Poco a poco la realidad está alcanzando al gobierno que sencillamente no puedo ocultar la presencia y operación del crimen organizado.

 

 

Negar ese hecho y tratar de minimizar por costumbre la violencia y los hechos delictivos graves que se registran en la entidad, es un error que tendrá graves consecuencias para la minada y golpeada credibilidad del gobierno lorenista.

 

Dirán misa, pero antes no se hablaba de ejecutados, de bandas criminales que asaltan camiones de carga o roban automóviles, negocios y casas de tlaxcaltecas. Tampoco se sabía de balaceras entre presuntos criminales como la del pasado viernes en la calle Ángel Villaverde frente a la escuela secundaria general Héroe de Nacozari localizada en la colonia Agrícola Covadonga de Apizaco.

 

El hecho ocurrió cerca del mediodía, razón por la cual la población entró en pánico, los propietarios de negocios de la zona cerraron sus puertas y las familias llenas de miedo se resguardaron en sus casas.

 

Los automovilistas que circulaban por el lugar huyeron y se procedió a evacuar a los estudiantes de la mencionada secundaria y del Colegio de Bachilleres Plantel 10, quienes confirmaron que al menos escucharon 30 disparos.

 

Tal situación confirma que Apizaco es la capital del crimen en Tlaxcala y que el nuevo presidente municipal de la ciudad rielera, Javier Rivera Bobilla, está muy lejos de devolver la paz, la tranquilidad y la seguridad que ofreció en campaña a los ciudadanos y las ciudadanas, quienes ven que la llegada de Morena al ayuntamiento no fue la mejor decisión que asumieron el pasado 2 de junio.

 

Pese a la gravedad del hecho que se llevó a cabo a plena luz del día, porque les guste o no confirma que en la entidad opera el crimen organizado, dejó una persona muerta y la sospecha que la balacera fue provocada por la disputa del territorio que han emprendido dos bandas de delincuentes.

 

Sin embargo, la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, el secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez Hernández, el responsable de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, el marino Alberto Perea Marrufo y el alcalde de Apizaco, Javier Rivera Bonilla, han callado y ninguno ha abordado el delicado tema.

 

El que salió a justificar su lenta e ineficiente respuesta para detener a los responsables de esa balacera, fue otro marino de agua dulce que se desempeña como Comisario de Seguridad Pública en Apizaco, José Ramón Jacques Mena, quien el mismo viernes confirmó el enfrentamiento armado pero se negó a reconocer que se trató de integrantes del crimen organizado.

 

Recurrió a la absurda estrategia de su amigo Perea Marrufo de echar la culpa a las administraciones panistas que según él dejaron crecer la inseguridad en el municipio y que cómo son hechos que no se pueden predecir, tampoco se le puede exigir a las nuevas autoridades que en 13 días de resultados.

 

No cabe duda que los marinos son unos farsantes e incapaces, porque no aceptan que en Tlaxcala hay hombres que circulan y se mueven armados por las calles de Apizaco y de todo el territorio tlaxcalteca. Tampoco reconocen que su capacidad de respuesta es nula y que tardaron en reaccionar y presentarse en el lugar de los hechos, como si a los delincuentes se les hubiera dado tiempo y las facilidades para huir tranquilamente después de accionar sus armas.

 

Lo inconcebible de este marinerito prometió redoblar esfuerzos junto con elementos estatales y de la Marina para cambiar la percepción ciudadana sobre la inseguridad en Apizaco y que los resultados de ese propósito se verán reflejados en este mismo año.

 

No se usted, pero me parece que Jacques Mena es una ternurita de marino o un tonto como su amigo Perea Marrufo, pues la policía estatal y la Mariana tienen más de un año tratando de mejorar la seguridad en la entidad y no han podido porque sencillamente los criminales los han rebasado.

 

El Comisario de Seguridad Pública en Apizaco, José Ramón Jacques, debería pedirle a su jefe, el edil de Apizaco, también conocido como “El Michigan” que le dé una radiografía de cómo opera y trabaja la banda de “los brujos”, la cual se dice estuvo involucrada en la balacera del viernes, porque a lo mejor así sabe dónde buscarlos y cómo detenerlos.

 

La realidad es que los hechos violentos son la constante, pues sólo se necesita revisar los medios de comunicación para enterarse de asaltos violentos, y otros delitos más.

 

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