A 15 días de que en Morena se conozca el nombre del que será su futuro candidato presidencial para los comicios del 2024, en Tlaxcala los grupos políticos esperan con incertidumbre ese proceso porque necesariamente derivará en un reacomodo de fuerzas y en un reajuste de los actores con presencia en el juego de ajedrez.

 

 

La indeterminación se ha apoderado del proceso morenista, pues hasta ahora ninguna de las seis corcholatas (Cuatro de Morena -Claudia Sheinbaum Pardo, Marcelo Ebrard Causabón, Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila-, una del PT -Gerardo Fernández Noroña- y otra del PVEM -Manuel Velasco Coello-) que buscan la candidatura presidencial puede asegurar que tiene garantizada su nominación, debido a que las encuestas dan resultados contrastantes sobre las preferencias hacia a los participantes, no así para ubicar al Movimiento Regeneración Nacional como el favorito para ganar las elecciones del próximo año y dar continuidad al proyecto que hoy encabeza Andrés Manuel López Obrador.

 

Si bien a nivel nacional y en la opinión pública existe la percepción de que la disputa final está entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, lo cierto es que también muchos insisten en incluir al ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien nadie puede negar que en las últimas semanas ha multiplicado a su favor los apoyos y la estructura territorial de su proyecto.

 

Por esa razón, habrá que ver cómo termina la elección interna de Morena que se definirá con los resultados que presenten las cuatro empresas encuestadoras contratadas y que se darán a conocer oficialmente entre el 6 y 7 de septiembre.

 

Al grupo político de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros le conviene que Adán Augusto López logre la candidatura presidencial de Morena, no sólo porque tendrá más margen de maniobra en el tablero político de la entidad para imponer aspirantes a otros cargos de elección popular que estarán en juego como el Senado y las diputaciones federales, sino porque serán arropados por un personaje cercano a los intereses del actual mandatario del país.

 

Eso no quiere decir que el cansado secretario de Gobierno Sergio González Hernández y el secretario de Infraestructura, Alfonso Sánchez García, resultarán los principales beneficiados de concretarse lo anterior, ya que el primero es ubicado como un político perezoso y sin capacidad para dar resultados, mientras que el segundo no representa absolutamente nada sin el respaldo de su papá, el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, quien no se cansa de decir que salió de la Segob donde estaba bajo el mando de Adán Augusto López porque se negó a firmar contratos que implicaban presuntos actos de corrupción.

 

La más fortalecida sería la mandataria tlaxcalteca que seguramente será consultada o se le pedirán las propuestas para designar a los candidatos al Senado y las diputaciones federales, donde políticos de otras expresiones como los marcelistas Jorge Corichi Fragoso o Rubén Terán Águila, ex alcalde capitalino y actual diputado local, respectivamente, tendrían algunas dificultades para ser avalados por Lorena Cuéllar, mismas que obviamente no resultan insalvables.

 

Quizá la misma situación pasaría con los simpatizantes y operadoras de Claudia Sheinbaum en Tlaxcala como la senadora Ana Lilia Rivera Rivera o la diputada federal Dulce Silva Hernández.

 

Pero sí Marcelo Ebrard resulta el favorecido, el escenario para Jorge Corichi y Rubén Terán cambiará radicalmente. El primero seguramente se apuntalaría para llegar al Senado, mientras que el segundo estaría nuevamente con posibilidades de convertirse en diputado federal.

 

Además, el ex secretario de Relaciones Exteriores no le debería nada a la gobernadora Cuéllar ni a su grupo político, de ahí que seguramente de inmediato volvería a marcar distancia con la mandataria tlaxcalteca.

 

Aun perdiendo, el grupo de ex canciller tendrá fuerza para influir y presionar en las negociaciones para exigir posiciones para las candidaturas a la Cámara Alta y Baja del Congreso de la Unión.

 

En caso de resultar ganadora, Claudia Sheinbaum tendría mínimos compromisos políticos con la mandataria Lorena Cuéllar y sus operadores, con la salvedad de que la relación no sería tan fría o distante como pudiera ser con Marcelo Ebrad.

 

Sheinbaum Pardo tiene una radiografía muy clara de lo que ha pasado en Tlaxcala. Sabe quiénes realmente apoyaron su proyecto y quiénes simularon, como el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya que, por un lado movía sus cansados tentáculos para ella y por otro también lo hacía para el carnal Marcelo.

 

Una política que también resultaría impulsada por el grupo de la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, es la diputado local Lorena Ruiz García, quien aún perteneciendo al PT no dudo en aceptar la invitación del legislador federal, Armando Contreras Castillo, para apoyar el proyecto de la única mujer en Morena en busca de la candidatura presidencial.

 

La legisladora renunció sin tapujos a su militancia del PT y de inmediato se enfocó a trabajar por el proyecto de Sheinbaum en el municipio de Apizaco donde el PAN tiene una presencia importante.

 

En el tablero del ajedrez político de Tlaxcala ya hay piezas colocadas. Ahora hay que comprobar si los alfiles, torres y caballos avanzan y se fortalecen o si estás figuras son desplazadas por peones que sin hacer tanto ruido o escándalo se colocan al lado de la reina y el rey.

 

Los próximos días serán de nervios e incertidumbre.

 

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