A unos días de que concluya el cuarto mes del año, en Tlaxcala existe la intención como a nivel nacional de entorpecer y obstaculizar la puesta en marcha del Sistema Estatal Anticorrupción, porque el tiempo pasa y no se percibe la menor voluntad de dotar todos los instrumentos que permitan a la sociedad civil contar con un mecanismo que realmente combata las malas conductas de los servidores públicos.
En plena semana santa y casi en la clandestinidad, se llevó a cabo la inauguración de las instalaciones del Sistema Anticorrupción del Estado, situación que representó una burla más para los ciudadanos y ciudadanas, porque mientras no sea designado el secretario técnico de esa instancia la burocracia consentida que lo conforma seguirá siendo inoperante.
Un purista de la ley como el actual secretario de Gobierno, José Aarón Pérez Carro, es quien se prestó a esa pantomima, pues para nadie es un secreto que ese sistema debido estar integrado y operando desde el año pasado, sin embargo el gobierno priista de Marco Antonio Mena Rodríguez ha optado por sumarse al boicot que existe a nivel nacional para posponer la implementación de ese andamiaje legal.
De acuerdo con los plazos establecidos en la ley, el secretario técnico que es el responsable de manejar y coordinar el Sistema Estatal Anticorrupción debió ser nombrado a mediados de febrero de este año, pero por alguna extraña razón no se encuentra el perfil idóneo para ocupar ese cargo.
Desde agosto pasado a la fecha se está manteniendo a una inútil burocracia que simula un trabajo para la prevención, detección y sanción de fallas administrativas y hechos considerados como actos de corrupción.
Según un comunicado oficial, el Sistema Anticorrupción del Estado establece, articula y evalúa políticas para prevenir posibles actos de corrupción y además tiene el tiene el objetivo de que autoridades estatales y municipales trabajen de manera coordinada para establecer principios, bases generales, políticas públicas y procedimientos para la prevención, detección y sanción de fallas administrativas.
No cabe duda que Abdel Rodríguez Cuapio, presidente del Sistema Anticorrupción del Estado, es un charlatán más y un torpe mentiroso que por desgracia en su segundo acto oficial ya enterró la credibilidad de esa instancia, debido a que suele balbucear una serie de falsedades que sólo existen en su lambiscona mente.
Quién le puede creer que han establecido nuevas políticas públicas para combatir la corrupción o modernos procedimientos de prevención, detección y sanción de fallas administrativas, cuando la estructura administrativa la ocuparon para acomodar a sus amigos y novias no sólo en el Sistema Anticorrupción del Estado, sino también en el Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Tlaxcala, donde dicen que es común ver al cachondo magistrado Marcos Tecuapacho Domínguez con copas de más porque tiene la seguridad que uno de sus hijos realizará su trabajo mientras el otro se la pasa escribiendo alabanzas al gobernador Mena.
Rodríguez Cuapio tuvo la estúpida ocurrencia de presumir la página www.saetlax.org que según él los ciudadanos pueden utilizar para realizar sus denuncias, sin embargo cuando uno visita ese sitio en internet pareciera que se trata de una web falsa que fue elaborada por un aprendiz de diseño que cuenta con información limitada y que carece de datos relevantes.
Dudo que un ciudadano con interés en presentar una denuncia se sienta seguro y con la confianza de llevar a cabo ese procedimiento, pues simplemente con ver ese sitio percibe uno que no hay ningún compromiso serio en combatir la corrupción en Tlaxcala.
El Sistema Anticorrupción del Estado es una falacia.
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