Tuvieron que pasar 20 largos meses para que por fin se corrigiera el error de haber permitido la incrustación de Hervé Hurtado Ruiz en el gabinete de la actual administración como responsable de la Comisión Estatal de Seguridad (CES), dependencia que se descuidó al grado que equipo y elementos fueron utilizados para alimentar el ego de ese ex funcionario que siempre estuvo más preocupado por su imagen que por brindar protección a los tlaxcaltecas.
A finales del 2016 cuando el actual gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez analizaba los perfiles de las personas que serían incorporadas en su administración recibió una recomendación que involucraba a Hervé Hurtado, quien se coló entre los finalistas por su padrino político y por su “impresionante” trayectoria donde destacaba ser el fundador de la primera policía cibernética en México.
Sin conocer Tlaxcala y sus características, Hurtado Ruiz fue designado como responsable de la seguridad pública en la entidad, con lo cual inició una tensa relación entre los elementos y mandos medios de la corporación, así como con los directores municipales de seguridad y alcaldes que no aceptaban la actitud sobrada y soberbia de ese funcionario que imponía su voluntad a toda costa.
Lejos de sumar voluntades y coordinar la limitada fuerza policiaca existente a nivel estatal y municipal, el oriundo de Campeche optó por crear su grupo de confianza y marginar a los alcaldes y responsables de la seguridad municipal que se mostraban rebeldes, situación que generó vacíos que fueron evidentes en ciertos conflictos, como el registrado en Ixtenco durante el enfrentamiento entre las autoridades y habitantes que estaban inconformes con el edil.
La policía estatal fue la última en intervenir y para calmar los ánimos en Ixtenco tuvieron que participar algunos presidentes municipales que en apoyo de su colega enviaron patrullas que resultaron destruidas o dañadas en la trifulca.
En los últimos 20 meses nunca existió una estrategia definida para inhibir o desalentar a los delincuentes que se multiplicaron en Tlaxcala. La presencia policiaca era limitada y se concentraba en ciertos lugares que probablemente implicaban algún beneficio económico para el responsable de la seguridad pública.
Los hechos y cifras hablan por sí mismas y el binomio de seguridad en Tlaxcala conformado por la Comisión Estatal de Seguridad y la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE) no ha podido dar resultados en la actual administración, quizá porque en ambas instancias han llegado funcionarios más preocupados por alimentar su ego y cuidar su imagen que en dedicar sus esfuerzos para combatir a los delincuentes.
La CES va por su segundo responsable en la persona de mexiquense Eduardo Valiente Hernández, mientras que la PGJE ya ha registrado tres relevos de titular –Tito Cervantes Zepeda, José Aarón Pérez Carro y José Antonio Aquiahuatl Sánchez- sin que a la fecha se observe algún avance, pues es evidente que el cambio de procurador no ha servido para nada porque las cosas siguen igual o peor.
Trascendió que Valiente Hernández fue recomendado por Alfonso Navarrete Prida, actual secretario de Gobernación en la administración del presidente Enrique Peña Nieto.
Entre los cargos que ha desempeñado destacan su titularidad como Comisario General de la Policía Federal, Comisionado Estatal de Seguridad Ciudadana del Estado de México, Subsecretario de Seguridad del Estado de México, y Comisario Coordinador en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila.
En el gobierno del priista Eruviel Ávila Villegas fue el responsable de la seguridad pública en el Estado de México donde habitan más de 16 millones de personas, por lo que no deberá tener problemas para mejorar en el corto plazo la seguridad de los tlaxcaltecas que apenas si sumamos 1. 2 millones de ciudadanos y ciudadanas.
El proceso de aprendizaje de la actual administración ha sido muy largo, lo cual nos debe preocupar porque las decisiones para corregir los errores se están dando muy lentas cuando le restan 36 meses de poder.
Veremos si la decisión de incorporar a Eduardo Valiente fue buena o sólo se trató de un recomendado más que vino a pasear como lo hizo Hervé Hurtado o lo hace el secretario de Salud el hidalguense Alberto Jonguitud Falcón.
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