Muy tarde llegan y se dan a conocer las catorce medidas sanitarias para tratar de contener los efectos de la tercera ola de contagios de Covid-19 por parte del Consejo Estatal de Salud, pues más que buscar frenar el número de infectados y de fallecidos pareciera que se busca generar las condiciones para señalar a las futuras autoridades estatales y legislativas de imprudentes, protagonistas, omisas e insensibles.

 

 

El aumento de casos y la casi saturación de camas en los hospitales Covid de la entidad no es algo que se haya registrado en los últimos días, pues desde hace unas semanas se venía advirtiendo de la necesidad de establecer acciones más drásticas entre la población para romper la cadena de contagios, sobre todo porque en Tlaxcala la operación de bares, la organización de bailes populares, la celebración de fiestas particulares, la apertura de tianguis, plazas comerciales y otras actividades se volvió un verdadero desorden.

 

A cuatro días de que se registre el regreso a clases presenciales y a cinco de que se lleve a cabo el relevo de gobernador y de los funcionarios estatales, resulta absurdo que el equipo de la futura mandataria estatal Lorena Cuéllar Cisneros haya aceptado dócilmente las nuevas medidas sanitarias avaladas en la Quinta Sesión Extraordinaria del Consejo Estatal de Salud, porque serán ellos los primeros en incumplir y violar tales disposiciones.

 

Es obvio que al futuro secretario de Salud, Rigoberto Zamudio Meneses y al ansioso cuasi responsable de la Secretaría de Educación Pública, Homero Meneses Hernández, les faltó inteligencia, arrestos y determinación para sugerir más y mejores acciones para garantizar no sólo un regreso seguro a clases presenciales, sino para contener y romper la cadena de contagios que sigue creciendo sin ningún control por el territorio tlaxcalteca.

 

Resulta que ahora los funcionarios salientes y los que están por entrar están muy preocupados por las probables y futuras aglomeraciones que se registren en las afuera de las escuelas y pretenden evitarlas, pero a los lorenistas se les olvidó que el próximo 31 de agosto ellos propiciarán una concentración importante de personas en la sede del Congreso del Estado cuando Lorena Cuéllar rinda protesta como gobernadora ante más de 200 exclusivos invitados fifís que tendrán el privilegio de atestiguar tal acto empezando por la discreta Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación.

 

Sin embargo, será imposible evitar la presencia de quienes seguramente se sumarán a ese evento, pues decenas de ciudadanos y ciudadanas que han intentado hablar con la próxima mandataria y que no han tenido suerte, acudirán para pedirle que cumpla su palabra de darles trabajo en el gobierno del estado.

 

A los lorenistas también se les pasó la fiesta privada que está organizando la gobernadora electa en su nueva casa ubicada por el rumbo de Ocotlán, en la que ofrecerá una deliciosa comida a su selecto grupo de invitados que se espera sean más de 150.

 

Si el Consejo Estatal de Salud determinó ayer suspender bailes, ferias y fiestas masivas y privadas hasta nuevo aviso, lo lógico es que esa determinación también sea para la futura mandataria Lorena Cuéllar, quien si quiere evitar críticas o señalamientos negativos deberá cancelar su comida.

 

Sería muy malo que esa reunión se llevará a cabo o se permitiera sólo porque se trata de la gobernadora.

 

Lejos de ver que los futuros funcionarios estatales tengan el control de sus áreas y de las inminentes acciones que se realizarán, la percepción que se tiene es que no saben qué hacer y que carecen de experiencia y tablas para garantizar la continuidad de la administración sin que se presenten sobresaltos.

 

Quién lo diría, los funcionarios menistas son los que siguen mandando e imponiendo sus criterios y medidas que los limitados lorenistas han aceptado y que serán los primeros en incumplir. No cabe duda que hay mucha ingenuidad en los que vienen llegando y su inexperiencia es tan obvia que da ternura.

 

Finalmente, déjeme contarle que Rubén Terán Águila, el que se dice el jefe de jefes en la próxima legislatura local, fracasó en su intento de ser designado presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado que se encargará de tomarle protesta a Lorena Cuéllar como gobernadora de Tlaxcala.

 

Cómo estará su nivel de rechazo y desprestigio que se dice que el ex priistas, ex líder del SNTE y representante de Nueva Alianza, Lenin Calva Pérez, le ganó esa posición. Como vicepresidenta de la mesa directiva se menciona a la oportunista verde ecologista Maribel León Cruz, sólo por tener “experiencia” al lograr la reelección que obtuvo sin merecerla ni habérsela ganado.

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