Morena en Tlaxcala está lejos de encontrar la unidad y poner fin a la polarización que desde hace años sostiene el grupo de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros contra la corriente de militantes que encabezan los senadores Ana Lilia Rivera Rivera y José Antonio Álvarez Lima.
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La mandataria operó y logró quedarse nuevamente con el control del partido guinda a través de la ex diputada local Marcela González Castillo, quien aprovechará esa posición para seguir construyendo y reforzando las aspiraciones de su esposo, Alfonso Sánchez García, a la gubernatura de Tlaxcala o las de ellas en caso de que se decida que en la entidad se deberá designar a una mujer como candidata.
Pensar que habrá otro aspirante lorenista para ese cargo es difícil, porque hasta ahora los únicos que han recibido el aval y el respaldo de la mandataria Cuéllar es esa poderosa pareja, lo cual hace pensar que se mantendrá el bloqueo y el golpeteo político para los otros probables candidatos que han dado señales de querer participar en el proceso interno de Morena y que están vinculados con el actual grupo en el poder.
De acuerdo con versiones de integrantes de ese grupo, la gobernadora tlaxcalteca estaría pensando en impulsar con todo la aspiración de su prospecto favorito como es el alcalde capitalino Alfonso Sánchez, pero con la ayuda de otros miembros de su expresión como el secretario de Educación, Homero Meneses Hernández y el actual delegado de la Secretaría de Bienestar, Carlos Luna Vázquez, aunque también se menciona que el actual Director de Gobernación de la Secretaría de Gobierno, Luis Vargas González, podría sumarse a buscar la nominación si el proceso tiene el piso parejo.
Pero la sucesión en el lorenismo no se limita exclusivamente a varones, pues se habla que se trabajará para posicionar en la carrera por la candidatura a la gubernatura que está buscando la senadora Ana Lilia Rivera a la actual titular de la Secretaría de Turismo federal, Josefina Rodríguez Zamora y a la hoy dirigente estatal de Morena, Marcela González Castillo.
Seguramente González Castillo se concentrará en el proyecto de su esposo, sin embargo aprovechará las circunstancias para posicionarse y hacerse presente con la militancia, lo que sin duda generará incomodidad a la mencionada senadora y a otras aspirantes que envidiarán la posición ventajosa que a partir de ayer obtuvo la ex diputada local.
El cambio en la dirigencia está lejos de poner fin a la polarización interna en el partido guinda, al contrario las diferencias y roces se incrementarán, porque es obvio que un sector de la militancia, es decir, los fundadores y otros ajenos al lorenismo, no ven con buenos ojos que se busque imponer como aspirante a la gubernatura a un miembro de la tradicional clase política que ha gobernado la entidad en las últimas décadas.
Por lo pronto, los lorenistas mantendrán el control del partido por un año más y veremos si aprovechan el proceso de credencialización de la militancia para reforzar su estructura a fin de que les permita ganar presencia y fuerza rumbo a las próximas elecciones previstas para el 2027.
Directores municipales de seguridad bajo la lupa
No lo cuente en voz alta, pero uno que otro director de seguridad municipal en la entidad se puso nervioso al conocerse los resultados de la llamada “Operación Enjambre” en el Estado de México, la cual permitió la detención de varios mandos policiacos y otros funcionarios presuntamente relacionados con organizaciones delictivas.
De acuerdo con la información disponible, se informó que la Fiscalía del Estado de México confirmó la emisión de siete órdenes de aprehensión, vinculadas a delitos como extorsión, secuestro exprés y homicidio, tras presentar pruebas ante un juez. Los municipios involucrados en ese operativo fueron Amanalco, Santo Tomás, Tonatico, Chicoloapan, Ixtapaluca, Tejupilco, Naucalpan, Coacalco, Jilotzingo y Texcaltitlán.
El gobierno federal fue el encargado de esa operación y se sabe que no es la única entidad donde ha detectado anomalías como la relación de los mandos policiacos con bandas criminales, sino que ese fenómeno se ha extendido a otras entidades y no se descarta que pronto se replique esa operación.
En Tlaxcala en por lo menos siete u ocho municipios hay la sospecha de que los jefes policiacos y algunos elementos se desviaron de su responsabilidad y han incurrido en acciones ilegales. AL parecer ya están siendo investigados y no sería extraño que se informara sobre la detención de algunos uniformados como ha pasado hace algunos meses.
Por lo pronto, le cuento que tras el asesinato del presunto líder criminal El Lobo que operaba en Apizaco y sus alrededores, El Tata y El Hacha, son los dos nuevos jefes que han tomado el control de la plaza.
Dicen que lo anterior lo han estado confirmado los distribuidores del narcomenudeo que se les ve trabajando impunemente en Apizaco, donde los asaltos armados y otros delitos son tolerados por la policía que presume controlar el alcalde morenista Javier Rivera Bonilla.
Ahora, habrá que ver qué pasa en Tlaxcala.
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