Si la marcha que organizaron sindicatos, maestros, colectivos feministas, dirigentes de partidos políticos, transportistas, campesinos, colonos y ciudadanos en contra de la administración de Lorena Cuéllar Cisneros a la que le gritaron que se fuera fue un fracaso, entonces qué razón tiene la manifestación de apoyo que los funcionarios de primer nivel del gobierno estatal llevarán a cabo el próximo domingo con la participación obligatoria de los empleados de las dependencias que deberán vociferar a todo pulmón te queremos Lore, te queremos.
A poco el inútil secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, responsable y artífice de la ridícula marcha, obligará a participar a los priistas, panistas y otros personajes que hace más de dos años hablan pestes y operaban en contra de la mandataria morenista y que hoy son selectos funcionarios de la administración lorenista como Nydia Cano Rodríguez, directora del Instituto Estatal de la Mujer.
En verdad tanto encabronó a la gobernadora y le pegó en su ánimo y ego los gritos de fuera, fuera que hoy necesita escuchar a cientos de sus subordinados caminar bajo presión por las calles de la capital en compañía de cinco familiares para que coaccionados, lancen consignas a favor de ella, porque al parecer necesita oír que la quieren y que la apoyan.
Es necesario movilizar la estructura del gobierno y alentar aún más la rivalidad entre los soberbios funcionarios lorenistas que no sólo se pelean el color con que se distinguirá su dependencia en la marcha, sino la creatividad de las porras para ver quién gana el premio al mejor lambiscón de la gobernadora.
No habrá cosas más importantes qué hacer en el gobierno cómo ver que informarán las dependencias estatales el próximo 31 de agosto cuando la administración cumpla dos años o concretar los proyectos de los que se habla y que sólo se quedan en el papel o en el discurso porque en los hechos no se ve nada.
Realmente es necesario que el gobierno aliente y promueva la polarización de la sociedad tlaxcalteca.
Si por casi dos años no han asegurado que Lorena Cuéllar es la gobernadora más votada en Tlaxcala y que es una de las mejores mandatarias del país, qué caso tiene la marcha de apoyo que seguramente le restará más simpatías que sumar, pues es obvio que los organizadores sólo ven lo que les conviene y no lo que es mejor para ella y su administración.
Sí Tlaxcala es de los estados más seguros del país y la incidencia delictiva viene a la baja cómo se ha presumido en los últimos meses, entonces para qué instalar una base de operaciones de la Marina.
De acuerdo con la versión oficial, ese destacamento está conformado por 50 elementos navales de infantería, fuerzas especiales e inteligencia que según reforzará la vigilancia en la entidad, lo que hace suponer que la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Tlaxcala donde había malos mandos que se dedicaban a actividades ilícitas está podrida y que por esa razón fue indispensable el debut de la Marina.
Será que las labores de inteligencia y de patrullaje que realizaba el Ejército eran tan malas y deficientes que fue necesario instalar una base de la Marina para corregir tanta ineficiencia.
A poco los elementos navales si van a ver y desmantelar la red de narcomenudeo que se ha extendido por todo el territorio tlaxcalteca, si serán capaces de detener a los criminales que vienen a Tlaxcala a tirar cadáveres, si llevarán operativos para atrapar bandas como la de Los Brujos o la de La Tuza, si enfrentarán a los delincuentes que se dedican al asalto de camiones de carga y al robo de automóviles y de autopartes o sólo simularán que vigilan y que combaten a los maleantes porque su objetivo es provocar temor para que nadie y ningún grupo se manifieste durante el desarrollo del mundial de voleibol de playa que se efectuará en octubre.
Con quién trabajará más de cerca el nuevo secretario de Seguridad Ciudadana, el gris Alberto Perea Marrufo, con los policías de esa corporación o con sus compañeros de la Marina que llegaron a Tlaxcala.
Que conste, son preguntas y sólo preguntas.
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