Ahora que diferentes diputados integrantes de la Cuarta Transformación se han pronunciado a favor de revisar y reducir el presupuesto de egresos que dispondrá el Congreso de Estado para el siguiente año, valdría la pena saber en qué están dispuestos a ahorrar y que excesos estarían dispuestos a eliminar para que efectivamente hagan realidad la austeridad republicana que tanto pregonan pero que en los hechos es nula.

En la actualidad y de acuerdo con la información disponible, se sabe que el Poder Legislativo ejerce cada año 1.7 millones de pesos para mantener un comedor donde la mayoría de los 25 diputados locales llega a saciar su hambre con alimentos que supones son de primera calidad.

En promedio cada mes nos cuesta a los tlaxcaltecas 141 mil pesos alimentar a los legisladores que disponen de más de 250 mil pesos cada 30 días para sus diferentes gastos y ocupaciones.

Cada día el Congreso del Estado estaría disponiendo de 4 mil 700 pesos para mantener un comedor, donde hay que decirlo no falta el salmón y otros alimentos de calidad como si los diputados merecieran esa clase de atención por su pésimo y limitado trabajo.

Pero no crea que ese es el único lujo que se dan los diputados tlaxcaltecas, pues también se tiene conocimiento que cada año destinan otros 390 mil pesos para flores y lonas que adornan los diferentes eventos que se organizan al interior del Poder Legislativo.

Otras partidas que valdría la pena echarle una revisada, son las que reciben los 25 legisladores para contratar personal y la establecida para entregar apoyos a los ciudadanos que lo requieren. Hay diputadas como la coordinadora del PT y presidenta de la Junta de Coordinación y Concertación Política, Irma Garay Loredo, que prácticamente desaparece cada 30 días esos recursos sin tener trabajadores y sin repartir un solo peso en ayudas.

Su actitud voraz y rapaz la heredo de su padre el diputado federal del PT y dirigente estatal de ese partido en Tlaxcala, Silvano Garay Ulloa, quien goza de la protección del maestro de la corrupción y el chantaje, Alberto Anaya Gutiérrez, líder nacional de esa fuerza política.

Alberto Anaya ha permitido que la familia Garay que no es oriunda del estado malverse las prerrogativas del PT en Tlaxcala y disponga de los cargos de elección popular que se acceden por la vía plurinominal. Este año ese instituto político ha recibido cada mes alrededor de 400 mil pesos, sin embargo sólo Silvana y su hija Irma saben a dónde va a parar la enorme cantidad de recursos públicos que reciben.

En el PT dudo que apoyen y avalen la austeridad republicana que dicen los diputados que aplicarán para el 2020, por lo que ahora será interesante conocer si el nuevo coordinador de los legisladores de Morena, José María Méndez Salgado, deja el doble discurso sobre los ahorros en el Congreso del Estado.

Por un lado presume que el Poder Legislativo ejercerá 20 millones de pesos menos para el siguiente año, pero es el legislador que solicita la compra de Perrier, el agua de manantial gasificada proveniente del sur de Francia, la cual es indispensable para refrescar su garganta y sentir el exquisito burbujeo mientras el diputado panista Omar Milton López Avendaño sube a la tribuna para criticar el gobierno federal de López Obrador y la desbordante ambición de los diputados que conforman la Cuarta Transformación, sin que tal acción merezca una sola palabra del huamantleco que hoy coordinada a la principal fuerza política en el Congreso local.

Los excesos en el Poder Legislativo ya empezaron a surgir y también pronto se conocerá la red de corrupción que impera entre diputados locales, alcaldes y empresas constructoras ligadas a familiares que son beneficiadas con recursos públicos.

Si antes nos quejamos de los moches que alentaron los legisladores del PAN, ahora esa práctica se queda corta con lo que establecieron los legisladores de la Cuarta Transformación.