Después de que Tlaxcala conservó por casi 30 años una medida legal para impedir que el gobernador o los presidentes municipales solicitaran créditos para endeudarse, ayer la mandataria morenista Lorena Cuéllar Cisneros con el respaldo de los diputados y las diputadas locales se deshicieron de esos impedimentos para que a partir de ahora se puedan contratar préstamos.

 

 

 

Muchos podrán argumentar que esa medida es necesaria para apuntalar proyectos y el desarrollo de la entidad, pero también habrá quien opine que es una pésima decisión que atentará con la disciplina financiera, fomentará la corrupción y provocará un desorden en los egresos de las administraciones porque gastarán sin control.

 

El miércoles los diputados integrantes de las comisiones unidas de Puntos Constitucionales, Gobernación y Justicia y Asuntos Políticos y la de Finanzas y Fiscalización avalaron en tiempo récord el dictamen con proyecto de Decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley de Deuda Pública del Estado de Tlaxcala y sus Municipios.

 

Los detalles de esa reforma no se conocen debido a la velocidad y secrecía con que han actuado los legisladores tlaxcaltecas que durante la sesión del jueves eliminaron la prohibición que ha sido varias veces reconocida por el aún presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien durante la mañanera de ayer destacó que el gobierno de Tlaxcala ha logrado el desarrollo de la entidad sin la necesidad de solicitar préstamos.

 

Por lo que se sabe, la intención de la mandataria y los legisladores morenistas y sus aliados fue eliminar las restricciones legales que impiden en estos momentos contratar deuda, una medida quizá pueda resultar positiva si se tuviera un objetivo claro o un proyecto definido que justifique esa repentina decisión, sin embargo hasta ahora sólo se logró la aprobación de una reforma que no fue bien vista por todos.

 

Los diputados y las diputadas no escucharon la recomendación del ex gobernador y actual senador, José Antonio Álvarez Lima, quien aparte de mostrar su abierto rechazo destacó que ese cambio legal va en contra de los principios e ideales de la Cuarta Transformación y de las recomendaciones del presidente López Obrador.

 

Lo anterior lo expresó durante una entrevista que el senador concedió al periodista Martín Rodríguez Hernández, donde si bien fue cuidadoso de no arremeter contra la gobernador Cuéllar, si exhortó fraternalmente a los diputados a que con prudencia e inteligencia analizaran el tema, el cual si se somete a una consulta popular seguramente no será aprobada por el pueblo.

 

Los diputados de Morena y sus aliados se verán muy mal sí la primera acción legislativa que hacen es aprobar el endeudamiento del gobierno estatal y de los municipios, porque está comprobado que se puede alcanzar el desarrollo sin solicitar préstamos que comprometan los recursos públicos del estado, reiteró el ex gobernador tlaxcalteca.

 

Es evidente que las recomendaciones del senador fueron olímpicamente ignoradas por los leales legisladores lorenistas que acataron la orden de aprobar la reforma y punto.

 

Al gobierno estatal le ha fallado una y otra vez la narrativa de lo que quiere, busca y pretende hacer. Anteriormente la mandataria Cuéllar presumía el asunto del no endeudamiento y la restricción legal que había sobre el tema, pero hoy qué cambió o qué pasó para impulsar de un día para otro una reforma que se planteó sin emitir ninguna justificación de peso.

 

Quiénes son los alcaldes o alcaldesas que quieren solicitar préstamos, qué proyectos van a desarrollar, en qué forma se alentará el desarrollo del estado y qué beneficios obtendrán los ciudadanos, ya existirán los diseños e ideas con sus respectivos planes y estudios o simplemente se aprobó ese cambio legal para que empiecen las ocurrencias y el desorden.

 

Puede ser que se venga trabajando un plan de desarrollo para ciertas obras en el estado y en algunos municipios, pero lo malo es que nadie sabe de ellas ni las conoce, razón por la cual la reforma puede ser mal vista por los tlaxcaltecas y aprovechada por los adversarios de la mandataria para acusarla de atentar contra la disciplina financiera que ha prevalecido en Tlaxcala durante los casi últimos 30 años.

 

Si la reforma se traduce en obras y desarrollo la gobernadora Cuéllar será bien vista, pero si por el contrario resulta contraproducente para la entidad y sus municipios será señalada de irresponsable.

 

La moneda está en el aire.

 

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