Sólo el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez sabe cuánto tiempo más tendrá que pasar para aceptar que necesita un procurador comprometido con su trabajo, porque el que llegó está más enfocado en sus conquistas, en proteger su red de intereses y en archivar los expedientes de los casos que debería investigar y que al parecer nunca serán integrados para llevarlos ante un juez.
Sólo fueron necesarios poco más de dos meses para llegar a la conclusión que el farsante procurador José Antonio Aquiahuatl Sánchez no pudo con esa responsabilidad y que sus deseos y grillas emprendidas para llegar a la titularidad de esa dependencia estaban basados en una ambición y no en un anhelo real de cambiar y hacer efectiva la impartición de justicia en el estado.
Hasta ahora su labor ha sido gris y llena de inconsistencias. Aunque presume la innovación de nuevos procesos administrativos para reducir los tiempos en que se presenta una denuncia, en esencia la Procuraduría General de Justicia en el Estado sigue operando con los mismos niveles de ineficiencia, corrupción y amiguismo que se establecieron desde el gobierno de Mariano González Zarur con la “procuradora de hierro” Alicia Fragoso Sánchez.
Si en dos meses el procurador conocido también como el ogro Sherk por aquello de su “implacable” política laboral que ha establecido en la dependencia, no ha podido resolver ningún caso de los homicidios violentos registrados de agosto a la fecha, así como otros asuntos de importancia como la agresión que sufrió un estudiante en una escuela de Apizaco, difícilmente se abocará a buscar a los culpables del asesinato de la líder de Antorcha Campesina de la región de Huamantla y a detener a los maleantes que ejecutaron a un hombre en la comunidad de Alpotzonga en el municipio de Ixtacuixtla presuntamente ligado al huachicol.
A esos asesinatos hay que sumar la aparición de un cuerpo de una mujer en una barranca de la comunidad de San Marcos Contla perteneciente al municipio de Papalotla y el artero homicidio perpetrado contra un hombre con discapacidad en la población de Calpulalpan.
También tiene pendiente llevar a la justicia a los habitantes de San Juan Huactzinco que el pasado 28 de septiembre intentaron linchar a unos presuntos ladrones de una combi, pues ayer uno de los involucrados en ese suceso falleció tras los golpes recibidos y hasta ahora no existe ningún detenido por esos hechos.
Pero así como José Antonio Aquiahuatl no investiga y ni trabaja para hacer justicia en los anteriores casos, tampoco muestra el mínimo interés por integrar la averiguación previa abierta contra la ex procuradora Alicia Fragoso Sánchez y otros funcionarios de la dependencia que fueron acusados de tortura.
En la lógica de este farsante procurador, quizá estos casos pueden esperar porque ahora su prioridad es atender la devolución de mercancía robada con facturas que se presume están alteradas por abogados de Apizaco y en cuidar a sus consentidos subordinados como Eduardo Medina que dicen suele mocharse e invitar buenas tandas de alcohol y a las ministerios públicos de Calpulalpan y Huamantla de nombre Juliana y Abigail, respectivamente, que no judicializan sus casos pero que a cambio son hábiles para establecer acuerdos que dejan dividendos.
Otros consentidos del procurador también conocido como “el tres manos” son el ministerio público Iván Angulo Vázquez, hijo del juez Ángulo, así como Arturo Gálvez que curiosamente no judicializa ningún asunto, al igual que su ahijado de velación Neymar Sánchez Meneses.
El personal de la PGJE está cansado y harto de la soberbia de José Antonio Aquiahuatl que resultó ser un hombre de memoria muy corta. De entrada ignora y maltrata a las personas que lo ayudaron a sacar el trabajo cuando se desempeñó como ministerio público en la época en que Edgar Enrique Bayardo del Villar controlaba la dependencia.
Desde esa época el hoy farsante procurador era conocido como Sherk. Aún recuerdan cuando lloraba inconsolablemente porque era regañado por Bayardo del Villar y buscaba el consuelo de los amigos que hoy gusta verlos por encima del hombro.
Aquiahuatl Sánchez hoy es intransigente con el cumplimiento de los horarios laborales, pero se le olvida que cuando era ministerio público llegaba tarde y si alguien le decía algo iba y retaba al subdirector de la PGJE que en ese tiempo era Alberto Coronel.
Su nivel de incongruencia asusta así como su protagonismo, pues lejos de dar la cara y trabajar para solucionar los enormes pendientes que acumula, está más preocupado porque se conozca que participará con una ponencia en la reunión que los procuradores del país sostendrán en Oaxaca y a la que asistirá el presidente de México Enrique Peña Nieto.
De pena ajena la actitud de Aquiahuatl. O no.
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