El lorenismo parecer ser el grupo más débil en la disputa que desde hace meses sostienen los grupos al interior de Morena por la dupla que competirá por el Senado en las elecciones del 2024.

 

 

A unos días de que inicie el registro de los aspirantes a participar en las precampañas para definir las dos candidaturas a la Cámara Alta del Congreso de la Unión, el grupo de la gobernadora, Lorena Cuéllar Cisneros, no tiene contendientes de peso o que estén en zona de competencia para lograr esas anheladas posiciones.

 

El grupo de Alfonso Sánchez Anaya, aliado de la mandataria, decidió marcar su distancia con el lorenismo, de ahí que ayer el incoloro junior Alfonso Sánchez García, renunció a la Secretaría de Infraestructura para dedicarse de tiempo completo a su proyecto, sobre todo cuando comprobó que “Los Claudios”, la influyente corriente de Morena ligada a los intereses de la virtual candidata presidencial, Claudia Sheinbaum Pardo, evidenciará que impulsará en Tlaxcala las aspiraciones de Oscar Flores Jiménez, actual titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la SEP a nivel federal.

 

Además, Oscar Flores también gozaría del respaldo del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

La candidatura femenina para el Senado prácticamente está en la bolsa de “Los Claudios”, ya sea a través de la diputada federal Dulce Silva Hernández o de Ana Lilia Rivera Rivera, en caso de optar por la reelección, pues no existe ninguna otra mujer de Morena, del PT o del PVEM que les pueda disputar esa nominación.

 

En un hecho que los lorenistas no crecieron ni supieron aprovechar su cercanía al poder. La carta más visible, Sergio González Hernández, secretario de Gobierno, nunca despuntó en los estudios de opinión y sus reuniones políticas al amparo de su cargo para promover su imagen y sus aspiraciones electorales fueron un fracaso, porque sencillamente no se le ven posibilidades de disputar la candidatura al grupo de Sánchez Anaya o al de “Los Claudios”.

 

Y no crea que es el único lorenista que intentó destacar o crecer políticamente rumbo a los comicios del próximo año, pues hay otros que no supieron sacar provecho a sus cargos y posiciones para entrar a la competencia por el Senado.

 

El escenario pinta tan mal que incluso se habla que el cansado y debilitado Sergio González ya no renunciará a la Secretaría de Gobierno para ir por la candidatura al Senado, debido a que no quiere hacer el ridículo de perder ante el grupo de Sánchez Anaya que siempre ha descalificado y grillado por su oportunismo para pactar con su jefa.

 

Seguramente las cosas serían de otra forma si la candidatura presidencial de Morena la hubiera obtenido Adán Augusto López Hernández, quien si bien es el coordinador político de Claudia Sheinbaum, lo cierto es que al tabasqueño se le ve acotado y sin gran influencia al interior del grupo de la coordinadora nacional de defensa de la cuarta transformación.

 

El panorama electoral para las elecciones federales no es muy alentador para el grupo de la gobernadora Cuéllar, ya que de entrada es casi un hecho que no logrará ninguna de las dos posiciones que existen en Tlaxcala para el Senado y de las tres candidaturas a las diputaciones federales es probable que incida en una o dos, sin embargo esos cargos prácticamente pasan inadvertidos para los ciudadanos.

 

Si las nominaciones a la Cámara Alta del Congreso de la Unión recaen en el hijo de Alfonso Sánchez Anaya, el junior Alfonso Sánchez y en la diputada federal Dulce Silva, arrancará sin tapujos la sucesión en Tlaxcala, situación que será incómoda y desgastante para la administración de Lorena Cuéllar que deberá soportar desde ahora la abierta disputa por la silla que ocupa y que dejará hasta agosto del 2027.

 

Un inconveniente más para la mandataria, será la nominación al Senado que haga el Frente Amplio por México conformado por el PRI, el PAN y el PRD, toda vez que cualquiera de los aspirantes que sea inscrito en la primera fórmula y que tiene asegurada su llegada al Senado como la primera minoría, también comenzará su activismo para buscar la gubernatura de la entidad, con la salvedad que tendrá foro y recursos para llevar a cabo esa actividad.

 

Y resultará molesto porque los políticos tlaxcaltecas que aspiran a esa posición son enemigos declarados de Lorena Cuéllar y férreos críticos de su administración como la dirigente del PRI, Anabell Ávalos Zempoalteca, la diputada local del tricolor, Blanca Águila Lima, el legislador federal Mariano González Aguirre y el aguerrido perredista Juan Manuel Cambrón Soria.

 

Al lorenismo le urge una sacudida. Debe reagruparse antes de seguir debilitándose y perdiendo posiciones que en muy poco tiempo lamentará.

 

Al tiempo.

 

*********************************************************************