Aunque siempre nos venden la idea que los diputados y las diputadas llevan a cabo exhaustivos procesos de selección para escoger al mejor hombre o mujer para un determinado cargo dentro de la administración pública, la realidad es que nunca designan a los más preparados, a los de mayor experiencia o a las que gozan de mayor credibilidad y respeto, porque al final se impone la recomendación y el interés del gobernador o la gobernadora.
Siempre ha sido así y en la actual administración estatal y legislatura hay varios ejemplos, por lo que pensar que no habrá dados cargados para nombrar al próximo Auditor General del Órgano de Fiscalización Superior (OFS) sería ingenuo, cándido, iluso y hasta inocente.
La gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, lleva poco más de dos años en el poder y pocos han entendido su forma de ejercer el poder y operar los nombramientos que le interesan. Siempre opta por el bajo perfil de sus cartas y abre el abanico para medir lealtades, ambiciones y obediencia de sus colaboradores y aliados.
Por ejemplo, en el actual proceso para designar al próximo o próxima responsable del OFS la mandataria ha permitido que la diputada local, Marcela González Castillo, presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso del Estado, promueva entre sus aliados el nombre de Silvia Olivares Sánchez, ex colaboradora en el gobierno de su suegro Alfonso Sánchez Anaya, bajo el pueril y fútil argumento de que su llegada sería por un acuerdo alcanzado entre su pariente político y la gobernadora morenista.
Incluso, presumen que fue la ex contralora de Sánchez Anaya, como si fuera lo máximo y que es hermana del secretario de Finanzas del gobierno de Zacatecas, Ricardo Olivares Sánchez, pero se les olvida que esa “mujer” ha tenido pésimos desempeños en los lugares donde ha trabajado. Durante el gobierno del priista Mariano González Zarur “la recomendada” no pudo durar más de un mes como Contralora del Seguro Popular y como Tesorera del ayuntamiento de Apetatitlán demostró su ineptitud porque la cuenta pública que armó y presentó fue reprobada.
Para la mala suerte de Marcela González, en la reunión que los diputados y las diputadas aliadas a la actual administración sostuvieron el viernes pasado con la gobernadora Cuéllar nunca recibieron la ansiosa indicación y quienes llegaron a preguntar sobre quién era el indicado sólo obtuvieron la respuesta de que siguieran trabajando en el proceso que marchaba de acuerdo a lo planeado.
A la convocatoria inicial se inscribieron 40 aspirantes al cargo. De esos sólo pasaron 23 a la segunda etapa que se está llevando a cabo, es decir, las entrevistas y mañana se aplicarán los exámenes escritos, con lo cual se llevará a cabo una depuración que permitirá conocer quiénes serán los finalistas.
Si entre los finalistas aparecen los nombres de Sergio Pérez George y Arturo Lucio Salas Miguela, no los descarte y no los pierda de vista, ya que son los dos lorenistas que cuentan con el respaldo de la mandataria para ocupar el lugar que el 31 de octubre dejará la eficiente Isabel Maldonado Textle en el Órgano de Fiscalización Superior.
Sergio Pérez es el actual encargado de la Dirección Administrativa del Despacho de la Gobernadora. Fue Tesorero en el ayuntamiento de Tepetitla de Lardizábal y Auditor Financiero del OFS, mientras que Arturo Lucio Salas, es asesor especializado del secretario de Finanzas, David Álvarez Ochoa.
Puede ser que en la lista haya otro lorenista, pero lo que le puedo comentar es que algunos de los dos o ambos que le mencione llegarán a la etapa final del exhaustivo y transparente proceso que realiza el Congreso del Estado.
En lo personal creo que la gobernadora Lorena Cuéllar influirá para que el próximo Auditor General del OFS sea una persona ligada a sus intereses y se mueva en su órbita de influencia, sobre todo porque en unos años más ella estará preparando la entrega del gobierno.
Dudo que la mandataria ceda esa importante posición que resulta clave para ejercer el poder en Tlaxcala.
O usted amable lector qué opina.
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