El gabinete y el discurso de Marco Antonio Mena Rodríguez no fueron lo esperado. El nuevo gobernador tendrá que mostrar mayor oficio para tratar de entregar buenas cuentas y el tiempo puede ser un factor que juegue en su conta porque su administración no es de seis años, sino de cuatro años y ocho meses que ya empezarón a correr.
El gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez optó más por establecer un sistema de cuotas para asignar los lugares en el gabinete que en buscar los perfiles adecuados para ofrecer una administración diferente.
Al gobierno federal se le abrieron los espacios en la Comisión Estatal de Seguridad Pública con Hervé Hurtado Ruiz nacido en Campeche y en la Secretaría de Salud con Alberto Jongitud Falcón, un médico cuyo origen se encuentra en Hidalgo y que es ubicado como un funcionario especial que se siente de otro nivel.
Al ex mandatario Mariano González Zarur y a su hijo el hoy diputado local Mariano González Aguirre se les asignó la Oficialia Mayor de Gobierno a través del mapache electoral de nombre Luis Álvarez Landa, quien llegó a operar a Tlaxcala al lado de Mario Armando Mendoza, un michoacano que ejerció poder en los primeros años de la pasada administración.
A los González también se les atribuye la llegada del ex alcalde de Apizaco Jorge Luis Vázquez Rodríguez a la Secretaría de Desarrollo Económico. También se dice que logró ubicar a José Luis Ramírez Conde en la Secretaría de Fomento Agropecuario.
Marco Mena incluyó a su hermano Frabricio Mena Rodríguez en el reparto de las cuotas de poder. Ese personaje a través de títeres controlará la Secretaría de Finanzas con Alejandra Nande Islas, mujer que siempre ha sido su chalana y cuya especialidad es llevar doble contabilidad. La otra posición es la Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda que recayó en Francisco Javier Romero Ahuactzi, un personaje tran gris como el cemento tolteca.
Joaquín Cisneros Fernández también tuvo su cuota y pudo incrustar a Calos Bailón Valencia en la Secretaría Técnica del Gobernador, instancia que hasta el momento nadie sabe a qué se dedicará concretamente.
Al Panal le tocó la Secretaría de Planeación y Participación Ciudadana que será encabezada por el licenciado en Educación Física Lennin Calva Pérez. Al PRD le alcanzó para controlar la Coordinación General de Ecología con Efraín Flores Hernández, quien en el sexenio de Alfonso Sánchez Anaya fue despedido por un problema de faldas. A Movimiento Ciudadano le otorgaron la secretaría particular del Gobernador desde donde despachará Eladia Torres Muñoz.
A Noé Rodríguez Roldán lo premiaron con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Su único mérito aceptar la canidatura de Mena Rodríguez al gobierno de Tlaxcala y acudir a un evento para posar al lado del hoy mandatario.
En todo gabinete siempe hay un amigo del gobernador y por esa razón Manuel Camacho Higareda se convirtió en secretario de Educación Pública de Tlaxcala. Su currículum académico lo avala, pero su falta de experiencia administrativa puede ser un obstáculo para tratar de limpiar la corrupción que prevalece en esa depedencia.
Por resultados y porque su trabajo los recomienda, vemos la llegada de Florentino Domínguez Ordoñez a la secretaría de Gobierno y a Carlos Villanueva Vera que se hará cago de Comuniciación Social y del Coracyt.
Las expectativas que generó el gobernador Marco Antonio Mena fueron altas, pues su trayectoria académica indicaba que buscaría los mejores perfiles para conformar un equipo de trabajo integrado por especialistas, sin embargo los hechos hablan de otra y pareciera que al final optó por un gabinete chiquito que difícilmente hará algo diferente al gobierno de Mariano González.
Ahora entiendo porque en el discursos de su toma de protesta no se comprometió a nada en concreto ni anunció ninguna obra importante. Habló de civilidad democrática y omitió el nombre del ex gobernador panista Héctor Ortiz Ortiz. Se autonombró como el gobernador de la educación y sólo anunció la creación de un instituto para la profesionalización de magisterio.
El nuevo mandatario se comprometió a construir un gobierno que pase de la gobernabilidad típica a una gobernanza moderna, lo cual resulta una quimera porque estamos muy lejos de tener los indicadores y el desarrollo de los países europeos para hacer realidad esa novedosa forma de gobernar.
Los González y los Torre
Dos momentos llamaron la atención durante la ceremonia oficial donde Marco Antonio Mena rindió protesta como gobernado. El primero fue previo al evento, pues el diputado Mariano González Aguirre cambio en más de tres ocasiones los lugares asignados a los legisladores locales, pues simplemente no encontraba la posición ideal para brillar.
Después de varias puebas, el bisoño legislador preguntó donde se pararía el gobernador para pronunciar su discurso. Una vez que recibió la información ordenó que su lugar fuera ubicado atrás para salir a cuadro con Mena Rodíguez, porque según él la gente lo debe relacionar con el nuevo gobernador.
Ya en la ceremonia, el llanto incontrolable de Mariana González Foullón, hija de ex mandatario y delegada de la Sedesol fue excesivo y hasta ridículo. La verdad es que no pudo ocultar el dolor que le causó dejar el poder que gozó durante seis años.
Al final, los tres González y la familia de Rafael Torre, dueño de Providencia y el empresario consentido de la pasada administración se fueron a comer al Mesón Taurino, donde nadie los peló.
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