La radiografía que las autoridades dan sobre las policías municipales y sus mandos en los 60 municipios de la entidad es desalentadora y hasta cierto punto preocupante.

 

 

De acuerdo con el diagnóstico oficial, en cuatro municipios, es decir Atlangatepec, Axocomanitla, Lázaro Cárdenas y Tenancingo el número de policías es alarmantemente bajo y obviamente representan un centro de atención para las autoridades estatales.

 

No hay que perder de vista que en agosto en el municipio de Tenancingo se llevó a cabo la ejecución de cuatro poblanos oriundos de Amozoc y de cuyo caso o avance en las investigaciones no se sabe absolutamente nada.

 

Hay que agregar que municipios como Huamantla, San Pablo del Monte, Contla, Ayometla, Santa Cruz Quilehtla, Tlaxco, Xaltocan, Yauhquemehcan, Acuamanala, Amaxac, Benito Juárez, Cuapiaxtla y Cuaxomulco están marcados con rojo en el “semáforo delictivo” de la entidad.

 

Hasta ahora Maximino Hernández Pulido, comisionado ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, es el único funcionario lorenista que ha reflejado la realidad con datos duros y sin maquillar las cifras, lo cual resulta positivo para la administración estatal que deberá redoblar esfuerzos junto con los y las presidentas municipales para hacer realidad la profesionalización de las fuerzas del orden en Tlaxcala.

 

De los 60 directores de seguridad municipal que debe haber en la entidad, sólo 23 están debidamente certificados y acreditados, mientras que 6 más están en proceso de lograr el aval para desempeñar el cargo, aunque también podrían ser rechazados.

 

Lo malo es que hay 13 jefes policiacos de igual número de municipios que fungen como directores sin estar certificados, lo que tarde o temprano representará un problema para los alcaldes y las alcaldesas cuando sean requeridos por el Órgano de Fiscalización Superior para que regresen los salarios pagados a ese personal que no debió ser contratado por no cumplir con los requisitos que establece la ley.

 

Esos ayuntamientos son Xaltocan, Yauhquemehcan, Tlaxco, Ayometla, Santa Cruz Quilehtla, San Pablo del Monte, San José Teacalco, San Francisco Tetlanohcan, Texóloc, Lázaro Cárdenas, Acuamanala, Amaxac, Huamantla, Contla, Cuapiaxtla, Cuaxomulco e Ixtacuixtla.

 

No se necesita ser un experto para deducir que la seguridad en los municipios tlaxcaltecas está pésima y que esa situación ha terminado por golpear y afectar al gobierno morenistas de Lorena Cuéllar Cisneros que lleva tres años cargando el problema no sólo a nivel estatal, sino de los 60 ayuntamientos.

 

Y el problema es tan real que nuevamente el Gobierno de los Estados Unidos emitió una “Restricción de Viaje” a sus ciudadanos y a sus empleados, a quienes les pidió ser cautelosos para recorrer o visitar 30 de las 32 entidades de México, en donde se menciona para mala suerte de la mandataria Cuéllar a Tlaxcala.

 

La inseguridad no sólo la ven y la padecen los tlaxcaltecas, sino que ahora fue el gobierno del vecino país del norte el que señala que Tlaxcala no es un lugar del todo seguro. Es un hecho y eso no se puede ocultar o minimizar.

 

Los presidentes y las presidentas municipales deben asumir su responsabilidad y compromiso para atender el problema de la seguridad y no optar por la actitud que mostraron los ex ediles que soltaron ese asunto y se lo dejaron al gobierno estatal.

 

Urge que se pongan a trabajar y en un plazo corto empiecen a dar resultados.

 

El problema es grave, porque hay ciertas comunidades tlaxcaltecas en donde la policía tiene miedo de entrar y en donde viven ciudadanos que siempre están temerosos por la presencia y actividad de grupos criminales.

 

Lo anterior es una realidad de la que nadie quiere hablar, pero que ya existe en Tlaxcala y que la policía estatal lo sabe.

 

Ojalá se haga algo pronto.

 

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