Claudia Sheinbaum Pardo es sin dudas una mujer con muchísima suerte.
Seguramente será la próxima presidenta de México, pero no por ella, pues está claro que es una política gris, sin discurso, sin carisma, sin proyecto propio y con serios problemas para conectar con el pueblo, de ahí que sí Andrés Manuel López Obrador se encargó de designarla, él operará para garantizar su triunfo electoral el próximo 2 de junio del 2024.
Los eventos que lleva a cabo la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México con motivo de su precampaña son de hueva y sin chiste. Su manía de llegar tarde y de repetir los logros de López Obrador aburren a sus seguidores, como ayer que a medio discurso los acarreados a la plaza de toros de Huamantla empezaron abandonar las gradas, tal y como ha pasado en otros eventos a los que asiste la virtual candidata presidencial, quien es más que evidente que no tiene un discurso ni narrativa propia.
Lejos, pero muy lejos está de tener el carisma y arrastre de AMLO. Ayer la plaza de toros La Taurina del municipio de Huamantla se vio llena, pero por empleados estatales y municipales que fueron obligados a asistir al evento de Sheinbaum Pardo, de ahí que es una falsedad que sea el pueblo el que la está respaldando, pues fue la estructura gubernamental bajo las órdenes de la mandataria tlaxcalteca Lorena Cuéllar Cisneros la que recibió órdenes de echar porras y llenar ese chafa evento político.
Y aunque los morenistas y lorenistas intentan dibujar un ambiente de algarabía y condiciones de fortaleza que sólo existen en su imaginación, en los hechos hay celos, exclusión, revanchas, soberbia y demasiada estupidez.
Por ejemplo, a quien se le habrá ocurrido la tonta idea de mandar a Madaí Pérez Carrillo, ex funcionaria lorenista y aspirante al Senado a recibir a Claudia Sheinbaum en su llegada para entrar a la plaza de toros, cuando resulta una total desconocida para la virtual candidata presidencial que en los pocos metros que caminó mostró su incomodidad contra la ex titular del Instituto del Deporte de Tlaxcala.
O quién habrá dado la idea de obstaculizar el ingreso al evento a la diputada federal Dulce Silva Hernández, quien era acompañada del influyente subsecretario de Gobernación, César Yáñez Centeno. La pareja atrajo las miradas de los asistentes y siempre recibió muestras de apoyo.
La presencia de César Yáñez y su esposa Dulce Silva no pasó desapercibida para la ex jefa de Gobierno que tan luego pudo se acercó a saludarla y tomarse la foto.
Nadie ha explicado por qué el senador José Antonio Álvarez Lima que busca la reelección sí estuvo en el presídium cerca de Sheinbaum Pardo y por qué su compañera y presidenta del Senado, Ana Lilia Rivera Rivera, quien también buscar permanecer otros seis años en esa cámara fue sentada entre el público, donde no se cansaba de decir que ella sería nuevamente candidata.
Cómo ya es costumbre cuando la virtual candidata de Morena a la presidencia de México visita Tlaxcala, la gobernadora Cuéllar fue ubicada en primera fila, bajo el pueril argumento que se hacía para evitar que el INE la sancionara, cuando todo el gabinete y los empleados del gobierno estaban presentes en esa aburrida concentración.
Lorena Cuéllar debe entender que llegó al poder a través de Morena, pero que los líderes, figuras y demás gobernadores de ese partido no la sienten como parte de la izquierda y menos de su grupo político e ideológico porque a lo mejor su estilo de ejercer el poder (con las hijas, el marido, las hermanas, los familiares, los amigos empresarios poblanos , los ahijados y los recomendados) no es aprobado ni bien visto por ellos, razón que explicaría su notable ausencia en su intrascendente segundo informe de gobierno que rindió el pasado viernes donde asistieron por una indicación y por conveniencia Luisa María Alcalde Luján, titular de la Segob y Sergio Salomón Céspedes Peregrina, mandatario poblano, respectivamente.
El que se dejó arropar en las gradas de la plaza de toros por sus seguidores para no sentirse desprotegido y abandonado fue el ex secretario de Gobierno de Tlaxcala, el ex panista Sergio González Hernández, quien anda en campaña por la candidatura al Senado. Su rival, el junior Alfonso Sánchez García, prefirió quedarse bajo la sombra de su papá, el longevo ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya.
Seguramente a ambos políticos tlaxcaltecas no les gustó nada que Álvarez Lima haya estado sentado en el presídium y muy cerca de Claudia Sheinbaum, ya que tal hecho reforzó la versión de que el ex gobernador será el candidato al Senado por Tlaxcala.
Si un gris, aburrido y monótono evento de la candidata presidencial de Morena hizo que los tlaxcaltecas se olvidarán del egocéntrico segundo informe de gobierno que fue un culto a Lorena Cuéllar, imagínese qué tan chafa estuvo ese acto de rendición de cuentas del que nadie habla ni se acuerda.
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