Las comparecencias de los alcaldes para aclarar las observaciones sobre presuntos malos manejos detectados por el Órgano de Fiscalización Superior en los informes correspondientes del ejercicio fiscal del 2019 no han tenido gran impacto mediático, pero tarde o temprano esas anomalías financieras serán usadas para exhibir a los ediles y a las dependencias encargadas de investigar y castigar la corrupción en Tlaxcala.
De los 107 entes fiscalizables cuyas cuentas públicas están en un proceso de revisión, por lo menos se estima que 25 tendrán un fallo negativo de sus estados financieros al existir dudas y poca claridad sobre el destino final de los recursos públicos.
Aunque usted no lo crea, habrá alcaldes que acumulen tres o dos ejercicios fiscales reprobados por los diputados locales como el de la administración de Zacatelco que controla el ex perredista y hoy petista Tomás Orea Albarrán, así como el nefasto y torpe edil de Apetatitlán, Eloy Reyes Juárez, quien ha permitido que su hermana haga y deshaga en ese gobierno municipal, lo que ha provocado quebrantos millonarios.
Eloy Reyes que por cierto también recientemente abandonó el PRD para sumarse al PT está siendo defendido junto con Tomás Orea por la coordinadora de los diputados del Partido del Trabajo, Irma Garay Loredo, pues como se menciona que ambos políticos aspiran a convertirse en candidatos en los comicios del próximo año, se busca que sus cuentas públicas sean maquilladas y avaladas a fin de que no sean tachados durante sus campañas de corruptos.
A Tomás Orea le detectaron anomalías por el orden de los 14 millones de pesos, mientras que al insaciable Eloy Reyes se le encontraron irregularidades por casi 7 millones de pesos.
A ese par de ayuntamientos habrá que sumar los presuntos malos manejos financieros de Totolac donde se presumen quebrantos por casi 12 millones de pesos y los de Calpulalpan en donde el monto observado es cercano a los 8 millones de pesos.
También se menciona que la cuenta pública de Apizaco del 2019 ahora si será reprobada al existir inconsistencias contables por el orden de los 22 millones de pesos.
Si bien se habla que varias cuentas públicas serán reprobadas, lo prudente será esperar que los dictámenes correspondientes se elaboren y se presenten ante el pleno del Congreso del Estado, porque es común ver cómo de un día para otro los diputados locales cambian el estatus de reprobada a aprobada sin que exista una mayor explicación.
Hoy en día pensar que la corrupción pueda ser castigada o investigada en Tlaxcala es una utopía. El Sistema Estatal Anticorrupción es un oneroso adorno que no ha dado ningún resultado positivo a los ciudadanos.
Pronto se harán públicos los informes del Órgano de Fiscalización Superior y se tendrán más detalles de las anomalías financieras que existen en los ayuntamientos y en el resto de los entes fiscalizables, las cuales merecen ser difundidas para que los tlaxcaltecas sepan en qué y cómo se gastan nuestras autoridades los recursos públicos.
También en breve se conocerá quiénes son los diputados locales interesados en defender y tratar de “limpiar” las cuentas públicas reprobadas, porque nunca faltan los vivillos que tratan de obtener un beneficio por su oportuna intervención y protección.
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