranquen las campañas de los comicios del 2024. Los ciudadanos tlaxcaltecas que se oponen al Autotren estarán en condiciones de reiniciar sus protestas y comenzar un nuevo pleito legal contra las autoridades estatales por dar permisos para esa obra.

 

Por lo pronto se valen las apuestas en torno a si se hará o no el proyecto del Autotren en Tlaxcala.

 

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