Lamentablemente Tlaxcala volvió hacer noticia nacional por un hecho lamentable como resulta el linchamiento de unos presuntos ladrones de una camioneta que dejó una persona muerta al ser quemada viva por habitantes de San Francisco Mitepec del municipio de Españita.

 

 

En menos de un año, la entidad suma se segundo linchamiento, pues en abril del 2022, pobladores de la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, perteneciente al municipio de Chiautempan, detuvieron a un hombre mientras intentaba robar un domicilio.

 

Después de golpearlo y pedirle que resarciera “el daño” a través del pago de una compensación económica para alguna obra en la comunidad, los vecinos se descontrolaron y procedieron a echarle combustible al presunto delincuente para después prenderle fuego, todo mientras elementos de la policía estatal y municipal observaban la escena sin intervenir o al menos mover un dedo para evitar ese acto de barbarie.

 

Ese día quizá los funcionarios lorenistas se enteraron que existía un Protocolo de Actuación para Prevenir y Atender Casos de Linchamiento en el Estado de Tlaxcala que nunca se aplicó ni en Chiautempan ni nueve meses después en Españita, donde lamentablemente se repitió un hecho tan lamentable que deja mal paradas a las autoridades estatales.

 

Si hubiera un secretario de Seguridad Ciudadana quizá se hubiera actuado diferente y hasta se hubiera podido rescatar a los presuntos ladrones, pero no fue así porque cuando pasó el primer y segundo caso se sabe que la dependencia estaba bajo la responsabilidad de encargados y no de titulares.

 

Si Guadalupe Ballesteros Arellano, secretario técnico de la Secretaría de Seguridad Ciudadana en funciones de jefe de la corporación estuviera preparado y capacitado para desempeñar el cargo hubiera evitado el linchamiento y aplicado el mencionado protocolo que se encuentra vigente desde diciembre del 2018.

 

Si el senil secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, hubiera leído el protocolo y hubiera llevado a cabo las acciones y recomendaciones que se sugieren, quizá se hubiera podido rescatar a las personas retenidas la mañana de ayer en San Francisco Mitepec del municipio de Españita.

 

Si se hubiera capacitado a los policías municipales y si hubiera un alcalde en Españita (José Luis González Guarneros) responsable, trabajador y comprometido, seguramente el ajusticiamiento se hubiera suspendido.

 

Si la Dirección de Gobernación de la Segob a cargo del inútil ex consejero electoral priista Mario Cervantes Hernández hiciera su trabajo correctamente quizá no se hubiera registrado el segundo linchamiento en el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros.

 

Si las autoridades tlaxcaltecas hubieran actuado conforme a Derecho hoy hubiera detenidos por el ajusticiamiento presentado en San Francisco Mitepec, donde una persona perdió la vida por los golpes y las quemaduras que sufrió, mientras sus supuestos cómplices, un hombre y una mujer, permanecen hospitalizados por las lesiones que presentaban.

 

Si hubiera otros funcionarios estatales más comprometidos y con ganas de dar resultados quizá no estaríamos escribiendo esta columna, sin embargo no es así porque es obvio que hay varios colaboradores de la mandataria que están fallando y que su labor es poco profesional.

 

Las fallas que estamos viendo ya resultan imperdonables.

 

Desbandada priista en puerta

 

No lo cuente en voz alta, pero resulta que muchos priistas ya se hartaron de las mentiras y discursos huecos de su nueva dirigente estatal, Anabell Ávalos Zempoalteca, a quien le gusta hablar de unidad y fortaleza que sólo existen en sus neuronas porque en los hechos no es así.

 

Será cuestión de horas o días para que conocidos militantes del ex partidazo confirmen su renuncia y salida del PRI, debido a que sencillamente no les gusta la simulación y porque consideran que la ex alcaldesa capitalina y ex candidata a la gubernatura es una farsante que sólo busca beneficiarse sin que realmente le importe el futuro de ese instituto político.

 

La desbandada de priistas demostrará que la imposición de Anabell Ávalos como dirigente del partido en Tlaxcala no cayó nada bien y que lo mejor para muchos militantes es buscar otros aires, ya que el tricolor se encamina a una nueva derrota electoral por la actitud rastrera que muestra la ex alcaldesa con el gobierno de Morena.

 

Pronto veremos que la unidad priista es una falacia.

 

 

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