La posibilidad de que el gobierno federal que encabeza el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cancele el proyecto de modernización del mercado capitalino “Emilio Sánchez Piedras” es real, lo que implicaría perder 111 millones de pesos y la oportunidad de contar con un nuevo espacio que a los comerciantes no les costaría ningún peso.
La escasez de recursos públicos para obras es una constante no sólo en Tlaxcala sino en México, sin embargo por esa razón no se entiende cuáles son las razones y argumentos que han impedido concretar ese proyecto que está a cargo de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) del gobierno federal.
Desde el año pasado, la Sedatu reveló que en la zona metropolitana de Puebla y Tlaxcala iniciaría su Programa de Mejoramiento Urbano 2021, en donde esperaba invertir más de 520 millones de pesos en tres municipios de esos estados.
Para la ciudad de Tlaxcala se planeó la construcción de cuatro obras en las que se aplicarían más de 195 millones de pesos que implicaría la renovación de la Plaza Xicoténcatl, la construcción del Mercado de Artesanos, la renovación de la Plaza de la Constitución y la edificación del mercado municipal “Emilio Sánchez Piedras”.
Por alguna extraña razón, el único proyecto que se encuentra atorado no sólo es el que más recursos públicos recibiría sino el de mayor impacto, como es la construcción del nuevo mercado municipal.
El ayuntamiento capitalino que en su momento encabezó Anabell Ávalos Zempoalteca y hoy Mildred Rubí Vergara Zavala optó por llevar a cabo las negociaciones con los comerciantes sin prisas y con ciertas reservas, lo que fue aprovechado por alguien para generar confusión y politizar el proyecto que hoy inexplicablemente es rechazado.
Un sector de comerciantes dice que no hay claridad y que les han mentido porque al principio les hablaron de una remodelación y ahora se propone la demolición total del inmueble para dar paso a una moderna construcción, que según ellos, podría dejarlos sin los espacios que hoy en día ocupan.
La Sedatu no ha entrado al desgaste ni a la confrontación con los dueños de los puestos. El gobierno del estado ha sido un espectador más en ese conflicto y el ayuntamiento capitalino se muestra reservado y hasta resignado en caso de que el gobierno federal cancele la inversión de 111 millones de pesos.
Una versión apunta que el proyecto si se llevará a cabo y que ya hay un acuerdo entre comerciantes y autoridades federales y municipales, pero otra refiere que las negociaciones están empantanadas y con amplias posibilidades de fracasar ante el absurdo rechazo de algunos propietarios de locales que se oponen a la obra.
Hay indicios que un sector de comerciantes capitalinos está manipulado y manejado políticamente para rechazar el proyecto que sólo pretende entregar en unos meses unas nuevas y modernas instalaciones que serán financiadas en su totalidad con recursos del gobierno federal a través de la Sedatu.
En unos días más se sabrá si el proyecto se concreta o no.
Veremos si gana la cordura y el desarrollo o nuevamente se impone la politiquería y el atraso.
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