Hoy es un día de luto para el estado de Tlaxcala; asesinaron a sangre fría la credibilidad del Poder Legislativo. Conseguir impunidad costó 300 mil pesos y permitió al mismo personaje urdir un dictamen perfectamente vulnerable. Lo lamentamos.
Si tuviera usted en su contra la presión oficial por el manejo dado a una fortuna superior a los treinta millones de pesos, ¿qué haría?, ¿buscar aclararlo por todos los medios?, ¿afrontar su responsabilidad, si es que la tiene?, o ¿seguirse hundiendo, maniobra tras maniobra; mentira tras mentira?
Ya sé. Mejor, acudir a otra instancia legal y solicitar la protección de su estatus, mediante un amparo.
Si lo consigue, estará disfrutando del más cínico y temerario nivel de impunidad al que un ente de gobierno puede aspirar, aprovechando los recovecos jurídicos existentes en nuestro país.
¿Qué necesita?
Un asesor de grandes vuelos. Digamos, un abogado tan talentoso que sea capaz de adelantarse a las medidas tomadas por la autoridad. En este caso por el Poder Legislativo de Tlaxcala.
Pues dígame dónde puedo consultar a semejante portento del Derecho, porque créame, no me alcanzan los dedos de una mano para enumerar a los profesionales con este nivel de eficiencia, en todo el país.
A no ser que se trate de alguien perfectamente enterado de los movimientos de dicho Poder, y gracias a tal virtud pueda actuar con singular y admirable agilidad.
Híjoles, y qué tal si se trata de quien elaboró aquél dictamen, mediante el cual la legislatura tlaxcalteca determinó suspender de sus funciones al alcalde de Apizaco.
No… eso sería infernal!
Nadie en su sano juicio sería capaz, siquiera de imaginar a un miembro de ese colegiado, jugándole chueco al Estado.
No, porque sobre él caería la maldición completa de los apizaquenses y en general, de todos los tlaxcaltecas y, de otras autoridades con problemas semejantes pero, sin las mismas oportunidades de solución a través del cochupo.
Viviríamos un escandaloso acto de corrupción que, al descubrir al o los responsables, el país entero se sentiría avergonzado y pediría un castigo ejemplar.
Con la voluntad del pueblo no se juega. Y menos se medra.
Sabemos a cabalidad que el personaje tras esta porquería cobró trescientos mil pesos y, aprovechó su influencia para urdir paralelamente la decisión legislativa y la tramitación del amparo ante la justicia federal.
Aquí cabría la duda: ¿Qué se ideó primero, el dictamen del Congreso o la gestión del amparo?
Con dinero baila el perro.
¡Qué vergüenza de Poder Legislativo horadado!, ¡Fueron votos inútiles para hacer vigente un sistema vividor a costa de la economía del estado!
¿Y, de dónde provienen los 300 mil pesos?
Es mucho dinero como para pensar que surgió como por arte de magia.
Algún origen tiene. ¿el crímen organizado, más corrupción, extorsiones, robos, secuestros?
¿Somos tan ingenuos que no nos damos cuenta de esta atrocidad?
¿Qué clase de autoridades planea nuestro destino, detenta el monopolio de la violencia y, últimamente, dispone de los eficientes aparatos de inteligencia, como para sacarles un beneficio personal?
Hoy es un día de luto para el estado de Tlaxcala. Hoy, hicieron mierda la credibilidad de un poder.
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