Parece que la gente simpatiza con proyectos encarnados por personajes de reconocida trayectoria.
Es revelador el resultado de la encuesta realizada por la empresa Gabinete de Comunicación Estratégica, en el estado de Tlaxcala, a los aspirantes a gobernador.
Tuvimos acceso a un avance de dicho estudio, cuyo margen de error fluctúa +- 4.38 por ciento, y lo más destacado es que PRI, PAN y PRD no observan grandes diferencias entre sí.
En el caso de la senadora con licencia Minerva Hernández Ramos, el constante amago de los partidos del Trabajo (PT) y Convergencia, la victimizó ante la opinión pública.
Pese a ser la más discreta en declaraciones y a mantener un nivel alejado de las descalificaciones, Hernández Ramos, realiza una sostenida labor de promoción en la web, ya sea a través de las redes sociales (facebook y twiter) ó de su canal propio, en YouTube, donde aparece en un amplio número de videos.
El caso de Adriana Dávila Fernández, y su anunciado respaldo de Presidencia, es una ventaja inconveniente que funcionaría a la inversa en la percepción de los entrevistados que, se inclinan por proyectos resultantes de una verdadera identificación con la gente y sustentados en el esfuerzo.
Contra la idea de que la panista encabezaría a los votantes, a estas alturas le pesa su escasa presencia en la web, o la falta de interés de los usuarios a los que considera como su objetivo.
Aun sin ser el candidato de la coalición Unidos por Tlaxcala, el priísta Mariano González Zarur, se ubica muy parejo en esa distribución en tercios, resultante del trabajo de GCE.
Deben destacarse a las redes sociales en la web y un intenso trabajo promocionando la imagen del ex diputado federal como un reciente factor que apuntaló la imagen de quien se destaca “un cambio de actitudes” como mecanismo que trata de retratarlo más humano, más solidario con la sociedad y más alejado del dañino concepto de hacendado.
Con base en estos resultados, podemos pensar que el o la ganadora de la elección de julio, se impondrá con un margen mínimo y que la supuesta ventaja abismal de Adriana Dávila, se diluyó por el rechazo colectivo encontrado ante el desconocimiento popular, por no ser un personaje con una amplia trayectoria, merecedora de disputar la primera magistratura.
Es curiosa la forma en que el priísta Mariano González Zarur, despierta interés entre la gente, pues siendo el más viejo, le abonan puntos la idea de experiencia, al tiempo que genera confianza el asegurar que se ha preferido mostrarse humano y solidario con la gente, en lugar de soberbio e intolerante, como lo venía haciendo.
El antecedente de Minerva Hernández Ramos, a lado de personajes nacionales e internacionales de primer nivel, es otra de las ventajas que le asisten a la perredista cuando a la gente se le pide su concepto respecto al trabajo desempeñado por la ex secretaria de finanzas del gobierno de Tlaxcala.
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