Pega a Tlaxcala con tubo la crisis desatada en el CEN del PRI, donde un opulento Cesar Camacho Quiroz, acabó con la riqueza tricolor, ¿pues de dónde saldrían los Rolex?
Seguro que la crisis tricolor recién destapada a nivel central nos pega en Tlaxcala. Todo indica que la dirigencia encabezada por Manlio Fabio Beltrones Rivera, terminó la etapa amable con su antecesor, Cesar Camacho Quiroz, a quien de plano no se le dio ser buen administrador.
Durante su gestión gastó a manos llenas, sobre todo en medios de comunicación del Estado de México, a sobreprecios y sin imaginarse que yéndose dejaría pasivos por más de mil millones de pesos. Así que cuando el INE autorizó las nuevas prerrogativas al partido, por ahí de los mil 25 millones de pesos, así como se los platico desaparecieron.
Ya en términos llanos ello significa que los ejércitos de promotores del voto –sí hombre, de los mapaches con pedigrí– se ha tenido que posponer porque en insurgentes no hallan por dónde conseguir el recurso para movilizar a dicho ejército. Recursos para los candidatos, ¿pero de dónde?
¿Y cómo nos pega aquí?
Para empezar con un candidato flojo, dormido en sus laureles durante todo este tiempo, que en lugar de inventar formas –dentro de la legalidad- de allegarse lana, ahí lo tienen, aplastado, esperando el gran acontecimiento que marque el cambio en su vida y soportando las humillaciones de su inventor, Mariano González Zarur, consciente este último que solo con sus buenos oficios (hacer chicos hoyotes en el presupuesto para tener el guardado que le va a hacer falta el cinco de junio).
Con razón le da por poner cara de pobre en las dependencias… para que le regalen vales de gasolina.
Carece de alternativas. El mundo se le ha cerrado. Por eso, mientras en otros estados con gobiernos priístas, el candidato sucesor, dejó a sus competidores atrás en las encuestas, aquí no crece, al contrario se encuentra soterrado y sin esperanza alguna para dar la pelea a unas seños que traen la espada desenvainada.
Ya vieron los Rolex de Camacho. Qué caros han salido para el país, y sobre todo para la militancia.
Ahí tienen a Manlio Fabio Beltrones, haciendo milagros con la mugre de las uñas.
Pues así, igualito, debería hacerle el señor Marco Antonio Mena Rodríguez, pero helo ahí , inundado de miedo, incapaz de operar el avance de su causa, porque lo tienen acotado.
Si alguien lo puede hacer, ya saben ustedes, es Marianito. Y si la cosa es más seria, pues siempre contarán con la espantosa reacción del señor Manchis.
Se les hace bolas el barniz
Los convenios originales PRI-PAN para conservar la plaza de Apizaco y de ahí partir a la conquista del estado entero caminan en el filo de la navaja. Poner candidata chiquita en el distrito IV para no estorbar la entrada triunfal de Marianito, digamos que es uno de los puntos. A cambio, pues contar con un gesto semejante para que el transportista Julio Cesar Hernández, llegue al Ayuntamiento en caballo de hacienda-
Ahí está el detalle. Resulta que el PRI, está bien, el PRI versión Marianito, palomeó a Javier Rivera, un abarrotero que se tomó la invitación en serio (para que aprenda el doctor Mena) y no se durmió en sus laureles. Al contrario, buscó en el cajón de las deudas los papeles del compromiso incumplido de Adriana Dávila (debe un millón de pesos por concepto de despensas de la elección anterior) y se dedicó a hacer amarres con grupos y amigos.
¿Resultado? Pues se fue para arriba en las encuestas. Y de eso no se trataba. Ya ven que hasta la seño Adri tuvo la gentileza de pisotear panistas para acomodar a Guadalupe Sánchez Santiago, en la posición uno de la pluri al Congreso. Lo habían puesto para que hiciera como que trabajaba por el PRI, pero sin pisar callos, sin hacer olas.
Ahora lo quieren bajar de la contienda.
Eso es bien chueco. No se vale. Si desde un principio le hubieran explicado el teatro, de seguro no participa, pero así se las gastan estos políticos que juegan a ser dios. Ahora a ver cómo lo frenan. Lo más sencillo, será un plumazo a la lista. ¿Y la gente?, ¿Y el propio Rivera?
Esa es la forma más eficiente de hacer enemigos en la política.
La complejidad según el partido
Ahí tienen el caso Chiautempan y la imposición panista de CCC (Cristobal Cruz Cruz) un constructor muy eficiente para los intereses de Adriana Dávila (al menos eso dicen sus detractores), y si es necesario atropellar a los militantes, pues qué más da…
Estas son las damas chinas de la política en Tlaxcala. Ajedrez no, porque eso requiere técnica y conocimiento. Esto que se hace es vil imposición, acuerdos cupulares de petatiux y ya lo decíamos arriba, jugar a ser dios… a destruir políticos y con ello sentir un placer muy particular, a perder elecciones sabiendo que el objetivo es el poder compartido en una mayor extensión territorial.
De entrada, los negocios. Conservar las fortunas mal habidas y sumar otros negocios. La visión es amplia, la voracidad absoluta y el compromiso con el partido… ese es puro cuento.
Felipe Hernández, al infinito y más allá
Convertido en el abanderado del Partido Alianza Ciudadana (PAC) a la gubernatura, tras la dimisión del ex rector de la UAT, Serafín Ortiz Ortiz, el ex dirigente de ese partido, Felipe Hernández, asume la estrategia del verdadero líder de este grupo, el ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz.
1. Si Felipe Hernández va a las urnas, lo hará como ejercicio evaluatorio de la estructura aliancista. Con el fin de conservar cohesionado a ese colectivo, nada despreciable que en el mejor de los momentos podría sumar 60 mil votos.
2. Recordemos que la mentira y la traición son atributos negados a la mayoría de los mortales; pero en el caso de Ortiz, el candidato Hernández bien podría recular, si la conciencia del partido así lo determina en el trecho este que falta de aquí al cinco de junio.
Hoy, la línea es que no hay apoyo ni a Lorena Cuéllar Cisneros, ni a Adriana Dávila Fernández, tampoco a Martha Palafox Gutiérrez o a Marco Antonio Mena Rodríguez.
Pero mañana, ¡quién sabe!