Han pasado casi cinco meses y los capitalinos están cansados y porqué no decirles hartos del choro del presidente municipal de Tlaxcala, Jorge Corichi Fragoso, quien sigue prometiendo más policías, nuevas patrullas y tecnología de punta, según él, para recuperar la tranquilidad y la paz que hace muchos meses la delincuencia robó a los ciudadanos y a las ciudadanas.

 

 

Tlaxcala no sólo es la capital del estado, sino la capital del crimen, de ahí que los datos arrojan que el torpe y débil Jorge Corichi está muy lejos de solucionar un problema que formó parte de la herencia maldita que recibió del PRI, es decir, un ayuntamiento en quiebra, millonarios laudos, deudas y una creciente ola delictiva que amenaza con permanecer vigente ante la notable incapacidad de ese morenista que piensa que encerrándose para no recibir a nadie encontrará la solución a las dificultades que enfrenta su anquilosada administración.

 

El promedio de delitos que se comenten al mes en Tlaxcala capital es de 75.45, lo que implica que se ubica 12 lugares por encima del promedio municipal.

 

Del total de ilícitos registrados el año pasado (806 delitos de enero–diciembre del 2021), la incidencia se incrementó en 21.93 por ciento en comparación con el mismo periodo inmediato anterior, lo que sencillamente muestra que la llegada de Corichi Fragoso al gobierno capitalino no representó ningún cambio porque la tendencia se mantuvo y en algunos casos aumentó.

 

Desde que inició el año el limitado alcalde morenista ha venido desplegando una mediocre campaña para dar a conocer su ridícula estrategia de aumentar policías, adquirir nuevas patrullas y tecnología para enfrentar a los delincuentes, pero hasta ahora no ha dibujado ningún esbozo de su estrategia en materia de seguridad, porque si cree que sólo con incrementar la presencia de elementos los delincuentes se van a asustar y huir está equivocado, porque estaría aplicando una añeja medida que funcionó hace más de 20 años.

 

Tlaxcala capital ocupa el primer lugar a nivel estatal en delitos como homicidio doloso, abuso sexual, lesiones dolosas, acoso sexual, narcomenudeo y delitos que atentan contra la libertad y la seguridad sexual de acuerdo con las cifras Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) corte al 20 de enero de 2022.

 

La ciudad ocupa el deshonroso segundo lugar en el delito de violación, sin embargo también resultan graves ilícitos como el robo de vehículos, a casa habitación, a negocio, fraude, daño a la propiedad, asalto de transeúnte en la vía pública y a transportistas y otros delitos que evidencian la gravedad del problema.

 

Jorge Corichi sabe que en la ciudad que mal gobierna en promedio se roban un automóvil al día, pues tan sólo el año pasado 344 ciudadanos y ciudadanas fueron víctimas de ese delito. Y de esos atracos, 81 se llevaron a cabo con violencia.

 

En el 2020 se robaron en la capital 261 unidades, pero para el siguiente año ese ilícito registró un incremento de más del 31 por ciento, situación que resulta preocupante porque ese datos más otros más confirmarían que el hampa está desatada en Tlaxcala.

 

La incidencia delictiva se disparó, ya que el homicidio doloso en un año aumentó 62.5 por ciento, el robo a casa habitación 44.9 por ciento, el robo a negocios 22.92 por ciento y el asalto a transeúntes 142.86 por ciento.

 

En el imaginario colectivo la percepción es que el presidente municipal de Tlaxcala, Jorge Corichi, no sabe gobernar y que su equipo más cercano de colaboradores desconoce la realidad de la ciudad, pues en su gran mayoría son funcionarios foráneos que vinieron a refugiarse y a vivir decentemente de los recursos públicos del ayuntamiento.

 

En una reciente encuesta aplicada en la capital y en otros municipios de la entidad para tener datos a nivel estatal, se confirmó que los gobiernos morenistas de Tlaxcala ya son vinculados a la corrupción y lo que es peor que las autoridades emanadas de ese partido no saben ejercer el poder, por lo que un 20 por ciento de los ciudadanos y las ciudadanas que dijo haber votado por Morena en los pasados comicios está arrepentido.

 

En la ciudad de Tlaxcala los datos son más desfavorables, pues 5 de cada diez ciudadanos que votó por Jorge Corichi aseguró que no votaría por ese personaje para su probable reelección o para otro cargo de elección popular.

 

La administración de Corichi es muy malita y conforme pase el tiempo seguirá demostrando que la ciudad requiere de un presidente municipal comprometido, de palabra y que dé la cara a la hora de gobernar, porque los ciudadanos y las ciudadanas están cansados de tanto charlatán que ha llegado a presidir el ayuntamiento capitalino.

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