En política no hay casualidades y los marianistas bajo la batuta del hosco Mariano González Zarur han iniciado su venganza contra el actual gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, quien según ellos no cumplió los acuerdos y los desplazó de la administración y del partido cuando el triunfo electoral del 2016 que le permite ejercer el poder en Tlaxcala es gracias a la operación que realizaron.

Una vez que el ex diputado vedette Marianito González Aguirre dejó su cargo y comprobó que no sería llamado para incorporarse al gabinete del actual mandatario como él lo aseguró a su séquito de lambiscones, el grupo político que encabeza su papá decidió poner en marcha una abierta operación para someter a un desgaste político y administrativo a Marco Antonio Mena que hoy es considerado como su enemigo.

La reaparición del lacayo ex diputado federal Ricardo García Portilla para anunciar la realización de una carrera atlética fue el pretexto para escupir su veneno contra el gobernador y su grupo político a quienes culpó de la dolorosa derrota electoral del pasado 1 de julio. Palabras más palabras menos dejo entrever que no sólo simularon una operación a favor del PRI, sino que impusieron candidatos perdedores que no representaban a la militancia del ex partidazo.

Y convocó a los priistas tlaxcaltecas a sumarse a un movimiento que exija cuentas al mandatario estatal y a sus dirigentes de gafete, así como acordar las decisiones que según él permitan llevar a cabo las acciones que ayuden a recuperar la competitividad del PRI rumbo a las elecciones del 2021 en que se elegirá gobernador, diputados locales y presidentes municipales.

Si el golpeteo político ya es evidente, no dude que en los próximos días empiecen a salir escándalos de corrupción que involucren a funcionarios estatales que gozan del aprecio y respaldo del gobernador como es el caso del ineficaz secretario de Educación Manuel Camacho Higareda, quien aseguran tiene las uñas más largas que el ex titular de esa dependencia Tomás Munive Osorno.

Es evidente que Marianito González será un espectador más en esa guerra que se avecina, debido a que su torpeza le impide involucrarse en una batalla donde se requiere inteligencia y valor para participar en ella, cualidades que carece ese junior que siempre termina dominado por el exceso de genes libidinosos que heredó.

Los menistas deberían estar preparados para la confrontación, debido a que ellos empezaron las hostilidades. Fue hasta ahora que los marianistas decidieron mostrar sus rencores y su sed de venganza, pues saben que la influencia y poder del presidente Enrique Peña Nieto va a la baja y que es tiempo de iniciar la disputa por el control del PRI en Tlaxcala, ya que desde ahí pueden construir las candidaturas para el 2021 y desplazar a los amigos de Marco Mena que esperan ser favorecidos con alguna posición.

Los meses que le quedan al gobierno de Marco Mena no serán tersos y seguramente enfrentará una serie de complicaciones por los frentes que tiene abiertos.

Los marianistas ya adelantaron el juego de la sucesión en el PRI que en teoría debería controlar el actual mandatario, situación que no sólo va alborotar al partido, sino a la estructura del gobierno estatal que a estas alturas no dude que apostará por ese grupo y no por los menistas.

El hacendado ex gobernador Mariano González ya enseñó su primera carta para la sucesión y sin dudas es su lacayo Ricardo García, quien desde ahora en adelante lo vera muy movido por todo el territorio tlaxcalteca sumando simpatías a su proyecto.

La luna de miel que el gobierno de Mena tenía en Tlaxcala con los diferentes actores políticos y el PRI llegó a su fin y pronto veremos otra realidad. Al tiempo.