Tal y como pasaba en el PRI cuando presumía de sus procesos internos ejemplares y democráticos que sólo veían los dirigentes y militantes de ese ex partidazo, hoy Morena y sus líderes asumen la misma actitud y creen que ocultando la compra de votos, el acarreo, la manipulación en el conteo de los votos y la presión para obligar a empleados de los tres niveles de gobierno a participar en la elección de sus consejeros nacionales son distintos, cuando en realidad son igual de tramposos que sus adversarios.

 

 

Desconozco si a nivel nacional se dio el fenómeno que se registró en Tlaxcala, es decir, excluir a los verdaderos militantes de Morena de los cargos de representación interna de ese instituto para dar paso a políticos mediocres sin identidad, sin arraigo, sin prestigio, sin ideología y sin estar convencidos de impulsar la Cuarta Transformación que lleva el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

En Tlaxcala se optó por el amiguismo, por los familiares y por entregar espacios a ex priistas y ex panistas que si fueron capaces de traicionar a sus respectivos partidos, seguramente harán lo mismo en Morena cuando se presente la oportunidad.

 

En el distrito electoral federal uno nadie puede concebir que hayan ganado las primeras posiciones las ex panistas Oralia López Hernández y Francisca Fuentes Godos, cuando la última siendo presidenta municipal de Terrenate hablaba pestes de López Obrador.

 

Se dice que ambas fueron impulsadas por el collón y cusco secretario de Gobierno, el ex panista Sergio González Hernández.

 

Según la versión de varios militantes de Morena, en ese distrito la compra de votos la habría encabezado el actual funcionario de la Delegación de Bienestar del gobierno federal, Baldemar Cortes Meneses, quien usaría a transportistas de la empresa ATHA y autoridades municipales ligadas al PAN para llevar a cabo esa ilegal operación que habría pagado a doscientos y quinientos pesos el sufragio.

 

El grupo encargado del conteo de los votos que no es otro más que el del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, habría utilizado su posición para manipular los cómputos para favorecer a los aliados y castigar a los adversarios que les fueron rasurados sufragios para no ser electos como consejeros nacionales de Morena, operación que se menciona estuvo a cargo de la nuera del ex mandatario y actual diputada local Marcela González Castillo.

 

Un claro ejemplo del acarreo y la presión que se ejerció a los beneficiarios de los diferentes programas sociales del gobierno federal se registró en el distrito electoral federal tres donde se vio muy activo el secretario de Educación Pública de Tlaxcala, el lenguaraz Homero Meneses Hernández, quien a la vez que supervisaba la entrega de los lonches verificaba que las personas votaran por su media hermana Jaqueline Meneses Rangel que finalmente junto los sufragios para resultar ganadora.

 

En esa demarcación electoral se presentaron las acciones más incongruentes, por ejemplo ahí se logró la votación más alta a favor de Alfonso Sánchez García, hijo del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, donde ese junior es un total desconocido porque su zona de cierta presencia es Apizaco y los campos de golf de Puebla.

 

Y para que se justificara esa absurda victoria que nadie cree, también se incluyó entre los consejeros nacionales electos al mediocre ex priista Carlos Augusto Pérez Hernández que se le recuerda más por sus escándalos de borracho que por tener una trayectoria de trabajo.

 

En ese distrito también resultó electo el siervo de la nación y empleado de la Delegación de Bienestar, Óscar Portillo Núñez, quien opera en el municipio de Teacalco. Su descarada operación para presionar a los beneficiarios fue tan burda que se dice que pronto podría enfrentar una acusación para que el caso sea investigado y sancionado por las autoridades.

 

En una primera revisión se dice que la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, tiene el control de la mayoría de los 30 consejeros nacionales electos, aunque aseguran que esa hegemonía la compartirá con el poderoso e influyente grupo de Alfonso Sánchez Anaya.

 

El grupo del extinto senador de Morena, Joel Molina Ramírez, se desdibujó y prácticamente desapareció, al igual que el de la también ex senadora Martha Palafox Gutiérrez.

 

Otras tribus morenistas que también están en vías de desaparecer son la del actual senador y ex gobernador tlaxcalteca José Antonio Álvarez Lima y la de su compañera en la Cámara Alta, Ana Lilia Rivera Rivera.

 

Ahora habrá que esperar otros 13 días más para que se conozca quién será el próximo dirigente de Morena en Tlaxcala y quiénes serán los otros seis integrantes del Comité Ejecutivo Estatal de ese partido.

 

El proceso interno de Morena fue una decepción y no hay ninguna duda que ese partido va encaminado a convertirse en el nuevo PRI. Lástima.

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨