Por más que se ha esforzado por hacer empatía con los estudiantes, maestros y padres de familia, el secretario de Educación en Tlaxcala, Manuel Camacho Higareda, no logra conectarse, porque simplemente no se ve congruencia entre sus declaraciones y los hechos que suceden en las escuelas públicas.

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Si a lo largo de estos casi ocho meses el secretario de Educación Pública en Tlaxcala Manuel Camacho Higarera trabajó sólo sin ningún equipo suyo que lo ayude a dirigir y administrar la dependencia más grande del gobierno, es muy probable que inicie el nuevo ciclo escolar es las mismas condiciones que sin duda lo seguirán desgastando.

La oportunidad para realizar cambios en la dependencia prácticamente ya se fue, pues el ciclo escolar 2017-2018 iniciará el próximo lunes y se ve difícil que se lleve a cabo un cambio de funcionarios, de ahí que en la SEP se mantendrá la estructura administrativa que se muestra más leal a Tomás Munive Osorno que a Manuel Camacho.

Nadie puede escatimar los esfuerzos del actual titular de la SEP por lograr cambios en el sector educativo y mostrarse como una autoridad más cercana a los estudiantes y maestros, sin embargo sus acciones no convencen ni si ven que tengan un legítimo interés, pues pareciera que Camacho Higareda busca más su promoción que en lograr la transformación de la educación.

Adicto al reflector y a las entrevistas a modo, el funcionario ha perdido credibilidad ante los padres de familia tlaxcaltecas que comprobaron que la educación en las escuelas públicas de Tlaxcala no es gratuita y que las cuotas escolares que supuestamente son ilegales son obligatorias para que los niños y niñas puedan tener derecho a estudiar.

Aunque Manuel Camacho trató torpemente de desligarse de las cuotas escolares que supuestamente establecen los comités de padres de familia, lo cierto es que esos pagos los imponen los directores de los planteles, quienes para asegurar “la cooperación voluntaria” condicionan la inscripción de los alumnos como se ha denunciado en diferentes instituciones del estado.

Y si la educación pública es gratuita que alguien explique porque las cuotas de la escuela secundaria “Presidente Juárez” ubicada en la Loma Xicoténcatl de la capital del estado fueron a parar a la cuenta número 08001695304 del banco Scotiabank y que según el comprobante de un depósito el cliente es el “Estado de Tlaxcala Secretaría de Educación”.

Una de dos, el titular de la SEP miente para solapar a los directores de las escuelas públicas o el titular de la SEP no tiene ninguna autoridad sobre los directores de las escuelas que ignoraron la orden de no cobrar cuotas.

Valdría la pena que Manuel Camacho diera la cara e informara en cuántas escuelas públicas se cobraron cuotas y cuánto se logró captar por la cooperación de estudiantes de kínder, primaria y secundaria y a qué se van a destinar esos recursos que los padres de familia pagaron.

La cantidad no es nada despreciable porque podríamos estar hablando de más de 100 millones de pesos que manejan y gastan los directores de manera discrecional, pues por cada alumno se cobró entre 600 y 1,200 pesos.

No se usted, pero creo que el asunto de las cuotas que cobran las escuelas públicas es un buen negocio, o no.