La tan cacareada y presumida unidad priista pronto podría romperse y salir a la luz pública el desaseado proceso interno que lleva el ex partidazo para elegir a su candidato a la gubernatura y a los tres aspirantes a las diputaciones federales, porque la militancia observa dados cargados y porque su líder estatal, Noé Rodríguez Roldán, somete a negociaciones posiciones que el tricolor tiene trabajadas y con altas posibilidades de disputar en los comicios del próximo 6 de junio.

 

Rodríguez Roldán salió un dirigente chafa y con un saco cargado de triquiñuelas para tratar de engañar a los militantes, quienes no están de acuerdo que el PRI tenga un líder que ocupa su cargo para promocionarse y buscar la candidatura al gobierno del estado, pues esa actitud poco ética lo pone en una posición ventajosa y le resta credibilidad a su proyecto porque es juez y parte.

 

Hace unos meses el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez recomendó a los priistas trabajar y moverse si es que estaban interesados en lograr una nominación a un cargo de elección popular, lo cual muchos lo llevaron a cabo con la certeza de que habría piso parejo en la contienda interna, pero sobre todo que Noé Rodríguez garantizaría que los mejores cuadros fueran los elegidos y no sus cuates o recomendados como parece que pasará.

 

Por ejemplo, en diferentes encuestas serias aplicadas en las últimas semanas para medir el posicionamiento de los aspirantes a la gubernatura y a las diputaciones federales, así como para conocer en qué demarcaciones los partidos políticos son más competitivos, se ha comprobado que el PRI sale con buena aceptación en el distrito federal uno con cabecera en Apizaco y que el actual secretario de Comunicaciones y Transportes del Estado, José Luis Ramírez Conde, es por mucho la mejor opción para contender por ese cargo sobre otros miembros del ex partidazo como Arnulfo Arévalo Lara, titular de la Sefoa y el junior Marianito González Aguirre por mencionar algunos.

 

Sin embargo, la actitud de la dirigencia estatal del PRI es poner sobre la mesa de negociación para conformar el bloque opositor amplio entre el PRI, el PAN, el PRD, el PAC y el PS ese distrito, es decir, lo cede sin ninguna resistencia a un miembro de Acción Nacional, cuando los números y las tendencias indicarían que el tricolor es más competitivo.

 

Resulta increíble que el PRI se haya sentado a negociar con esos partidos una mega alianza rumbo a los comicios del próximo año y que en esta semana se esté levantando la encuesta que la dirigencia nacional y estatal tomarán como referencia para elegir a su candidata o candidato a la gubernatura y las tres propuestas para las diputaciones federales, mismos que podrían ser sacrificados por los intereses personales que tiene Noé Rodríguez para su proyecto y porque al final no le importaría perjudicar a priistas que no pertenecen a su grupo político.

 

Si el estudio demoscópico que se está levantando desde el inicio de la semana es serio y profesional, seguramente confirmará que la alcaldesa capitalina Anabell Ávalos Zempoalteca es la priista que encabeza las preferencias para la gubernatura, pero si tiene inconsistencias o hay dados cargados arrojará que el torpe Florentino Domínguez Ordoñez, actual secretario de Educación Pública, es la mejor carta.

 

La militancia priista que no es ingenua y que hace mucho dejó de ser sumisa viene observando el comportamiento de su dirigencia estatal y del gobernador Marco Mena. Hay molestia por unas actitudes y decisiones, por lo que no descarta la posibilidad de mostrar su desacuerdo y alentar una fractura si es que al final se pretende imponer a los peores candidatos o ceder posiciones de más en las negociaciones que se sostienen para consumar la alianza opositora con otras fuerzas políticas.

 

Hay priistas que creyeron en la palabra del gobernador Marco Mena y esperan que realmente se cumpla el ofrecimiento de nominar a los militantes con más trabajo y posicionamiento, porque de no ser así habrá problemas para los dirigentes al no tener argumentos para justificar que los amigos fueron los beneficiados y que se hizo a un lado a los miembros que realmente tienen las posibilidades de pelear por los cargos de elección popular.

 

La unidad priista está sostenida por alfileres. La estrategia mediática del ex partidazo de vender que todos están de acuerdo y conformes le ha funcionado hasta ahora, sin embargo el escenario podría cambiar cuando se conozcan los nombres de los candidatos y candidatas, pero sobre todo cuando se difundan los detalles de la repartición de cargos y posiciones que se darán en caso de concretar la integración del bloque opositor amplio.

 

En el PRI las apariencias engañan.