No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla.
El desgaste lorenista avanza con pasos agigantados sin que exista o se observe una estrategia para evitarlo o prolongar por más tiempo la hegemonía que ese grupo debería tener, en teoría, hasta finales del 2026, tiempo en donde probablemente se conozca o se tenga un claro indicio de quién será el sucesor o la sucesora de la actual gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros.
La salida de Carlos Augusto Pérez Hernández de la dirigencia estatal de Morena no se explica ni se entiende, sobre todo cuando entregó resultados favorables en los pasados comicios tanto en lo federal como en lo local, de ahí que nada comprende la llegada a su lugar de un militante desprestigiado con proclividad al alcohol y al presunto acoso sexual como es Moctezuma Bautista Vázquez, ex rector de la Universidad Tecnológica de Tlaxcala.
Ese lorenista de cuarta que hoy tiene bajo sus manos la dirigencia estatal de Morena, seguramente tendrá una estancia pasajera una vez que Luisa María Alcalde Luján, actual secretaria de Gobernación y Andrés Manuel López Beltrán, hijo del aún presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asuman el control del partido guinda.
Los obradoristas tomarán el destino del Movimiento de Regeneración Nacional y tratarán de que la futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, no invada con su poder ese instituto político a fin de que las futuras candidaturas a las gubernaturas y a las diputados federales que se renovarán en el 2027, recaigan en personajes ligados a sus intereses y a los de su grupo político.
Aún no asume Sheinbaum Pardo la presidencia del país y ya se habla que Andrés Manuel López, hijo de AMLO, se perfila para buscar la candidatura de Morena para los comicios presidenciales del 2030, de ahí que no sería raro que desde ahora se empezara a construir la base de operadores para lograr ese fin y que mejor tener como ejército electoral a la militancia del partido.
Por esa razón, se espera que en los siguientes meses se concrete un cambio en la dirigencia de Morena, es decir, en la primera oportunidad quitarán a Moctezuma Bautista para que éste personaje siga enviando a través de WhatsApp su paquete a las mujeres que acosa y dejen en esa posición a un político profesional que asuma el dominio y el compromiso de fortalecer el partido guinda en Tlaxcala.
Un hermano de Andrés Manuel López Beltrán, Gonzalo, conoce perfectamente quienes son los fundadores de Morena en Tlaxcala y quiénes son lo que realmente han trabajado para el proyecto de su papá y en la consolidación de la Cuarta Transformación, pues en diciembre del 2016 asumió el mando del instituto político en la entidad y lo mantuvo por varios meses, de ahí que difícilmente alguien los puede sorprender.
Lo anterior, sin lugar a dudas ayuda y beneficia a la senadora tlaxcalteca, Ana Lilia Rivera Rivera, quien seguramente intentará colocar a uno de los suyos en la dirigencia del Comité Ejecutivo Estatal de Morena a fin de empezar a recuperar las posiciones y los espacios que detentan los lorenistas, mismos que desplazaron a los fundadores y a los militantes obradoristas.
Tan sólo hay que ver quiénes son los consejeros nacionales y estatales para comprobar lo anterior y entender porque la militancia está resentida con el gobierno de Cuéllar.
Para la senadora sería un paso importante conseguir la dirigencia, ya que apuntalará su posición en la carrera que ya inició por la candidatura de Morena al gobierno de Tlaxcala y sería un segundo golpe a la mandataria Lorena Cuéllar, quien en los pasados comicios no pudo colocar a lorenistas en la Cámara Alta del Congreso de la Unión porque fueron reelectos los obradoristas puros como Ana Lilia Rivera y José Antonio Álvarez Lima.
La gobernadora tiene el control de los consejeros nacionales y estatales de Morena, sin embargo seguramente enfrentará dificultades para quedarse con el mando del partido en la entidad, pues si lo logra buscará influir e inclinar la sucesión hacía alguien de su grupo a fin de impedir que sus adversarios lleguen al poder.
El desplazamiento de los lorenistas es un proceso natural, pero con la salvedad que pareciera que se adelantará esa situación en Tlaxcala.
La gobernadora Cuéllar enfrentará en las siguientes semanas y meses varios juegos de esgrima y deberá aplicarse y concentrarse para tratar de ganar algunos que la coloquen en la posibilidad de impulsar a un sucesor o sucesora que pueda crecer y fortalecerse de aquí hasta finales del 2026, toda vez que en el 2027 se tendrá el candidato oficial a la gubernatura.
Sus adversarios sueñan con lograr el poder y evidenciar que la actual administración no es lo que se dice ser.
Incluso, en corto han confirmado que quieren derrotar a la mandataria para perseguirla por los excesos que está cometiendo, porque según ellos hay sobrecostos, corrupción y privilegios que van contra los principios e ideales de Morena.
Y por lo que se ve, la sucesión será encarnizada.
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